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Ecofactorías: cuando el futuro del agua depende de un círculo virtuoso

Regenerar y reutilizar. En eso consiste la receta ganadora para combatir la creciente escasez de recursos hídricos. Veolia la está implementando a gran escala, y con resultados óptimos, en instalaciones como las ecofactorías de Bio Sur Granada o del Baix Llobregat

La ecofactoría Bio Sur, de Granada, genera más energía renovable de la que utiliza, con un autoconsumo del 135%.
La ecofactoría Bio Sur, de Granada, genera más energía renovable de la que utiliza, con un autoconsumo del 135%.
Miquel Echarri

Los datos no pueden ser más elocuentes. España arrancó 2024 con alrededor de un 15% de su territorio en emergencia por escasez de agua y un 27% en estado de alerta. Según cifras del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, la reserva hídrica nacional se situaba a principios de año en un magro 45,2% de su capacidad. La situación resultaba especialmente acuciante en las cuencas internas de Cataluña (16,5%), las del Mediterráneo andaluz (18,4%) y las de los ríos Guadalquivir (19,3%), Segura (18,5%) y Guadalete-Barbate (14,4%). Sólo la Galicia atlántica, el Cantábrico oriental y las cuencas internas del País Vasco exhibían porcentajes aceptables, aunque insuficientes, en cualquier caso, para contribuir a paliar la carestía general del sistema.

Desafío de enorme magnitud

Aunque a principios de marzo se registró un ligero incremento de las reservas, los expertos coinciden en que la escasez de agua constituye en nuestro país un problema estructural de primer orden que determinadas coyunturas, como los cada vez más frecuentes episodios de sequía, están contribuyendo a exacerbar. España figura entre los territorios de la Unión Europea que con mayor rigor están padeciendo las consecuencias del cambio climático. Contra la preocupante merma de recursos hídricos, tanto la Agenda 2030 como los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas consideran imprescindible el desarrollo de estrategias circulares que traten el agua como lo que sin duda es: un bien escaso cuya utilización debe optimizarse.

Agbar, parte del grupo Veolia, presta servicios de agua a más de 13 millones de personas en 1.100 municipios de España

Veolia, referente en la gestión de agua, residuos y servicios energéticos, dispone de una estrategia integral de ese tipo. Heredero de la Compagnie Générale des Eaux (CGE), fundada en 1854, el grupo, que ahora cumple 170 años, integra una serie de compañías que, en total, prestan servicios de agua en España a cerca de 13 millones de personas en más de 1.100 municipios. Apoyada en una estrategia de digitalización y disrupción tecnológica y en una sólida red de alianzas, la empresa está desarrollando en nuestro país una serie de ambiciosas iniciativas de regeneración y reutilización del agua con la circularidad como objetivo último.

Fundamental en este sentido resulta la transformación de las tradicionales plantas depuradoras en modernas ecofactorías. Es decir, en unidades que se autoabastecen y con capacidad para tratar las aguas residuales, depurarlas y devolverlas al ciclo para nuevos usos. El agua regenerada en estas instalaciones se emplea tanto en la limpieza de calles como en el riego de zonas verdes o explotaciones agrícolas, y también se reintegra en condiciones óptimas a ríos y acuíferos, contribuyendo así a la viabilidad de los ecosistemas y renovando el ciclo de captación.

En el Llobregat y en el Genil

Un ejemplo de las notables prestaciones de este tipo de plantas es la ecofactoría del Baix Llobregat, pionera a escala internacional. Gestionada por Aigües de Barcelona, la ecofactoría depura las aguas residuales que le llegan y, tras un tratamiento avanzado, envía esta agua regenerada al río Llobregat, donde más arriba será captada en la planta de Sant Joan Despí, para potabilizarla y enviarla de nuevo a la red de distribución. De la depuradora parte también el agua que se reintroduce en el río para mantener su caudal, la que se envía en camiones cisterna a varios municipios de la comarca para su uso en calles, parques y jardines, la que se inyecta en pozos de la zona como barrera para la intrusión salina o la que se emplea en el riego del Parque Agrario del Baix Llobregat, un área de cultivo cuya continuidad, amenazada en los últimos años, está garantizando la ecofactoría. A medio plazo se prevé que el agua de la planta pueda dedicarse también a usos industriales en las fábricas de la Zona Franca o que abastezca al cercano polígono de la Marina del Prat Vermell, en L’Hospitalet de Llobregat.

La ecofactoría del Baix Llobregat envía 1.500 litros por segundo de agua regenerada al río para ser reutilizada como agua prepotable.
La ecofactoría del Baix Llobregat envía 1.500 litros por segundo de agua regenerada al río para ser reutilizada como agua prepotable.

También resulta muy significativo el caso de la ecofactoría Bio Sur de Granada, gestionada por Emasagra, participada por el grupo Veolia. Esta planta de vanguardia ha conseguido que se reutilice el 100% del agua que depura, manteniendo así el caudal mínimo ecológico del río Genil.

Un elemento clave en la estrategia del grupo es la transformación de sus plantas depuradoras en verdaderos centros de circularidad, conocidos como ecofactorías

Como consecuencia de ello, los lodos, arenas y grasas de las aguas residuales pueden utilizarse como abono en agricultura o jardinería. Más aún, la instalación ha conseguido un balance energético positivo, ya que genera más energía renovable de la que consume. En 2022, su nivel de autoconsumo alcanzó el 135%. Un informe de la European Circular Economy Stakeholder Platform, observatorio de circularidad vinculado a la Comisión Europea, ha mencionado a la ecofactoría Bio Sur como un ejemplo de eficiencia y buenas prácticas. Otro ejemplo, en definitiva, de que el círculo virtuoso pasa por una gestión escrupulosa e innovadora de los recursos disponibles.

Plásticos, basura orgánica y residuos industriales también circulan

Una de las claves de la circularidad consiste en la revalorización sistemática de los residuos, ese daño colateral de los procesos de producción industrial que pasa así, con un tratamiento adecuado, a convertirse en un preciado recurso. Veolia tiene una amplia experiencia en este sentido, como demuestran algunas de las iniciativas más innovadoras que está desarrollando en nuestro país.
Es el caso del Centro de Valorización de Recursos del Maresme, situado en la localidad barcelonesa de Mataró, todo un hub de circularidad industrial al máximo nivel que gestiona más de 280.000 toneladas anuales de residuos y los reincorpora al ciclo de actividades económicas gracias a un exhaustivo proceso de selección, compostaje, metanización y recuperación energética.
El grupo ofrece también soluciones circulares centradas en la valorización de residuos orgánicos, transformándolos en fertilizantes naturales y energía verde. Por último, Veolia cuenta también con instalaciones punteras de reciclaje de plástico como las de TorrePET, situadas en la localidad pacense de Torremejía, o las pertenecientes a la Red by Veolia, que tratan 120.000 toneladas de plásticos desechados al año en Los Palacios y Alcalá de Guadaira, en la provincia de Sevilla.

Sobre la firma

Miquel Echarri
Periodista especializado en cultura, ocio y tendencias. Empezó a colaborar con EL PAÍS en 2004. Ha sido director de las revistas Primera Línea, Cinevisión y PC Juegos y jugadores y coordinador de la edición española de PORT Magazine. También es profesor de Historia del cine y análisis fílmico.

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