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La última moda de la Bolsa: los rastreadores de tendencias

La inversión en grandes temas económicos y sociales gana terreno por su impacto disruptivo en el mercado

David Fernández
Paneles solares en el municipio de Almaraz (Cáceres)
Paneles solares en el municipio de Almaraz (Cáceres)Esteban Martinena

La inversión en macrotendencias está de moda. Cada vez hay más productos especializados que intentan subirse a la ola de los últimos cambios económicos y sociológicos como el boom tecnológico y la cuarta revolución industrial, el envejecimiento de la población o la mayor concienciación por las cuestiones medioambientales. “El cambio es la única constante en nuestro mundo. Plantea riesgos y oportunidades. Y puede ser disruptivo. Las tenencias son cambios profundos en las condiciones económicas o seculares que tienen lugar a largo plazo”, recuerda en un informe Henk Grootveld, de Robeco. “En esencia, la inversión en tendencias es la búsqueda de ganadores estructurales pero, sobre todo, la identificación de los perdedores, pues seguro que habrá muchísimos a lo largo del cambio”, añade.

La última firma en subirse a este carro es Natixis Investment Managers. La gestora de fondos francesa ha presentado esta semana Thematics Asset Management que invertirá en estrategias temáticas internacionales como la seguridad, el agua, la inteligencia artificial y la robótica. “Concedemos mucha importancia a identificar, desarrollar y gestionar temáticas de inversión a lo largo de varias décadas y que se alimentan de cuatro fuerzas primarias que están transformando nuestro mundo: los cambios demográficos, la globalización, la innovación y la escasez de recursos”, sostiene Karen Kharmandarian, presidente y director de inversiones de Thematics Asset Management.

Los fondos temáticos se especializan en tecnología, demografía o medioambiente

Saber elegir los ganadores de los cambios radicales que se avecinan (o más bien que ya están aquí) es vital para la rentabilidad de cualquier cartera. Sin embargo, conviene separar el grano de la paja en el cada vez más lleno escaparate financiero de productos temáticos. Lo primero que conviene tener en cuenta que la inversión en tendencias no es apostar por modas pasajeras. “Los inversores deben centrarse en tendencias disruptivas como, por ejemplo, el auge y evolución de internet, la inteligencia artificial, el internet de las cosas o la economía compartida. En particular, las tendencias que combinan nuevas tecnologías y modelos de negocio innovadores tienden a ser todavía más poderosas que las demás a la hora de influir sobre los beneficios de las empresas, pues propician cambios tecnológicos o socio-demográficos”, según el experto de Robeco.

Las megatendencias son normalmente aquellas que revisten la capacidad de influir sobre la vida de las personas. En este sentido, cada vez tienen más importancia las estrategias de inversión orientadas a negocios cuyo enfoque es preservar la Tierra. “Esta tendencia está promoviendo muchos cambios en la sociedad, desde la producción sostenible de alimentos hasta las energías limpias, o el surgimiento del sector de los vehículos eléctricos. La generación millennial presenta una conciencia medioambiental cada vez mayor”, según el experto de la gestora holandesa.

Hábitos de consumo

Los nuevas generaciones no solo muestran diferencias respecto a sus mayores en temas vinculados a la ecología. También presentan gustos o hábitos distintos en la forma en la que consumen. Por eso, Andy Wild, responsable de banca comercial de HSBC en Europa, ha identificado varias tendencias que determinará que compañías. Muchos millennials, según el experto del banco británico, prefieren gastar su dinero en actividades en vez de en cosas materiales. “Hay que hacerles sentir”, dice Wild. “Existe una oportunidad para que las industrias tecnológicas y el comercio minorista aprovechen el sentido de la aventura de los consumidores jóvenes mejorando su oferta basada en experiencias”.

Otro cambio de calado que han traído los jóvenes es su apuesta por productos distintivos y producidos a nivel local en vez de los que se fabrican masivamente. Un ejemplo son las pequeñas cervezas artesanas, que en Europa han triplicado su número en los últimos seis años hasta llegar a las 7.000 referencias. “Las compañías que puedan customizar sus productos y colaborar con proveedores locales podrán venderle más fácilmente sus artículos a esta generación”, concluye el experto del HSBC.

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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