Un veterano político fraguado en la lucha antifranquista

Joan Reventós, fallecido hoy a los 76 años, fue un político de largo recorrido, que combatió el franquismo desde la Universidad, impulsó la creación del PSC, fue rival de Jordi Pujol en las primeras elecciones autonómicas, además de diputado, senador y embajador, y acabó presidiendo el Parlament de Cataluña entre 1995 y 1999.

Nacido en Barcelona el 26 de julio de 1927, Joan Reventós Carner, padre de siete hijos, procedía de una familia de la alta burguesía catalana, cuyo padre fue director general de Comercio y de Política Arancelaria en el primer gobierno de la II República. La trayectoria política de Reventós se inició a mediados de los años 40, cuando entró a formar parte del Grupo Torres i Bages, de orientación democristiana, que abandonó cuando ingresó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona y se sintió atraído por el Front Universitari Catalá, de Josep Benet, que le introdujo en el catalanismo de izquierdas.

En consonancia con esta nueva orientación, Reventós ingresó en 1947 en el Movimiento Socialista de Catalunya, del que se acabaría convirtiendo en uno de sus principales referentes. En plena dictadura franquista, participó en la huelga general de tranvías del 4 de marzo de 1951, en Barcelona, provocada por la subida de las tarifas de transportes urbanos, y en la que acabó siendo detenido por su pertenencia al comité de huelga.

Derrota frente a Pujol

En 1952, tras haber ejercido como pasante en un bufete de abogados y dirigir una empresa metalúrgica, inició su etapa docente como profesor de Historia del Derecho en la Universidad de Barcelona, donde siguió impulsando huelgas estudiantiles, que en 1957 le llevaron tres meses a la cárcel. Entró en el Moviment Socialista de Catalunya en 1959 y desde entonces se convirtió en la figura clave de los socialistas en las diferentes plataformas unitarias que se sucedieron hasta la creación del PSC en 1978, cuando se fusionaron la Federación de Socialistas de Cataluña-PSOE, el PSC-Congrés y el PSC-Reagrupament.

Contra todo pronóstico, perdió las elecciones autonómicas de 1980, y rechazó la oferta de Jordi Pujol de entrar en su gobierno, en minoría, lo que años después, en 1992, le llevó a admitir que se sentía "culpable" de que el longevo líder de CiU aún estuviera en el poder. Aquel revés en las urnas, y la posterior decisión de no aceptar la oferta de Pujol de entrar en su ejecutivo no minaron su capacidad de liderazgo ante sus compañeros de filas, y continuó siendo primer secretario hasta 1983 y presidente entre 1983 y 1996.

Tras ser senador y diputado, en Cortes y en Barcelona, así como embajador de España en Francia, fue presidente del Parlament en los últimos años de su carrera política en primera línea -entre 1995 y 1999-, gracias a un pacto entre la izquierda y el PP aprovechando que CiU acababa de perder su mayoría absoluta. En febrero de 2001, cuando ya se había retirado de la primera línea política y se ocupaba únicamente de la presidencia de la Comisión de Garantías del PSC, sufrió un derrame cerebral, que le ha mantenido en casa, alejado de cualquier actividad pública, hasta su muerte.