El agente que golpeó a una joven en una protesta contra la guerra cumplirá una sanción mínima

El pasado 21 de marzo Estados Unidos intensificó su ofensiva aérea en Irak, mientras sus tropas marchaban por tierra hacia Bagdad. Mientras, en Madrid, miles de personas se manifestaban contra la guerra entre la plaza de Colón y la Puerta del Sol. La protesta fue respondida con violencia por la policía; a última hora, un policía antidisturbios golpeó con su porra en la cabeza a una chica que trataba de pedir por móvil una ambulancia para auxiliar a otra persona herida. Casi 10 meses después, la Dirección General de la Policía ha sancionado al agente con cinco días de suspensión y suelo por esta agresión, según ha informado la Cadena Ser.

Aquel día, el policía, adscrito a la primera unidad de intervención de Madrid, se acercó unos metros hasta el lugar en el que la joven trataba de telefonear para auxiliar a una persona herida en una carga policial anterior. Sin mediar palabra, el agente arreó un porrazo en la cabeza a la mujer, que cayó desplomada al suelo. Antes ya se habían producido otros episodios de dureza policial, pero éste quedó grabado en vídeo y fue difundido en algunos medios de comunicación.

La manifestación había comenzado horas antes ante la embajada de Estados Unidos, en la calle Serrano, donde unas 7.000 personas se habían concentrado para protestar contra la guerra. A esa cita acudieron 30 furgones policiales, pero transcurrió sin incidentes. Fue después cuando muchos jóvenes decidieron bajar por el paseo de la Castellana hasta la no muy lejana sede central del Partido Popular, en la calle Génova, cuando comenzaron los problemas.

La policía les detuvo con un cordón de agentes y disparos de pelotas de goma en la plaza de Colón. Al darse cuenta de que por ahí no pasarían, algunos jóvenes se dirigieron al Congreso de los Diputados, pero la respuesta policial se endureció, al tiempo que los manifestantes trataban de llegar a Sol. La noche se convirtió entonces en un juego del ratón y el gato, pero a palos: la policía cargaba con violencia contra cualquier grupo de manifestantes, con la orden clara de no permitirles llegar a la sede del PP, ni al Congreso ni a Sol. Los servicios médicos del Samur contabilizaron al menos 50 heridos, entre ellos cinco policías.

Al día siguiente, el presidente del Gobierno, José María Aznar, cargaba contra los "manifestantes violentos" y acusaba de forma velada al secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, de avalar estas protestas.