El combustible renovable, innovadora solución para reducir las emisiones del transporte
Compatibles con los motores actuales y fabricados a partir de residuos orgánicos, estos carburantes crecen como alternativa para reducir la huella de carbono del transporte. Una tecnología que será clave para descarbonizar sectores de electrificación complicada, como el transporte pesado por carretera, la aviación y el transporte marítimo
Aunque aún son bastante desconocidos si los comparamos con los tradicionales, los combustibles renovables tienen poco de quimera y mucho de realidad. Se presentan en forma de líquidos y son compatibles con los motores de combustión existentes. Representan una solución alternativa para descarbonizar todos los sectores del transporte, por lo que van a jugar un papel fundamental para alcanzar la neutralidad climática en 2050, tal y como ha planteado la Unión Europea.
En realidad, los combustibles renovables se parecen a los carburantes tradicionales en muchas cosas: ofrecen los mismos niveles de protección y cuidado para los motores, tienen las mismas prestaciones en cuanto a autonomía y consumo y los surtidores que los sirven son los mismos.
Este tipo de combustibles se producen a partir de aceites de cocina usados y residuos orgánicos de la industria agroalimentaria, la agricultura y la ganadería
Aquí acaban las similitudes y comienzan las diferencias. La principal es que se fabrican con materias primas de origen residual, como aceites vegetales de cocina ya usados, desechos de la industria agroalimentaria, la agricultura y la ganadería y restos de podas forestales, dando una segunda vida a este tipo de residuos. Incluso se pueden usar para su fabricación los restos orgánicos que arrojamos a la basura en nuestras casas.
Además, estos combustibles renovables cumplen su función sin añadir más CO₂ a la atmósfera, ya que, como explica Claudia Esarte, experta en desarrollo de combustibles renovables de Repsol Technology Lab, “el CO₂ que se libera al ser usados es el mismo que, previamente, han capturado las materias primas empleadas en su producción”. Por tanto, la huella de carbono de estos combustibles es cero o muy cercana a cero.
Combustibles 100% renovables
Los usuarios no son conscientes de ello, pero desde hace más de 20 años tanto las gasolinas como los gasóleos que están en el mercado contienen cierto porcentaje de biocombustibles. En concreto, contienen por ley más de un 10% de carburante renovable, cantidad que deberá aumentar al 12% en 2026. Por cada punto porcentual renovable que se añade a los carburantes se evita la emisión de 800.000 toneladas de CO₂ a la atmósfera, según la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP).
Además, hoy ya es posible repostar combustibles 100% renovables en la Península Ibérica. En mayo de 2023, Repsol se convirtió en la primera compañía en suministrar este tipo de combustible sostenible en tres estaciones de servicio, ubicadas en Madrid, Barcelona y Lisboa. Poco antes de cumplirse un año, ya hay 140 estaciones que lo dispensan y la compañía aspira a alcanzar las 600 en diciembre. La compañía multienergética acelera así su apuesta por los combustibles renovables, con un ambicioso objetivo de expansión en su red de estaciones de servicio en la Península Ibérica. Los combustibles renovables son una de las principales palancas de la estrategia de Repsol para acelerar la reducción de emisiones del transporte.
“El hecho de que hablemos de una solución ya probada e inmediata nos permite ponerla en el mercado de manera rápida y eficaz y comenzar, sin esperas, la descarbonización de la movilidad. Además, no hace falta desarrollar nuevas tecnologías y permite aprovechar la amplia red de infraestructuras de distribución y repostaje que ya tenemos”, indica Claudia Esarte.
La producción de combustibles 100% renovables es un objetivo prioritario para Repsol, que ha situado la economía circular como uno de los ejes de su estrategia de descarbonización, que tiene como objetivo ser cero emisiones netas en 2050. “Los combustibles renovables reducen la cantidad de residuos que llegan al vertedero”, afirma Claudia Esarte. “Se pueden reconvertir en algo útil para la sociedad y, de esta forma, seguir avanzando hacia el modelo de producción y consumo que persigue un crecimiento sostenible y eficiente y que, por tanto, cierra el círculo”.
Uno de los residuos orgánicos que se puede utilizar para producir estos combustibles son los aceites vegetales usados. Es decir, que el consumidor, además de poder utilizar para sus desplazamientos estos combustibles renovables, puede ayudar también a producirlos, reciclando el aceite de cocina. Según Repsol, con un litro de aceite de cocina usado pueden fabricarse 0,9 litros de combustible renovable. Para fomentar el reciclado del aceite doméstico, una práctica aún poco extendida en nuestro país, la compañía recoge aceite de cocina usado en más de 300 estaciones de servicio de la Comunidad de Madrid y Galicia y el propósito de la compañía es seguir extendiendo este modelo a otras comunidades autónomas.
Los combustibles renovables son una alternativa para volver más sostenibles todos los segmentos del transporte, en especial los de difícil electrificación: desplazar mercancías pesadas por carretera, mar o aire
Solución para todos los sectores
Los combustibles renovables son una alternativa para volver más sostenibles todos los segmentos del transporte, en especial los de difícil electrificación. “Hablamos de algo tan real como esencial en ámbitos como el transporte pesado por carretera, el marítimo o el aéreo, segmentos que necesitan altas autonomías para realizar sus desplazamientos”, subraya Claudia Esarte.
En el caso de la aviación, la Unión Europea confía en estos combustibles como principal ruta para descarbonizar el sector, así que ha establecido, a través de la normativa ReFuelEU Aviation, un calendario para ir incrementando progresivamente su presencia en los motores. El objetivo más inmediato es incorporar un 2% en los depósitos a partir de 2025 hasta llegar al 70% en 2050. En España, compañías como Iberia ya han efectuado vuelos de largo radio usando combustibles sostenibles de aviación (SAF, por sus siglas en inglés) suministrado por Repsol, como los que en 2022 conectaron la capital española con las ciudades norteamericanas de Washington, Dallas y San Francisco.
La primera planta de combustibles renovables de la Península Ibérica, en Cartagena
Repsol ha construido en su complejo industrial de Cartagena (Región de Murcia) la primera planta de combustibles renovables de la Península Ibérica. Con una inversión de 250 millones de euros, esta instalación producirá, a partir de residuos orgánicos como el aceite de cocina usado, 250.000 toneladas anuales de este tipo de combustibles, que se pueden utilizar en aviones, barcos, autobuses, camiones o coches. Su producción evitará la emisión de 900.000 toneladas de CO2 al año, equivalentes a poner en las carreteras 400.000 vehículos eléctricos, el actual parque de coches enchufables en España.
Estos proyectos confirman el impacto que puede tener en la economía española la producción de combustibles renovables para todos los sectores del transporte, en especial para el sector aéreo. Un estudio encargado por Iberia y Vueling a la consultora PwC estima que para cubrir la demanda de este sector habría que construir entre 30 y 40 plantas de combustible renovable, con una inversión aproximada de 22.000 millones de euros. Esto supondría la creación de 270.000 puestos de trabajo hasta 2050, con una aportación al PIB de 56.000 millones de euros.