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Alianzas que dan abrigo y construyen escuelas

Jabones y cubos de agua para los campos de refugiados en Kenia, camisetas térmicas para asilados sirios… Los acuerdos estratégicos entre ACNUR y empresas y fundaciones permiten llegar más rápido y con más impacto para la mejora de la vida de millones de personas

RSC - ACNUR

A principios de este 2020 la pandemia empezaba a expandirse por el mundo, la población de los países occidentales se quedaba encerrada en sus casas y las cifras de contagiados y muertes no cesaban de empeorar, una crisis sin precedentes que en el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) llevó el temor un paso más lejos: si así estaba atacando el virus en los estados desarrollados, ¿qué podría suceder en los territorios desfavorecidos? “En seguida nos pusimos a pensar en lo que podría suceder en los campos de refugiados, en estos lugares sin medidas de higiene ni sanidad suficientes en los que vive tantísima gente”, explica Fernando Sevillano Queipo de Llano, responsable de Alianzas Estratégicas del Comité Español de ACNUR.

Actuar ante las emergencias humanitarias o adelantarse a los desastres es parte de la labor de ACNUR y no lo hacen solos. Para cada situación, en diferentes momentos y con objetivos concretos, buscan ampliar su capacidad de ayuda y resolución a través de alianzas estratégicas con empresas o fundaciones, acuerdos, preferiblemente a medio o largo plazo, de unos tres años, “que permitan una continuidad y un mayor impacto para conseguir los resultados esperados en la mejora de la vida de millones de refugiados”, continúa Sevillano.

En la crisis del coronavirus, por ejemplo, gracias a su relación previa con Siemens Gamesa pudieron actuar rápidamente en el impulso de un proyecto de prevención y preparación para la covid-19 en el campo de refugiados de Kakuma, en Kenia. Financiado por la iniciativa Impact Project, de la empresa de energía eólica, 194.000 personas verán pronto mejoradas sus condiciones de salubridad e higiene gracias al reparto de jabones, cubos de agua, formación en la prevención del virus y construcción de puntos de agua y letrinas.

194.000 refugiados en Kenia verán mejoradas sus condiciones de salubridad e higiene gracias al reparto de jabones, agua y construcción de letrinas


“ACNUR tiene definidos unos proyectos para cumplir con sus objetivos y desde Siemens Gamesa elegimos uno que está alineado con nuestros objetivos de compromiso social”, explica Santiago de Juan, Communication Manager para el Sur de Europa y África de la energética, en la que empezaron a colaborar con el organismo de la ONU “a propuesta de un empleado”.

Múltiples involucrados

La diversidad de acciones puestas en marcha por ACNUR, así como la variedad de grupos de interés con los que colaboran y en los que quieren impactar, es parte del trabajo de Responsabilidad Social Corporativa. Hay iniciativas que implican a los trabajadores, otras a todo el conjunto corporativo y algunas que van dirigidas a los clientes de esos socios solidarios.

En este último caso se enmarca la colaboración que realizaron en diciembre del año pasado con la marca de ropa japonesa Uniqlo: una campaña de marketing con causa que, en la práctica, consistió en la donación a ACNUR de un euro por cada camiseta Heattech vendida en las tiendas de España. La recaudación se empleó en la distribución de chaquetas de abrigo para 728 refugiados sirios. Esa suma también ayuda a la protección de los desplazados frente a la covid-19.

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En esta misma dirección, implicando a clientes, ACNUR trabaja desde 2019 con la aerolínea Volotea en campañas puntuales que ofrecen a sus pasajeros la posibilidad de hacer un microdonativo online: un euro al realizar una reserva de vuelo. Una recaudación que la compañía aérea completa después y que se ha dedicado a la rehabilitación y equipamiento de aulas y a la distribución de material escolar entre los niños y niñas refugiados en Líbano, uno de los grandes problemas no solo en el país de Oriente Próximo sino en todo el mundo, ya que casi cuatro de los 7,4 millones de menores de 17 años bajo el cuidado de ACNUR no tienen acceso a la escuela.

El acceso a educación y a agua o a sanidad y la seguridad y protección de desplazados son algunos de los grandes ejes de actuación de ACNUR. Un trabajo constante que se dispara ante emergencias específicas con retos urgentes, como la covid o como la huida de los rohingyas a Bangladesh en la que también colaboró Siemens Gamesa proporcionando lámparas solares para que el millón y medio de refugiados pudieran cocinar o estudiar por las noches. O la situación en Venezuela, en Siria, en Sudán del Sur… Pero en esos y otros sitios, el trabajo de ACNUR es actuar antes de que llegue la terrible emergencia. Es una constante labor ligada a que los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 alcancen también a los que se han visto obligados a huir de sus casas por guerras o catástrofes medioambientales.

Volotea, Siemens Gamesa o Comsa Corporación son algunos socios en los programas que desarrolla ACNUR

En este sentido, han encontrado un socio en COMSA Corporación a través del Programa Nómina Solidaria, una acción con doble fin. Por un lado, el de sensibilizar a su equipo sobre la situación de las personas refugiadas en el mundo, especialmente en los países donde el grupo está presente. Y, por otro, el de conseguir fondos para contribuir al trabajo de ACNUR igualando lo que los empleados hayan aportado anualmente al programa. Por ahora, han ayudado a casi 500 familias a disponer de un espacio digno y seguro para resguardarse de esas temibles situaciones de emergencia como la actual pandemia mundial.

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