El apoderado de Gescartera asegura que fue la CNMV la que insistió en elevar el rango de la sociedad
José María Ruiz de la Serna afirma ante la comisión del Congreso que Camacho sabe donde está el dinero, que tenía una relación fluida con Enrique Giménez Reyna y presumía de tratar con Montoro
José María Ruiz de la Serna, apoderado de Gescartera y antes técnico de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ha afirmado hoy ante el Congreso que fue la propia CNMV la que insistió en elevar el rango de la sociedad a agencia de valores, incluso en contra de su opinión personal, ya que, a su juicio, no aportaba negocio significativo a Gescartera como gestora de patrimonio.
En sus tres horas y media de declaración ante la comisión, Ruiz de la Serna -que no ha contestado a algunas de las preguntas por estar imputado en la causa judicial- ha cuestionado también la "intromisión" de la CNMV en un área privada al intentar fijar el porcentaje de participación que debía tener la Fundación ONCE en Gescartera Holding. Ha admitido no conocer ningún otro caso en el que una sociedad fuera promovida a agencia de valores en el mismo día en que es sancionada.
Ha explicado que en 1989 se incorporó como técnico a la CNMV, donde pasó por el departamento que supervisa sociedades y agencias de valores e hizo una inspección rutinaria a Gescartera en 1995. Cesó para incorporarse al grupo Gescartera el 17 de marzo de 1997, a propuesta de Camacho, "por motivos personales", como el aumento de sueldo y el "apasionante" reto profesional.
Ruiz de la Serna asegura que conoció al dueño de la sociedad cuando la inspeccionó, y allí detectó "debilidades" en temas de control interno y aplicaciones, aunque cree que su actividad entonces era perfectamente legal. Hasta la intervención de Gescartera por la CNMV el pasado mes de junio, siempre consideró a Camacho como un amigo pero ahora tiene la sensación de haber sido "utilizado" por sus conocimientos en temas legislativos sobre el mercado de valores.
Ha indicado que hubo una inspección continuada de la CNMV desde diciembre de 1998 hasta mediados de 2000, que, subrayó, "ahogó" a la empresa e impidó su desarrollo comercial. La inspección se cerró en el verano de 2000, con una sanción de tres millones de pesetas por obstruir la labor de inspección y por no llevar los asientos contables exigidos. Ha revelado que, entonces, Camacho sí hizo uso de sus contactos para intentar zafarse de la inspección pero, a su entender, "consiguió poco".
También ha asegurado haber diseñado un expediente de transformación en agencia de valores, en julio de 1997. Expediente que desde la CNMV se les pide que desestimen para presentarlo más tarde, lo que se hace en 2000. "Fue la propia CNMV la que insistió en la transformación, contra mi parecer", ha asegurado.
En cuanto al funcionamiento de Gescartera, ha confirmado que el único que lo conocía de forma "global" era Camacho, que también personalmente llevaba las inversiones en el extranjero. "Era una empresa distinta, una empresa familiar con una gestión personalista", ha indicado.
En este punto, ha dicho no compartir que los malos resultados se debieran únicamente a políticas erróneas inversión ?ha evitado referirse a una estafa- y que no sabe dónde está el dinero desaparecido, aunque aseguró que Camacho sí lo sabe. De hecho, piensa que el único responsable del fraude es el dueño de Gescartera y principal imputado.
Frente a lo que pensaba hace un mes ahora no cree que pueda acreditar dónde están los millones desaparecidos. "No diría que el dinero se ha perdido si se refiere a operaciones de gestión", ha apostillado.
El apoderado de Gescartera ha reconocido que "algunas veces" llegaba dinero en metálico a la entidad, dinero que, ha dicho, se reflejaba convenientemente en la contabilidad. Ha declinado responder si había 'dinero B' en Gescartera, alegando su situación procesal, pese a lo cual, el portavoz del PP, Rafael Cámara, dio por hecho la existencia de ese "submundo de dinero negro".
Ha subrayado que Camacho presumía de sus altos contactos en la Administración, entre los que citó en una ocasión al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, pero dijo desconocer si ese trato era real, porque "hablaba mucho y mentía mucho". "He dado el nombre del señor Montoro como simple especulación, sin datos objetivos", ha agregado.
Lo que sí tiene claro son las relaciones "fluidas" que mantenía Camacho con el ahora dimitido secretario de Estado de Hacienda Enrique Giménez-Reyna. De hecho, en alguna ocasión, fue testigo de llamadas telefónicas entre ellos dos, y entre la presidenta de Gescartera, Pilar Giménez-Reyna, y su hermano desde la sede de la empresa. Sin embargo, ha asegurado no tener constancia "explícita" de que el ex alto cargo de Hacienda mediara ante la CNMV a favor de la agencia pero que, tras conocer los dietarios de su hermana, la cosa "daba que pensar".
Conoció al dimitido secretario de Estado en la boda de un sobrino suyo (hijo de Pilar Giménez-Reyna), habló con él por teléfono una vez y coincidió en dos almuerzos, sin que le sorprendiera su presencia. A su juicio, Camacho no usó de este alto cargo para cuestiones de empresa, ni vió que cobrara de Gescartera. No sabe si medió ante la CNMV pero sí percibió una relación de amistad entre Enrique Giménez-Reyna y la dimitida presidenta de la CNMV Pilar Valiente.
A Valiente la conoció en un pasillo de la Comisión, en 1999, cuando era consejera. Luego, mantuvo dos almuerzos. Uno, a finales de octubre de 2000, con Valiente, los hermanos Giménez-Reyna, Antonio Alonso y Camacho, en un restaurante de Madrid. Allí trataron, "a nivel de anécdota", la gestión del anterior presidente de la CNMV Juan Fernández Armesto y la inspección de 1999.
Al segundo almuerzo, en la sede de la CNMV, en febrero de 2001, acudieron Valiente, los Giménez-Reyna, Camacho y el propio Ruiz de la Serna. En esta comida, señaló, Valiente insistió en la necesidad de que la ONCE tomara el 25% de Gescartera Holding y les informó verbalmente, tanto a Camacho como a él, de que debían abandonar el consejo de la sociedad por un tiempo.
En cuanto al papel de Pilar Giménez-Reyna, indicó que su labor principal era la captación de clientes y desarrollo de actividades pero siempre consultando con Camacho. Añadió que fue ella la que consiguió que las inversiones vinculadas a la Guardia Civil en la entidad.
Ruiz de la Serna ha dicho desconocer quién era el mejor cliente de Gescartera porque se enteró de las cifras invertidas a posteriori, pero ha precisado que tanto la Mutualidad de Previsión de la Policía como la Armada fueron captados por Aníbal Sardón. Los "clientes especiales" eran de Gescartera o directamente de Camacho.
A preguntas del PP, ha indicado que Roberto Santos (Asesores 2000), además de cliente, era asesor de imagen de Gescartera, diseñaba logotipos y folletos, pero no tenía relación con la captación de clientes. El portavoz popular ha recordado no obstante que Camacho declaró en su día ante la juez que Santos llevaba a Gescartera dinero en metálico, presuntamente opaco, algo que Ruiz de la Serna hoy no ha confirmado.
Respecto a la ONCE, ha afirmado que la entrada de la Fundación en el accionariado de Gescartera se produjo a través de una donación -aunque no recordaba cómo se escrituró- y que la Organización servía como un socio garante que pudiera asumir posibles responsabilidades.
Según ha indicado, él nunca fue partidario de la entrada de la ONCE en Gescartera pero entiende que se produjo para aportar negocio más que para evitar la sanción. De José manuel Pichel, tuvo siempre claro que era el representante de la Fundación ONCE en Gescartera y aseguró que no cobraba "nada" pese a ser consejero delegado de la entidad.
El apoderado de Gescartera, que asegura haber invertido en la empresa a través de una cuenta a nombre de sus hijos, ha querido dejar claro que su principal objetivo ahora es el resarcimiento de los fondos a sus tenedores originales, e incluso ha afirmado haber pedido comparecer nuevamente ante la juez que instruye el caso.
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