Melilla no acogerá más menores inmigrantes por el desbordamiento de los centros
El presidente de la ciudad autónoma y la consejera de Bienestar Social denuncian que
Los menores inmigrantes no acompañados que a partir de hoy entren ilegalmente en Melilla no serán acogidos por las autoridades de la ciudad autónoma. Así lo ha decidido hoy el Consejo de Gobierno melillense, reunido en sesión extraordinaria, que alega que sus centros de acogida de menores están "colapsados".
Los menores que lleguen a partir de hoy no disfrutarán de la declaración de desamparo y acogimiento por parte de la Ciudad Autónoma debido a la situación actual de "desbordamiento" de los centros de acogida. La decisión ha sido aprobada por unanimidad en una reunión extraordinaria del Consejo de Gobierno a propuesta de la Consejería de Bienestar Social, según ha informado el presidente melillense, Juan José Imbroda (UPM), quien ha afirmado que a la ciudad le es "imposible" por su capacidad material y humana "admitir a más menores".
La consejera de Bienestar Social, Isabel Quesada (PP), ha señalado que los centros de acogida están "muy por encima de su capacidad", con menores "durmiendo en colchones puestos en el suelo" y cuidadores que "no dan abasto", situación en la que "no se puede ejercer la protección" de este colectivo.
Aumento de llegadas en un 78%
Este "desbordamiento" se debe a la "afluencia masiva" de menores extranjeros no acompañados, casi en su totalidad marroquíes, ya que el número de entradas ilegales ha aumentado en el primer cuatrimestre de este año un 78% con respecto al mismo periodo de 2001.
A ello se añade que las repatriaciones para la reintegración familiar de los menores marroquíes están "bloqueadas" debido a que algunas de ellas han sido recurridas por la audiencia de Málaga, que considera que se han cometido varias "irregularidades".
Quesada ha manifestado que la solución a este problema no pasa sólo por pedir más dinero al Estado o construir más centros de acogida -hay cinco grandes y seis pisos tutelados- en una ciudad de tan sólo 12 kilómetros cuadrados y con poca disponibilidad de terrenos, sino por tomar medidas como la aprobada hoy para evitar el "hacinamiento" de los menores.
Este acuerdo se remitirá a la Policía Local, Cuerpo Nacional de Policía, Fiscalía y jueces, a los que se comunicará que la Ciudad Autónoma "no puede ejercer la protección de más menores, a no ser que los melillenses estén dispuestos a llevarlos a sus casas".
Por ello, cuando un menor marroquí no acompañado llegue a la ciudad se intentará devolverlo a su país para evitar que deambule por las calles.
La consejera ha reconocido que esta decisión puede "traer problemas" al Gobierno autónomo aunque, visiblemente afectada, ha añadido que "si no puedo protegerlos, ¿qué hago, me suicido?".
Origen marroquí
Imbroda ha asegurado además que el "origen" de esta "grave" situación está "en Marruecos, que debe tratar a sus menores y no exportar el problema a Melilla", por lo que ha instado a sus autoridades a "controlar la frontera para que sus jóvenes no se les escapen de mala manera".
El presidente de la ciudad ha afirmado que "no es una frivolidad no tener sitio para poner ni una cama más", por lo que ha hecho una llamada "a la conciencia" de los medios de comunicación, el poder judicial, la Administración del Estado y los partidos para que comprendan la decisión del Consejo de Gobierno, que mañana volverá a reunirse para analizar este tema.
En Melilla hay 180 menores extranjeros acogidos y su atención supone un gasto anual de mil millones de pesetas a la Ciudad Autónoma, que no descarta devolver la competencia de atención a los menores al Estado, tras asumirla en 1997.
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