El impacto de la crisis en las empresas españolas tras un año de pandemia
Las compañías dejaron de facturar 287.000 millones de euros en 2020, con el turismo y el comercio entre los sectores más afectados. La agricultura, la ganadería y las comunicaciones, en cambio, crecieron
Los negocios españoles dejaron de ingresar 287.000 millones de euros en 2020, de acuerdo con la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), el equivalente a un cuarto del Producto Interior Bruto (PIB) del año pasado. En esta situación, el sector de los servicios fue el más perjudicado, con el comercio y el turismo a la cabeza. Otros, sin embargo, han cogido impulso durante la pandemia con la creación de nuevas empresas, como el agrícola y el ganadero y el de la información y la comunicación, como resultado, en este último caso, del empuje de la digitalización en múltiples ámbitos.
El análisis de la CEOE, que toma como base el índice de la cifra de negocio empresarial del Instituto Nacional de Estadística (INE) en 20 sectores, con datos de febrero de 2020 y 2021, calcula que se han perdido 50.000 sociedades que estaban inscritas en la Seguridad Social de un año para otro y que el tamaño de las pymes supervivientes se ha reducido. Esta cantidad, asegura la patronal, amenaza con crecer ya que, como consecuencia de la moratoria en la obligación de declarar concurso de acreedores, ampliada hasta el 31 de diciembre para dar tiempo a los administradores ante una posible recuperación, muchas empresas no están notificando su incapacidad para hacer frente a todas sus deudas.
Pasada esa fecha, aseguran, el riesgo de pérdida de solvencia será real, lo que llevará a la destrucción definitiva de una mayor porción del tejido empresarial. El estudio Resilience Barometer (barómetro de resiliencia, en español), elaborado por la firma de asesoría empresarial FTI Consulting, estima que otras 50.000 empresas se declararán en quiebra tras la finalización de las ayudas estatales, si la situación no cambia.
Los sectores más dañados por la crisis
Las mayores pérdidas, en términos relativos, las ha sufrido el sector de los servicios que pasó de ser el más dinámico en 2019 a perder el 22,2% de su facturación en 2020, de acuerdo con la CEOE. Esta caída pronunciada afectó al comercio, al turismo, a la hostelería y al ocio y los espectáculos, entre otras actividades, aunque las entidades financieras, pertenecientes también a este sector, se salvaron del hundimiento. La CEOE revela, además, descensos superiores al 10% en las industrias extractivas y manufactureras (-11,7%) —donde el refino de petróleo ha sido el más perjudicado por la reducción de la movilidad—, en la construcción (-11,6%) y en el suministro de energía eléctrica y agua, saneamiento y gestión de residuos (-10,1%).
La caída del comercio
Para Javier Vello, socio responsable de Business Consulting de EY España, la pérdida más preocupante es la que ha experimentado el comercio. La CEOE atribuye esta caída a las restricciones horarias, al periodo de confinamiento y a la pérdida de ingresos de las familias. Casi cuatro de cada 10 hogares reconocen que la pandemia ha impactado en su economía y controlan más los gastos, según la consultora Nielsen.
La cifra de negocio del comercio cayó un 11,9% y contabilizó unas pérdidas de casi 92.000 millones de euros en 2020. Pese a estos datos negativos, el sector ha demostrado agilidad para adaptarse a las nuevas circunstancias, con la aceleración de su desembarco en el comercio electrónico, un canal de venta que creció un 36% el año pasado, de acuerdo con la compañía de investigación de mercados eMarketer.
“Un pequeño comercio puede y debe especializarse, digitalizarse, mejorar el servicio y aprovechar los datos de sus clientes”, aconseja Fernando Fernández, profesor de Economía de IE University. No obstante, el confinamiento y las restricciones posteriores han dejado huella, especialmente, en las pequeñas y medianas empresas. Según la CEOE, estas son las que han registrado caídas más intensas. “Una de sus principales ventajas competitivas frente a los gigantes es la proximidad, el trato humano, la cercanía. Y sin movilidad, no pueden competir” advierte Fernández.
La situación del empleo también refleja los problemas de sector. El 71% de los puestos que se perdieron en 2020 pertenecían al comercio y a la hostelería, según el Monitor Adecco de Ocupación II: perfil socioeconómico de la ocupación en España, publicado a principios de este año por la compañía de recursos humanos Adecco. La tasa de desempleo difundida por el Ministerio de Trabajo y Economía Social a principios de abril, sin embargo, ha ofrecido datos positivos tras la relajación de las restricciones el mes pasado. En marzo, el paro registrado descendió en 53.686 personas (-1,89%) en los servicios. Pero también en la industria, que engloba las actividades productivas relacionadas con la transformación de alimentos y materias primas en bienes elaborados, donde se redujo en 3.675 trabajadores (-1,16%) y en la construcción, sector en el que bajó en 7.685 personas (-2,46%).
El año negro del turismo
El turismo es el que mejor ha ilustrado el parón de los últimos 12 meses. El sector cerró 2020 contribuyendo un 6,6% menos al PIB que en 2019, cuando supuso el 12,4%, según el Informe de la Coyuntura Turística Española 2020 de la asociación Exceltur. Con la actividad en los aeropuertos limitada y muchos hoteles cerrados, la llegada de visitantes extranjeros cayó un 77% el año pasado. Casi 65 millones de turistas menos que en 2019, según datos del INE.
El análisis de la CEOE detalla la gran tragedia que vive: la facturación de las agencias de viajes, las más perjudicadas, ha retrocedido un 75%; mientras que la de los alojamientos, un 68%; y la del transporte aéreo, un 60%. Las pérdidas ascienden a 45.600 millones de euros, a las que habría que añadir las de los servicios de comidas y bebidas vinculados a este sector, cuyo retroceso en la facturación supera los 23.000 millones de euros y supone 243.595 trabajadores bajo el régimen de expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), el 30% de los afiliados en este ámbito. “Las empresas de ocio, turismo, transporte y restauración ya han hecho un esfuerzo enorme de ajustar costes, rediseñar sus procesos de trabajo, incorporar nuevas tecnologías e, incluso, aumentar su resistencia financiera asumiendo nuevos créditos, pero no pueden vivir sin clientes”, asevera el profesor de Economía de IE University.
Solo en la hostelería y el ocio han desaparecido el 13% y el 10,6% de las empresas, respectivamente. No obstante, la Semana Santa, pese a las restricciones en la movilidad, deja atisbar una mejora en los resultados. Según datos de Pulso, la herramienta de Banco Sabadell que permite analizar la evolución de la recuperación, la actividad en la categoría de hoteles y viajes en España en los últimos siete días representa el 1.042% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Es una cifra alta, aunque está condicionada por la situación de confinamiento estricto que vivía el país a principios de abril de 2020.
Sectores que crecieron en 2020
De los 20 sectores que la CEOE analiza en su informe, solo cuatro cuentan hoy con más empresas que antes del inicio de la pandemia. En el de la agricultura, la ganadería, la silvicultura y la pesca experimentaron en conjunto un crecimiento del 7% en el número de compañías, y su aportación a la economía ha sido del 3,4% a cierre de 2020, la más elevada hasta ahora.
Pero en 2020 también aumentó la cifra de empresas de suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire, en un 3%, y la de compañías relacionadas con las finanzas y los seguros, en el 1,5%. Este sector ha sido el encargado de gestionar los préstamos por valor de 121.000 millones de euros que el Instituto de Crédito Oficial (ICO) ha otorgado a las empresas para combatir la crisis económica. También en la rama de la información y las telecomunicaciones aumentó la cantidad de sociedades un 1,3% respecto al año anterior, según la CEOE por el protagonismo que ha cobrado durante la pandemia la aceleración de la digitalización en el trabajo, en las empresas y en la educación.
¿Cuándo llegará la recuperación?
El Fondo Monetario Internacional (FMI) confía en que la recuperación de la economía española comience este año tras la importante caída que registró el PIB en 2020, de casi el 11%. Por eso, ha elevado las previsiones de crecimiento en 2021 al 6,4%, medio punto más que en su pronóstico de enero. En ese camino hacia la reactivación intervendrán los 7.000 millones de euros en ayudas directas destinados para pymes y autónomos que el Gobierno prepara, además de los 72.000 millones de euros que España prevé movilizar desde el Fondo de Recuperación Europeo.
La visión de las empresas
El 39% de las compañías confía en que la situación económica mejore este 2021, cinco puntos más que en julio del año pasado, según destaca el informe Perspectivas España 2021, de la consultora KPMG. Y el 66% prevé recuperar la facturación precovid a partir de 2022.
No obstante, la perspectiva de los españoles no es muy positiva, según el estudio Resilience Barometer de la firma de asesoría empresarial FTI Consulting, que concluye que España es uno de los países más pesimistas con respecto a la vuelta a los niveles previos a la pandemia. Solo el 11,5% de las compañías nacionales confía en una recuperación total en 2021, frente al 34,55% de los países del G-20, el grupo de las mayores economías del mundo. "Las empresas han tenido que reimaginar nuevas formas de hacer, de servicios que prestar y nuevas maneras de llegar a sus clientes. A aquellas que han sido capaces de redefinirse les espera un futuro no menos incierto, pero sí lleno de posibilidades", augura Javier Vello, socio de EY España.