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El consumo de carne empuja a Viscofan

El grupo alcanza máximos en Bolsa pese a que sus cuentas sufren el efecto del cambio y la deuda crece

María Fernández
Una de las factorias de Viscofan en China.
Una de las factorias de Viscofan en China.

Fabrica tripas artificiales: celulósicas, de colágeno, de fibrosa o envolturas plásticas para todo tipo de productos, principalmente elaborados cárnicos como salchichas. Con ellos Viscofan ha conseguido alcanzar una cuota de mercado en el mundo del 32% en el segmento de envolturas a medida, con más de 4.500 trabajadores, diez fábricas y 15 oficinas comerciales en varios países. En los dos últimos cuatro años, su valor en Bolsa ha crecido como la espuma, en casi 1.000 millones (ahora roza los 3.000). La empresa navarra logró el año pasado unas ventas de 778 millones de euros con un beneficio neto de 122 millones.

Hasta ahí, todo positivo. Pero en el primer semestre de este año, el grupo presidido por José Domingo Ampuerto no tuvo tan buena fortuna. Los ingresos cayeron ligeramente por efecto de la fortaleza del euro respecto a otras divisas. El resultado de explotación sufrió un descenso del 6,3% y el beneficio se estancó, pero no la confianza del mercado. Desde la publicación de los resultados semestrales la empresa no ha hecho ningún anuncio significativo, y sin embargo se ha revalorizado en agosto otro 6% —acumula un crecimiento de un 28% en doce meses—. ¿Por qué? "Seguimos liderando el crecimiento en un mercado en expansión. Este dinamismo comercial se combina con una excelente ejecución operativa, destacando la actividad de la nueva planta en Cáseda (Navarra)", destacaba Ampuerto en la presentación de las cuentas en julio. Precisamente, ese "mercado en expansión" para sus productos es uno de los puntos fuertes que valoran los analistas. "A medio y largo plazo seguimos viendo catalizadores en el sector basados en el incremento de la población mundial, la creciente demanda de carne, con ritmos del 2% anual, el desarrollo tecnológico y la mejora del PIB per capita", contextualizan en Renta 4.

La compañía, cuyo principal accionista individual es la Corporación Financiera Alba (familia March, con un 11,3%), produce hasta 12.000 referencias que recubren miles de toneladas de productos cárnicos y es muy fuerte en la fabricación de tripas de colágeno, que se elaboran con la proteína que se extrae de la piel del ganado porcino y vacuno. "Es una alternativa a la tripa natural, tiene una gran resistencia, porque soporta embuticiones rápidas, colgado y cocción en hornos", destacan en la compañía. En los últimos años también han tomado decisiones estratégicas importantes, desarrollando productos en plástico y fibrosa, segmentos donde tienen menos presencia. Los segundos se elaboran con una mezcla de celulosa con papel de abacá, una planta nativa de Filipinas, que dota a la tripa de una enorme resistencia y que se utiliza en embutidos grandes y loncheados como salamis o mortadelas. No son tan rentables como los recubrimientos con colágeno, pero les otorga una buena posición. "Valoramos de forma positiva su propósito de desarrollar las familias de envolturas de fibrosa y plástico, a pesar de presentar un menor margen. Lo interpretamos como un movimiento hacia el liderazgo del mercado", analizan en Renta 4.

En esta dirección, uno de los últimos pasos que ha dado Viscofan es la construcción de la factoría de Cáseda, que comenzó a servir productos en mayo. La inversión en la factoría y el pago en junio de un dividendo complementario de 0,92 euros hicieron que la deuda escalase un 70% en los primeros seis meses, hasta los 70 millones de euros.

Con este esfuerzo, Viscofan cree que podrá reducir los costes de producción entre un 5% y un 10% a partir de 2020. La nueva fábrica no es su única apuesta tecnológica. "La industria productora de embutido de pequeño calibre necesita productos con elevadísimas prestaciones a un coste muy competitivo", señala Viscofán en su memoria anual. Han convertido sus fábricas de cabecera en centros de investigación donde trabajan 60 personas coordinadas desde España: Cáseda desarrolla tecnología en celulosa, Weinheim (Alemania) en colágeno y Danville (Estados Unidos) concentra la producción de fibrosa, mientras que los centros de Ceske Budejovice en la República Checa y São Paulo en Brasil trabajan en nuevos plásticos.

Viscofan también ha estado en los últimos tiempos muy activa en los juzgados, lo que le ha reportado ingresos extraordinarios por 18,3 millones este año como indemnizaciones pagadas por otras empresas por infracción de patentes y acuerdos para poner fin a litigios judiciales.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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