Todos los tipos de financiación a los que puede acceder un negocio

Existen múltiples opciones para que las empresas, sean del tamaño que sean, accedan a fuentes de capital externo que les permitan alcanzar sus objetivos

La financiación permite a las empresas gestionar su circulante en el corto plazo, es decir, el dinero que precisan en su día a día para su correcto funcionamiento.
La financiación permite a las empresas gestionar su circulante en el corto plazo, es decir, el dinero que precisan en su día a día para su correcto funcionamiento.iStock
Javier A. Fernández

Las empresas suelen recurrir a financiación externa con frecuencia, ya sea para invertir en una nueva línea de negocio, impulsar una que ya está en marcha, superar un bache económico o gestionar la liquidez del día a día, es decir, hacer frente a los gastos corrientes. Para lograrlo, la fórmula más habitual suele ser el préstamo bancario tanto a corto como a largo plazo, según Jesús Reglero, director del máster en Dirección Financiera de OBS Business School. Pero existen otras soluciones y herramientas que fortalecen la capacidad para gestionar la actividad diaria de una compañía, en resumen, el pago y el cobro de facturas y protegerse ante cualquier imprevisto.

Vías de financiación a largo plazo

Las empresas con mayores dificultades para acceder a préstamos bancarios tienen a su disposición otras vías para obtener financiación a largo plazo. Es el caso de las sociedades de garantía recíproca (SGR) y las subvenciones públicas.

SGR. En ocasiones, las empresas no disponen de avales suficientes para acceder a través del banco a la financiación que necesitan. Para estos casos, las SGR ofrecen esa garantía y, además, permiten a pequeñas y medianas empresas (pymes) y a autónomos obtener capital en condiciones más favorables que las de los préstamos habituales, como menores tipos de interés y plazos de devolución más amplios. Son especialmente útiles en la aprobación de créditos de gran importe, en opinión de Eloi Noya, asesor financiero y profesor de Mercados Capitales, Fintech y Finanzas para el Emprendimiento de ESADE.

Las SGR no prestan dinero, sino que proporcionan las garantías que necesitan las empresas para conseguirlo. El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) del Gobierno, que articula las ayudas del fondo europeo Next Generation EU, ha reforzado la actividad de la Compañía Española de Reafianzamiento (CERSA), la institución pública que da cobertura a los avales otorgados por las SGR, con 644 millones durante este año.

Subvenciones públicas. El Instituto de Crédito Oficial (ICO), una agencia financiera del Estado, pone a disposición de pymes y autónomos varias líneas de crédito. Entre ellas, una para emprendedores que facilita el acceso a préstamos para solventar las necesidades de liquidez ante los gastos corrientes (pago de nóminas y compra de mercancía, por ejemplo), adquisición de vehículos o reforma de las instalaciones, entre otros. La solicitud para obtener la financiación se tramita a través de las entidades bancarias. Massimo Cermelli, profesor de Economía en Deusto Business School, destaca el papel del banco en este proceso: “Explica al empresario a qué líneas se puede acoger, además de acompañarle”. El PRTR español ha puesto en marcha múltiples programas de ayuda a empresas para que potencien su transformación digital y su eficiencia energética.

Vías de financiación a corto plazo

La financiación también permite a las empresas gestionar eficientemente su circulante en el corto plazo. Esto es, el dinero que precisan en su día a día para el correcto funcionamiento de la compañía. Este elemento financiero engloba los bienes y los derechos (como las deudas de los clientes con la organización) de los que el negocio dispone y se obtiene de la diferencia entre el capital disponible y las obligaciones (como pagos a proveedores) que hay que satisfacer próximamente.

Es común, explica Noya, que las pymes experimenten un decalaje en sus cuentas entre la entrada de ingresos y la salida de dinero para efectuar los pagos. Es el caso de una compañía que tarda tres meses en cobrar la venta de los productos que comercializa, pero debe hacer frente a sus deudas mucho antes de que se cumpla ese periodo. “Los cobros se obtienen en plazos más amplios, mientras que el abono a proveedores tiene que ser inmediato”, añade este experto. Para evitar este desfase, que genera problemas de liquidez, las organizaciones pueden recurrir a alguna de las soluciones que se describen a continuación:

Crédito comercial. Este instrumento permite a las empresas llevar a cabo un aplazamiento del pago a los proveedores. Esta forma de financiación es un tipo de préstamo a corto plazo que se hacen las compañías entre sí y se da habitualmente en la compraventa de bienes y servicios.

Líneas de crédito. Es un contrato por el que una entidad bancaria pone a disposición de una empresa una determinada suma de dinero por un tiempo concreto. Se deposita en una cuenta creada para ello y el empresario retira únicamente las cantidades que va necesitando. Así, paga intereses únicamente por la cuantía que haya usado. El dinero solo puede destinarse a gastos del negocio y, una vez devuelto, dispone de nuevo de él durante el tiempo que se haya acordado con el banco.

Factoring. Este método consiste en traspasar a una entidad bancaria las deudas que una empresa ha contraído debido al impago de sus clientes. Puede ocurrir que el banco se haga cargo de la insolvencia del deudor o no, lo que se conoce como factoring con recurso o sin recurso, respectivamente.

Confirming. Es un producto financiero que permite aplazar el pago de facturas de la empresa. En este caso la entidad bancaria adelanta el importe que la compañía debe a sus proveedores. De esta forma se mejora la imagen de la organización ante sus clientes y aumenta la confianza.

Descuento comercial. En esta modalidad de financiación la empresa traslada a una entidad financiera el derecho de cobro de un efecto comercial no vencido (un título de deuda), como un cheque, un pagaré, una letra de cambio o un recibo negociable. De forma que el banco le adelanta la cuantía y le descuenta los intereses correspondientes. Se trata de una herramienta de financiación que permite a la empresa conseguir liquidez de forma inmediata y ahorrar tiempo y recursos para el cobro de la factura adeudada.

Otros métodos de financiación

Además de la financiación de capital, las empresas disponen de soluciones para dotarse de equipamiento sin necesidad de efectuar grandes desembolsos. Es el caso del renting y del leasing. Estas fórmulas resultan especialmente útiles para renovar, por ejemplo, los equipos informáticos, la instalación de placas fotovoltaicas o la flota de vehículos. Reglero destaca su flexibilidad, ya que permiten a la compañía desarrollar su actividad sin tener que asumir altas inversiones.

Renting. Este modelo de financiación permite el alquiler de bienes durante un periodo determinado y, una vez finalizado el plazo, se devuelven a la compañía arrendadora. Reglero lo define como un pago por uso y tiene la ventaja de que el contrato incluye todos los servicios asociados al bien arrendado. Por ejemplo, en el caso de financiar un vehículo con renting en la cuota van incluidos el seguro, las revisiones y la inspección técnica de vehículos (ITV). Esta fórmula cuenta, además, con ventajas fiscales, ya que es posible deducirse el impuesto sobre el valor añadido (IVA) y el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) del bien.

Leasing. Este tipo de alquiler habilita la opción de compra tras finalizar el contrato. Suele contar con plazos de dos a 10 años y se utiliza para financiar maquinaria, vehículos industriales o inmuebles destinados a la actividad comercial o industrial. En este caso, los servicios y los gastos asociados corren a cargo del arrendatario y no disponen de las mismas ventajas fiscales que el renting. Como contrapartida, las cuotas que se pagan en concepto de alquiler se descuentan del precio final cuando el contrato finaliza y se elige adquirir el bien.

Esta fórmula, explica Reglero, es útil, por ejemplo, para financiar la instalación de una caldera de biomasa (materia orgánica que al quemarse produce calor) en un taller. “En vez de realizar la inversión desde el principio, se alquila y, una vez acabado el contrato, se decide si se compra o si se sustituye por un nuevo modelo con un nuevo contrato de leasing”, completa este experto.

En cualquier caso, antes de decantarse por una fórmula de financiación, es recomendable recurrir al asesoramiento profesional de un experto como el de la entidad bancaria, que resolverá cualquier duda al empresario y le ayudará a tomar la decisión más acertada.

Puede interesarle: Banco Sabadell le ayuda a descubrir las claves del fondo europeo Next Generation EU

Más información

Archivado En