Cómo enviar alimentos a -20° en verano sin un vehículo refrigerado
La Sirena ha pasado en menos de un año de entregar alimentos congelados en 600 códigos postales a hacerlo en 10.000 gracias a un novedoso sistema de Correos Frío, que ha permitido a esta empresa catalana creada por dos amigos hace 40 años extenderse por toda la Península
Arranca la cuenta atrás de 12 minutos, el tiempo medio en el que los trabajadores de la empresa de congelados La Sirena suelen preparar un pedido a domicilio online sin que se rompa la cadena de frío. Los cuatro trabajadores de las instalaciones de Terrassa (Barcelona) que preparan estas compras se mueven con la inteligencia artificial del Messi más tardío –menos esfuerzos, más resultados– en un almacén a 20° positivos, en el que disponen 32 arcones congeladores con 25 referencias diferentes cada uno. Una vez completada la cesta de la compra dictada por el cliente a través de la web, se coloca la mercancía en unas cajas acondicionadas con unos acumuladores de frío y el cliente recibe al día siguiente el género en perfectas condiciones. Un medidor registra la temperatura en todo el trayecto. Si por algún casual bajara de -15°, el cliente puede rechazar el pedido y se le devuelve el dinero. Gracias a este sistema, La Sirena ha pasado de entregar mercancía en 600 códigos postales del país a hacerlo en 10.000: toda la Península.
El gran cambio se produjo en 2020 cuando, debido a la pandemia, la demanda de pedidos online se multiplicó por cinco. Por entonces La Sirena solo servía en Cataluña y Madrid, donde cuenta con almacenes. Realizaba entonces los envíos con sus propios medios. Fue hace menos de un año cuando esta empresa fundada en 1983 en Terrassa (Barcelona) decidió llegar a todas las casas de la Península. Se aliaron con Correos Frío, que utiliza una tecnología en la que no es necesario transportar el alimento en vehículos con cámaras frigoríficas. El camión o la furgoneta son convencionales y es la caja, el contenedor del género, el que mantiene la temperatura.
El rigor es máximo. Lo explica Gastón Galizzi, responsable de Operaciones del canal online de La Sirena: “Los acumuladores de frío se congelan a -40º durante 48 horas si son para cajas pequeñas o medianas y durante 72 horas si son grandes. El arcón cuenta con un candado con temporizador. No hay margen de error”, asegura.
La Sirena, en colaboración con Correos Frío, garantiza la entrega de productos congelados el siguiente día siempre y cuando el pedido se efectúe antes de las 9 horas
La Sirena no cocina. Se nutre de proveedores nacionales e internacionales para ofrecer todo lo que a uno se le pasa por la cabeza, pero congelado. No hay sorpresas con el origen: la merluza llega de Chile o del Cantábrico; el salmón viene de Noruega; el bacalao, de Islandia –el pescado se ultracongela en alta mar nada más se pesca–; la pizza se elabora en Italia; la verdura procede de huertas españolas…
Su primera tienda abrió en 1983 en Terrassa (Barcelona), algo novedoso entonces. Ha cambiado mucho la percepción que se tienen de los congelados. Xavier Budet, director de Desarrollo de Negocio de la empresa, se muestra claro: “Antes se consideraba un producto de segunda; ahora sabemos que es una alternativa muy buena al fresco, no solo en frescura sino también en precio al no contar con estacionalidad y no generar mermas. La clave está en la ultracongelación, someter al alimento a -40° en 40 minutos”. El huevo todavía no se vende así, pero se está investigando cómo lograr que la textura sea la misma. Aguacates ya pelados sí oferta.
La Sirena
Año de fundación: 1983
1.300 empleados
275 tiendas
Más de 800 referencias de congelados
180 pedidos 'online' a la semana
Entregan pedidos al día siguiente en toda la Península
CONGELADOS A GRANEL
Ramona Solé y Josep Maria Cernuda abrieron la primera tienda de congelados la Sirena en Terrassa (Barcelona) en 1983. Tenía el aspecto de un supermercado, con varias cajas y pasillos. Muchos de los productos los vendían a granel. Este negocio de alimentos congelados supuso una novedad entonces. La Sirena suma 275 tiendas distribuidas entre Cataluña, Andorra, Segovia y Madrid, donde se instalaron en 2001. Xavier Budet, director de Desarrollo de Negocio, destaca que “todavía hay mucho recorrido para el mercado del congelado”.
Desde las instalaciones de Terrassa (Barcelona) y Madrid suministran el género congelado a las 275 tiendas repartidas por Cataluña y la Comunidad de Madrid. Vázquez y sus tres compañeros, todos dirigidos por Galizzi, gestionan los pedidos online en Terrassa. Los preparadores trabajan con un sistema que llaman Talkman, que consiste en recibir instrucciones por un auricular de los productos que tienen que coger de cada uno de los 32 arcones hasta completar el pedido.
No hay nada aleatorio: al principio del pasillo que forman las dos hileras de 16 arcones está el género más demandado (salmón, sepia…) y al final, los helados y postres para garantizar la conservación. Completados los pedidos, se depositan en las bolsas especiales con los acumuladores de frío hasta la recogida a cargo de Correos. Se realiza dos veces al día: a las 11 y a las 16. El cliente ha tenido que realizar el pedido antes de las 9 de la mañana para garantizar que la entrega se efectúe al día siguiente.
El aprovisionamiento para que no haya rotura de stock resulta fundamental en una empresa que cuenta con 800 referencias. De ello se encarga Francisco Martínez. Todo está informatizado, pero se necesita de un responsable que consiga que el programa sea robusto y fiable. “Si vemos que un producto va a tardar más de la cuenta en llegar, lo damos de baja en la web para no perjudicar al cliente”, afirma Martínez, que entró en la empresa hace 26 años. “Se trata de conseguir que el programa funcione lo mejor posible, aprender de la demanda y anticiparnos a los incrementos”, asegura. Los gustos varían en función de la región. La gamba roja sale mucho en Cataluña. En Madrid son más de gambón o gamba blanca o incluso carabineros, que también lo ofrecen.
Perfiles de los trabajadores
Manuel Vázquez
Preparador 8 años en La Sirena
“En verano preparamos dos o tres pedidos a la vez en lugar de cinco porque la temperatura es más alta en la fábrica”
Gastón Galizzi
Responsable del canal de venta online2 años y medio en La Sirena
“La caja grande de Correos Frío puede llegar a almacenar un valor de 120 euros de producto”
Kiko Martínez
Responsable de Aprovisionamiento 26 años en La Sirena
“La demanda a través de la web se multiplicó por cinco en la pandemia. Luego bajó a niveles normales. Ahora estamos volviendo a crecer”
Más que marcar tendencia, La Sirena se encarga de satisfacer las nuevas corrientes. Budet asegura que ahora el cliente está muy interesado en platos preparados: “Diseñamos la receta en colaboración con el fabricante. Nuestra obsesión es poner el foco en la calidad y la comodidad”, afirma el director de Desarrollo de Negocio, con 14 años de experiencia en la empresa formada por 1.300 empleados –con 275 tiendas en propiedad y 3 franquicias–. Se enorgullecen de su salmón, “certificado para comer en crudo”, y de su forma de comercializarlo, como otros pescados. “Utilizamos un formato llamado chain-pack, que facilita la descongelación. Basta con sumergirlo en agua fría. Es una gran ventaja porque no tienes que sacarlo de la nevera la noche anterior”, explica.
El camión de Correos Frío acaba de cargar los últimos pedidos del día. A la semana entregan una media de 180 por toda la Península, dice Galizzi, el responsable de Operaciones del canal online.
–¿Qué pasa ahora que llega el calor?
Durante 2022 realizamos pruebas de calidad a temperaturas máximas para asegurarnos de que los alimentos aguantaran durante 48 horas, aun cuando las entregas se realizan en 24 horas. Estamos seguros de garantizar la calidad del servicio en 2023.