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OFENSIVA CONTRA EL 'BOTELLÓN'

El congreso sobre jóvenes y alcohol concluye entre los abucheos de parte del público

Los expertos reunidos basan sus conclusiones en prohibir el consumo de alcohol en la calle, aumentar a 18 años la edad mínima para su consumo y una nueva asignatura preventiva en la ESO

Al menos un centenar de jóvenes han reventado la clausura del Congreso sobre Jóvenes, Noche y Alcohol, abucheando con fuerza al delegado del Plan Nacional Sobre Drogas, Gonzalo Robles. Los jóvenes han expresado su protesta por no haber sido consultados para la redacción de la ley que prepara el Gobierno y que prevé prohibir el consumo de alcohol en la calle.

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Los jóvenes, participantes en el encuentro, han recogido varios centenares de firmas entre los asistentes para un manifiesto en el que expresan su desacuerdo con la ley que prepara el Gobierno, sobre todo porque no se ha contado con ellos para el proyecto. Los jóvenes se sienten "excluidos en la gestación de esta Ley" porque no han sido consultados cuando tienen "mucho que aportar".

Los jóvenes se muestran en contra de que se "use este evento [el Congreso] para la justificación y plataforma de una ley restrictiva", al tiempo que demandan varios frentes de intervención para atajar el problema del botellón entre ellos, la educación, que consideran "fundamental".

Conclusiones

Al margen de las protestas, Robles ha clausurado el Congreso con la enumeración de conclusiones. Estas pasan sobre todo por dos pilares fundamentales: la prohibición del botellón, el establecimiento de la mayoría de edad para el acceso al alcohol y la inclusión de una asignatura obligatoria en la ESO, la educación para la salud, un medio para prevenir el consumo de alcohol entre los más jóvenes.

Además, ha anunciado que el dinero incautado al narcotráfico servirá para financiar los programas educativos contra el consumo de alcohol y drogas. "La inmensa mayoría" de los fondos provenientes de las incautaciones al narcotráfico financiarán las políticas de educación para prevenir el consumo de drogas y alcohol, como la nueva asignatura -educación para la salud- que ayer anunció Robles.

Robles ha declarado que el verdadero objetivo de este encuentro era "movilizar a los medios y trasladar el debate al seno de las familias", lo que, a su juicio, se ha conseguido "plenamente".

Por su parte, las conclusiones del grupo de trabajo sobre "Reducción de daño" apuestan por impulsar medios de transporte alternativo para los jóvenes durante el fin de semana, promover programas de conducción segura, impulsar el papel de los profesionales sanitarios y formar a los profesionales de la hostelería "para convertirlos en agentes preventivos".

La mesa de trabajo sobre el papel de los "Medios de comunicación", ha dicho Robles, ha propuesto iniciativas como asegurar el cumplimiento de la legislación de la publicidad relativa a la protección de los menores; extender la normativa a prensa escrita, radio e internet; establecer códigos de autorregulación y establecer canales consultivos con los jóvenes a la hora de elaborar campañas de prevención.

Finalmente, el grupo que trabajó sobre propuestas de "Ocio Alternativo", señala la necesidad de analizar la realidad de cada municipio antes de poner en marcha estos programas, evaluar ,los actuales, diseñar propuestas que sean atractivas y contar con la opinión de los jóvenes, la familia y la escuela en su diseño.

Terrazas y fiestas populares

Ayer, el ministro del Interior, Mariano Rajoy, ofreció a última hora nuevos detalles sobre la ley que regulará el consumo de alcohol de los jóvenes. Tras anunciar el martes pasado que la nueva ley prohibirá el acceso al alcohol de los menores de 18 años y el consumo en la vía pública, Rajoy matizó ayer que la nueva normativa se desarrollará con el "equilibrio necesario", de tal forma que no afectará ni a las fiestas populares ni a las terrazas en las vías públicas, ni, por ejemplo, "a una persona que se bebe una cerveza por la calle".

Rajoy insistió en que la norma se dirigirá fundamentalmente a evitar las grandes concentraciones de jóvenes que se producen en las ciudades los fines de semana "con grave perjuicio para los vecinos" y que se presionará a los establecimientos públicos alrededor de los cuales se organizan estas situaciones.

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