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Malos vientos para Siemens Gamesa

La compañía acumula tres trimestre en pérdidas, acaba de despedir a su primer ejecutivo y Moody’s amenaza con rebajar el ‘rating’ de su deuda a bono basura

Molinos de viento de Siemens Gamesa en Zamudio.
Molinos de viento de Siemens Gamesa en Zamudio.Vincent West (Reuters)

Quien siembra vientos recoge tempestades. Una frase que podría definir la situación en la que vive Siemens Gamesa en los últimos tiempos. La eólica, con sede en Zamudio (Bilbao), anunciaba recientemente el cambio de su consejero delegado. Marcus Tacke era relevado en el cargo tan solo tres años después de su nombramiento por Andreas Nauen, hasta ahora director del área offshore (molinos de viento marinos). Un cambio que ha llegado tras el tercer trimestre seguido en pérdidas, la caída del negocio onshore (molinos de viento en tierra) y los problemas en la India y el norte de Europa.

Situaciones desfavorables que se han unido a la polémica compra en febrero del 8,7% de la participación de Iberdrola por 1.100 millones de euros; una adquisición que suscitó controversias entre los accionistas minoritarios, que suponen el 33%, y que representados por la Asociación Española de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas, podrían acometer acciones legales contra la empresa. “Estamos a la espera de las decisiones que se tomen en la junta de accionistas de julio”, explica el representante de la asociación.

A pesar de esta inestabilidad interna, lo cierto es que las energías renovables, y entre ellas la eólica, viven un buen momento. De hecho, el Consejo de Ministros acaba de aprobar un decreto ley de medidas urgentes que permitirá inversiones de más de 90.000 millones de euros en este tipo de energía. Una situación que podría favorecer a Siemens Gamesa. Aunque antes, parece inevitable que la compañía hispanoalemana ponga orden en su estrategia y enderece sus cuentas.

La empresa cuenta con 11 plantas en España (12 hasta hace unos días tras el cierre de Aoiz en Navarra), más que en cualquier otro país del mundo, y más de 5.000 empleados. Ocupa la segunda posición mundial en el mercado offshore y la cuarta en el onshore, según Bloomberg New Energy Finance. Y mantiene una cartera de pedidos que en el segundo trimestre de su ejercicio fiscal (que va de octubre a marzo) asciende a 28.623 millones de euros, distribuidos en un 51% en la eólica de tierra, un 25% en la marina y el 25% en servicios, según datos de la empresa. Unas cifras en positivo que no se corresponden con el mal momento por el que atraviesa.

En 2020 la compañía ya acumula tres alertas de resultados peores de los previstos al mercado, también conocidos en la jerga como profit warnings. Estos avances de malas noticias se han confirmado y, de hecho, en el primer semestre de su ejercicio fiscal (que va de octubre a marzo) Siemens Gamesa ha perdido 339,3 millones de euros, frente a los beneficios de 67 millones logrados en el mismo periodo del año anterior. Y lo que viene no parece mejor, ya que en el tercer trimestre también se apuntan pérdidas. Y, “aunque el cuarto fuera positivo no va a compensar los anteriores”, apunta Ángel Pérez Llamazares, analista de Renta 4.

“Hemos dejado claro que los problemas son varios. En los últimos trimestres, la compañía ha experimentado desafíos en el negocio onshore, fundamentalmente en el mercado indio y en la ejecución de varios proyectos en el norte de Europa. Estos desafíos se han intensificado por el impacto de la covid-19. Así, el desempeño de Siemens Gamesa en su segundo trimestre fiscal refleja el inesperado impacto de la crisis sanitaria en sus operaciones y en su actividad comercial, con un efecto directo de 56 millones de euros en la rentabilidad”, afirman fuentes de la empresa.

Pero esta situación viene de atrás. Desde hace más de tres años la empresa arrastra el problema de sus inversiones en India, donde lidera el suministro de turbinas. Un país en el que la industria, entre ellas la eólica, lucha contra la desaceleración económica, las restricciones de infraestructura o los fuertes aranceles. Las buenas noticias de la estabilización del país se han visto truncadas por la crisis sanitaria. “En el segundo trimestre de 2020 iniciamos una reestructuración en la India para aplicar un modelo de negocio más rentable. Seguimos considerándolo uno de los tres principales en onshore a largo plazo”, citan desde la empresa.

También se suman los problemas que llegan desde el norte de Europa, donde Siemens Gamesa tiene una cartera de 150 millones de euros en proyectos que se han visto afectados por el mal tiempo, lo que “ha retrasado su ejecución”, apuntan desde la eólica.

Rebote en Bolsa

Los vaivenes de Siemens Gamesa le han hecho perder fuelle. El 18 de junio, cuando se destituyó a su consejero delegado, la cotización caía a 13,86 euros por acción desde una posición de 15,25 el día anterior; una bajada que en los días sucesivos parece haber recobrado aliento hasta situarse en (17,3 euros). “El negocio tiene buenas perspectivas de demanda a medio y largo plazo, el problema está en el corto plazo. Somos cautos porque llevan varios trimestres en negativo y no es un problema derivado del coronavirus, no es puntual. La cartera de pedidos va bien y la demanda se valora positivamente. El problema es que no sabemos cuándo vamos a ver estabilidad en los márgenes de la compañía. Nuestro precio objetivo está en 12,40 euros y nuestra recomendación a los inversores es vender las acciones”, afirma Aránzazu Cortina, analista de Bankinter.

Una afirmación que comparte Pérez Llamazares, de Renta 4: “Tiene productos atractivos, pero su problema son los márgenes. Tendrán que reducir costes para que les permita recuperar ese margen. El negocio onshore se ha ido a precios muy bajos. No han gestionado bien los proyectos y deben darle una vuelta a esta parte de la actividad. El offshore es el motor de la compañía, pero está en fase de desarrollo, por lo que los márgenes se irán reduciendo con la maduración del sector. Nuestra recomendación es infraponderar y nuestro precio objetivo está en 12,50 euros por acción”.

La mala evolución de los resultados ha hecho que la agencia Moody’s haya colocado la calificación de la deuda de la empresa en revisión. Si decide rebajar un escalón más la calificación crediticia, ésta caería en bono basura.

Un futuro incierto

Siemens Gamesa ha puesto sobre la mesa sus planes tan solo unos días después del nombramiento de Andreas Nauen. Ha derivado en una primera reestructuración de plantilla con la no renovación de contratos temporales en las fábricas de Cuenca y Aoiz (Navarra) y que ha terminado con el cierre de la navarra el 30 de junio y con sus 239 trabajadores despedidos. Un cierre que podría haberse extendido a las plantas de Cuenca y As Somozas (A Coruña) y que, de momento, se ha paralizado, según un comunicado de UGT FICA. Las nueve fábricas restantes, por ahora, siguen a la expectativa, pero ya se vislumbraron problemas tras la compra de la planta de palas de la alemana Senvion en Portugal. Una situación que desde este sindicato ya presagiaron como un primer paso para una “posible deslocalización de los centros de producción de España hacia otros destinos”.

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