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Aulas con mucha energía

La Fundación Cepsa acerca el mundo de la energía a colegios e institutos a través de su programa divulgativo Campus de la Energía en Huelva, Cádiz y Tenerife, con más de 3.500 alumnos participantes cada año. El programa, que dura un curso académico, incluye visitas a centros industriales y talleres de interpretación ambiental en espacios naturales.

El onubense J.O.C., estudiante de 1º de Bachillerato de 16 años, cursó el Campus de la Energía de la Fundación Cepsa en el curso 2018-2019, cuando estaba en 4º de educación secundaria obligatoria (ESO), porque era un trabajo extra en clase, sin mayores expectativas. “Me encontré con un proyecto que no conocía sobre la energía y el medio ambiente”. Y se enganchó. Le gustó la posibilidad de conocer in situ cómo se transforma el petróleo en muchos otros productos en una refinería (la de La Rábida, que Cepsa tiene en Palos de la Frontera, Huelva). Le sorprendió realizar, como parte de este programa didáctico, un taller de interpretación ambiental en el espacio natural de la Laguna Primera de Palos, gestionado por Cepsa en colaboración con la Consejería de Agricultura, Pesca, Ganadería y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía.

El 'Campus de la Energía' consta de cinco fases que abarcan todo un curso académico y se desarrollan a través de una plataforma digital, lo que potencia en las aulas las nuevas tecnologías.

“Cepsa era consciente de la necesidad de acercar el mundo de la energía y dar a conocer a la sociedad sus instalaciones, procesos y productos ya desde finales de los años sesenta”, recuerda Teresa Mañueco, directora de la Fundación Cepsa. “Pero a comienzos del siglo XXI, la compañía se dio cuenta de que tenía que reoganizar en profundidad la labor divulgativa sobre sus actividades”. Así, se decidió organizar un curso reglado formativo, en coordinación con el Centro de Profesores de la entonces delegación provincial de Educación en Huelva, de tres meses de duración, para acercarse a profesores de instituto (de Química, Física, Geografía, Historia, Biología) de aquellas zonas en las que estaba presente. De la producción a la distribución, del medio ambiente a la seguridad, de la calidad del producto a la responsabilidad social. Fue el germen del Campus de la Energía, que arrancó en 2005 en Palos de la Frontera.

Ampliación del proyecto

En 2014 se incorporó San Roque (Cádiz) y, en 2015, Santa Cruz de Tenerife, localidades ambas donde Cepsa tiene centros industriales. Participan alumnos de ciclos formativos, 2º ciclo de la ESO y 1º y 2º de Bachillerato, de centros de las provincias de Huelva, Cádiz y Tenerife. En total, unos 3.500 chicos y chicas, de media, cada año. “Pero el objetivo no es el número de centros, alumnos o proyectos presentados”, advierte Teresa Mañueco, sino que “conozcan la realidad del sector, la responsabilidad con el entorno en el que opera y, por supuesto, una mayor concienciación sobre la importancia de hacer un uso eficiente de la energía”. Uno de los profesores, Francisco Miguel Azohil Márquez, del Instituto Diego Macías de Calañas (Huelva), destaca en este sentido la importancia de que los alumnos conozcan los sistemas energéticos actuales y la utilidad del petróleo en nuestras vidas, los diferentes métodos de obtención de energía, los productos derivados que se generan a través de la destilación del petróleo. “Y que tengan conciencia con el reciclaje, la reutilización de los materiales y el impacto medioambiental”, concluye.

El Campus de la Energía consta de cinco fases que abarcan todo un curso académico y se desarrollan a través de una plataforma digital, “con lo que se potencia el uso de nuevas tecnologías en las aulas”, destacan desde la compañía. La primera es de inscripción, en septiembre y octubre, con envío de bases o charlas presenciales para los profesores que aún no conocen el proyecto. Entre noviembre y enero, los docentes eligen una o varias unidades didácticas de entre las nueve que se ofrecen, las explican y evalúan a sus estudiantes. Entre enero y marzo tienen lugar las visitas y el refuerzo de las unidades tratadas en el aula. En marzo y abril se abre el plazo de recepción de trabajos para el concurso, al que se presentan proyectos voluntarios, individuales y colectivos (de cinco alumnos como máximo), en formato libre: power points, maquetas, circuitos, textos, vídeos, programas informáticos, webs, blogs...

Las nueve unidades didácticas van desgranando, con un lenguaje sencillo y comprensible, la evolución de la energía a lo largo de la historia de la humanidad: qué es, cómo se produce, sus fuentes (renovables y no renovables), los grandes inventos que giran en torno a ella, qué aplicaciones tiene en nuestro día a día… Hacen un recorrido por la historia del petróleo, sus orígenes, el tratamiento y la transformación del crudo, la producción de las plantas químicas. Y ofrecen la visión, el compromiso y la responsabilidad social con el entorno de Cepsa como compañía energética global: exploración y producción, refino, química, gas natural y electricidad, comercialización y distribución.

"Es una forma entretenida y distinta de aprender", dice un joven participante. Cada año, más de 3.000 alumnos y alumnas intervienen en una iniciativa que fomenta una implicación cercana. 

El docente Francisco Miguel Azohil Márquez destaca la oportunidad de visitar el centro industrial in situ y que los alumnos comprueben la realidad del trabajo diario que se realiza en Cepsa, su producción, los diferentes equipos de Protección Individual que usan los empleados. “Que los alumnos se vean por un día en el ámbito industrial de Huelva”. Una iniciativa que despierta la curiosidad de los jóvenes y les abre interrogantes. “Es una forma entretenida y diferente de aprender”, resume G. G. S., que vivió la experiencia el curso pasado.

GANADORES DE AUTOESTIMA

El Campus de la Energía concluye entre abril y mayo, con la entrega de galardones a los ganadores del concurso. Un jurado compuesto por personalidades del sector educativo y cultural de cada zona otorga el primer, segundo y tercer premio individual y los tres primeros premios colectivos. En Andalucía, a ese certamen se le suma otro de dibujo y fotografía, para jóvenes de 3º y 4º de la ESO, que se celebra en febrero, para conmemorar el Día Mundial de los Humedales. Los estudiantes que se presentan a la competición fin de campus quieren ganar, por supuesto –los premios consisten, en todos los casos, en material tecnológico–.

Pero, independientemente de los resultados, por el camino descubren, algunos con cierta sorpresa, un trofeo mucho mayor llamado autoestima. “Nunca pensé que fuera capaz de crear un proyecto creativo didáctico y visual. Gracias a este campus he desarrollado habilidades que desconocía de mí”, dice G. G. S. “Me sorprendió bastante el hecho de que pudiese ser capaz de realizar un proyecto de grandes dimensiones por mí misma; además, me ayudó a conocer un poco más sobre la producción del petróleo y sus derivados”, enfatiza E. M. R. “Jamás pensé en poder hacer un proyecto tan didáctico y basado en el aprendizaje de la energía. He descubierto destrezas que nunca pensé que tendría y que la creatividad no tiene límites”, confiesa L. G. S.

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