El Ayuntamiento de Vélez Málaga decreta luto oficial por los tres muertos ayer en un incendio

El Ayuntamiento de Vélez Málaga ha decretado tres jornadas de luto oficial en el municipio por el incendio de ayer, que se cobró las vidas de Amancio Ortega Medina, de 22 años y que padecía una minusvalía que le obligaba a usar una silla de ruedas, y de sus sobrinos Iván y Alejandro Díaz Ortega, de cuatro y seis años. El alcalde, Antonio Souvirón, ha lamentado esta tragedia ocurrida en plenas fiestas y ha calificado de "héroes" a los vecinos que intentaron socorrerles. Los restos mortales de las tres víctimas han recibido sepultura esta tarde.

Antes, unas dos mil personas han acudido al sepelio en memoria de los fallecidos. Unos 500 vecinos de Vélez Málaga han llenado la iglesia de San Antonio de Padua en la que se ha oficiado el funeral. Otras 1.500 personas han permanecido en las inmediaciones del templo y tras finalizar el acto se han desplazado al cementerio municipal , donde han sido enterradas las víctimas del incendio.

Además, durante los próximos tres días, se apagará el alumbrado público de Navidad y también se ha suspendido la tradicional fiesta de Nochevieja. En cuanto a los heridos, la tía-abuela de los pequeños, que estaba con ellos en su piso, Purificación Barrera, de 83 años, permanece ingresada en estado grave por las quemaduras y la inhalación de humo.

Barrera se encuentra entubada en el Hospital Comarcal de La Axarquía, ya que sufrió quemaduras en cara, cuello y vías respiratorias, que afectan al 10% de su cuerpo. Otras seis personas, tres de ellas policías-bomberos que participaron en la extinción, resultaron también heridos de menor consideración. El padre de Amancio y abuelo de los niños, Antonio Ortega, policía local que actúa también como bombero, tuvo que sacar de la vivienda los cadáveres.

Un bombero, dado de alta

Las otras tres personas que se encontraban en la casa, entre ellas el padre de los dos menores, de 32 años, resultaron intoxicados con pronóstico leve y fueron también trasladadas al mismo centro. Además, según la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias, tres bomberos necesitaron también atención médica por intoxicación, uno de ellos de gravedad pero que ya fue dado de alta anoche, mientras que otras tres personas requirieron asistencia por crisis nerviosa, entre ellas la madre de los niños.

Según el alcalde, el incendio sorprendió a los siete ocupantes y debió de propagarse con mucha rapidez, ya que ninguno de ellos dio aviso. Fueron los vecinos quienes se percataron del siniestro. Al ver el humo que salía de la vivienda, derribaron la puerta, pero la humareda y las llamas les impidieron entrar y no pudieron prestar ningún auxilio hasta que llegaron los bomberos. El fuego tuvo una gran virulencia y la casa quedó completamente calcinada. Las viviendas superior e inferior fueron desalojadas para apuntalarlas y el juzgado de instrucción número 2 de la localidad se ha hecho cargo de la investigación.