Cómo ser un líder en la era digital

Un contexto altamente tecnológico como el actual demanda maneras de liderazgo en las que primen el aprendizaje continuo y las habilidades digitales para moverse con soltura en los entornos virtuales, pero también las competencias comunicativas y emocionales para que los empleados crezcan

Un líder ha de ejercitar la capacidad para aprender continuamente, de manera que sus conocimientos se actualicen según las demandas del mercado.
Un líder ha de ejercitar la capacidad para aprender continuamente, de manera que sus conocimientos se actualicen según las demandas del mercado.iStock

La digitalización está cambiando la forma de trabajar en las empresas y también su manera de dirigirlas. La transformación digital demanda líderes digitales. Lo que requiere una adaptación rápida y el desarrollo de unas capacidades especiales que, como explica Lluc Guarro, director de negocio digital e innovación de la consultora RocaSalvatella, permitan hacer frente a los cambios cada vez más frecuentes en las tareas laborales. Además de los conocimientos tecnológicos, un líder de la era digital debe ser capaz de aprender, hacer crecer a sus equipos y, sobre todo, mantener un ojo en el futuro sin quitar el otro de lo que ocurre en el momento, según explica Guarro, que dirigirá el webinar Prepárate para ser un líder en la era digital.

Apúntese al webinar

Prepárate para ser un líder en la era digital, con Lluc Guarro, manager en RocaSalvatella. Organizado a través de HUB Empresa de Banco Sabadell. Cuándo: 18 de noviembre, a las 16.00

¿Pero qué características debe reunir un buen líder en la era digital? Los expertos responden a esta pregunta clave:

Un líder en aprendizaje constante

Un líder ha de ejercitar la capacidad para aprender continuamente, de manera que sus conocimientos se actualicen según las demandas del mercado. Y hoy, las competencias digitales son una herramienta básica en cualquier organización. María Cantera, directora de Negocio de Búsqueda de Directivos de Randstad, destaca que un líder digital debe ser capaz de entender el lenguaje tecnológico, dominar los entornos virtuales que se utilizan para comunicarse, colaborar y crear contenido, además de reconocer los peligros de seguridad que entrañan.

El experto de RocaSalvatella recalca que cuanto más tiempo tarde el líder en adaptarse, más dificultades tendrá para reaccionar ante las innovaciones, cada vez más disruptivas, como el uso de nuevos programas y de entornos informáticos. “En la humildad de reconocer qué es necesario cambiar está la clave del éxito empresarial”, argumenta.

La edad, subraya Cantera, no es tan decisiva actualmente. “Estamos comprobando cómo muchos directivos de más de 50 años se han capacitado y están liderando la transformación digital de sus empresas. No hace falta ser un nativo digital [jóvenes que han crecido con las últimas tecnologías y están habituados a los entornos virtuales], puntualiza.

Un líder que integra la innovación

Pablo Cardona, decano de la Facultad de Empresa y Comunicación de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), explica que el liderazgo tradicional basado en una estrategia a largo plazo no funciona en esta economía de cambio continuo. Este experto señala que la toma de decisiones debe realizarse entendiendo qué está ocurriendo en el entorno y bajo una metodología basada en la experimentación y el análisis de datos que genera la compañía como herramientas fundamentales para identificar nuevas oportunidades de negocio. “Hay que recoger datos, analizarlos, entender el feedback y generar una respuesta mejorada y ágil”, señala Cardona.

En este sentido, Guarro propone una gestión en la que el líder digital ha de combinar la explotación del negocio en el tiempo presente, conociendo y aplicando toda la tecnología necesaria, con la exploración, a través de la cual trazar una estrategia hacia el futuro que incluya diferentes escenarios. La pandemia ha dejado en evidencia esta necesidad, de acuerdo con este experto: “Solo aquellas empresas que ya venían apostando por la digitalización de sus negocios consiguieron adaptarse rápidamente ante esta disrupción”.

El decano de UNIR aclara que este modelo de liderazgo se analiza en las escuelas de negocio desde hace años. “Con la crisis sanitaria se ha puesto aún más de manifiesto ante los profundos cambios que se están viviendo en el ámbito empresarial”, detalla. Como revela el Estudio de Tendencias de RRHH, elaborado por Randstad en colaboración con la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), la innovación tecnológica permite que una de cada dos empresas logre nuevas oportunidades de negocio. Por ello, la experimentación se ha convertido en una prioridad a corto plazo para los directivos.

Un líder accesible y cerca de su equipo

En la era digital, sin embargo, no todo gira en torno a la tecnología. El líder debe prestar atención a la gestión humana, un pilar de la productividad del negocio. La inteligencia emocional, que es el conocimiento sobre cómo influyen las emociones en las personas, desempeña un papel vital.

“Un líder auténtico es aquel que se baja al barro, que predica con el ejemplo, si hay que cambiar la metodología es el primero que lo hace; se conoce a sí mismo y a su equipo, y promueve una estructura horizontal, menos jerárquica, de trabajo”, explica Guarro. “Este modelo de horizontalidad es el que impera en las start-ups, empresas que tienen la digitalización en su ADN y que han demostrado una mejor gestión en contextos cambiantes”, añade.

Nunca es tarde para modificar la cultura empresarial de una compañía y para lograrlo conviene empezar con un análisis de los perfiles que la integran

El perfil de un líder más humanista hace que el trabajo colaborativo prospere, como apunta Cantera, porque fomenta entornos laborales creativos e innovadores, gestiona eficientemente la heterogeneidad de los equipos y sabe cómo motivarlos. “Como hemos visto durante la pandemia, no es lo mismo ejercer un liderazgo en la oficina que a través del teletrabajo, en el que hay que ser más preciso en la comunicación, trabajar la confianza, y por supuesto, tener en cuenta aspectos como la conciliación”.

Nunca es tarde para modificar la cultura empresarial de una compañía. Así lo cree Georgina Barquin, profesora de Gestión del Cambio en EAE Business School. Para lograrlo conviene empezar con un análisis de los perfiles que la integran. “De esta forma se puede reestructurar el organigrama empresarial y reducir la distancia de poder con los empleados. Esto origina dinámicas de trabajo más cómodas y más proclives a la comunicación”.

Las habilidades sociales que debe tener un líder digital son esenciales para trasladar de manera efectiva las necesidades del negocio a sus empleados y escuchar sus propuestas. “Estamos viendo cómo crece la demanda de perfiles técnicos que dominen el lenguaje digital, pero que a la vez posean una alta capacidad comunicativa para inspirar y dar propósito al objetivo común de la empresa”, explica Barquin.

Un líder que ayuda a crecer a su equipo

Para un líder digital debe ser prioritario la formación de sus empleados porque, a través de la capacitación, explica Cantera, se fortalece la versatilidad de los equipos y se mejora la productividad de la compañía. Según el informe de Randstad y de la CEOE, el éxito de las empresas está en fomentar el desarrollo de competencias transversales entre sus trabajadores como la capacidad analítica, la comunicación, la gestión de equipos o la resolución de problemas.

Guarro apunta que el nuevo modelo de liderazgo requiere de una metodología de trabajo que atraiga y retenga el talento dentro de las organizaciones, algo que, en general, no está ocurriendo. “Estamos viendo cómo profesionales con gran talento no aguantan más de dos años en una empresa y esto se debe, principalmente, a las estructuras verticales que no ofrecen aprendizaje continuo ni entornos innovadores”, explica el directivo de RocaSalvatella.

Las nuevas generaciones, continúa, buscan una experiencia laboral más motivante. “El líder formador es aquel que proporciona a sus empleados las herramientas para seguir aprendiendo, pero también el que facilita un ambiente en el que se pueda probar y fallar, donde haya una respuesta constructiva que les permita crecer”, concluye.

Más información

Archivado En