La policía detiene a cuatro personas en Madrid por cometer una serie de 'secuestros exprés'
Una quinta persona implicada, menor de edad, estaba ya internada en un centro de protección
La Policía Nacional ha dado por "esclarecidos todos los casos" de secuestro exprés que han causado inquietud en los barrios madrileños de Hortaleza y Moratalaz en las últimas semanas, toda vez que han detenido a cuatro jóvenes. Además, hay una quinta persona vinculada con el caso: un menor de edad que está internado hace unos días en un centro de protección de San Blas.
La policía considera que los cinco arrestados, dos de ellos menores de edad, están implicados en los secuestro exprés ocurridos entre los días 4 y 20 de mayo, cuyas víctimas habían identificado a sus asaltantes como tres individuos jóvenes, que iban armados con pistolas y armas blancas. En un primer momento, los investigadores se concentraron en recabar las declaraciones de víctimas, testigos y vecinos del distrito de Moratalaz, donde tuvieron lugar los últimos cuatro secuestro exprés, entre los días 9 y 20 de mayo, al tiempo que la policía aumentaba su presencia con intención preventiva.
La pista determinante siguió a la detención el pasado día 22 en el distrito de San Blas de dos colombianos, de 19 y 17 años, acusados del robo en un locutorio, según el comunicado oficial. Un portavoz de la Jefatura Superior de Madrid precisa que al menor de edad se le halló "material de interés para la investigación" de los secuestros, por los que ha sido imputado también.
'Modus operandi'
Están acusados de cinco delitos de detención ilegal y otros tantos de robo, lo que popularmente se conoce como el secuestro exprés. Los presuntos delincuentes abordaban a sus víctimas a primera hora de la mañana cuando iban a meterse en el coche, los sentaban en la parte de atrás y los maniataban, para sustraerles el dinero, las llaves del vehículo y la vivienda y las tarjetas de crédito, forzándolos a facilitar el código secreto.
Tras meter a la víctima en el maletero de su coche, la banda sacaba de cajeros automáticos el máximo de dinero posible con sus tarjetas bancarias y, en alguna ocasión, también robaba en el domicilio. Finalmente, liberaban a la víctima en algún lugar discreto y la amenazaban con represalias si acudía a la policía.
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