Sostenibilidad cultivada desde el campo
La cadena de supermercados Lidl ofrece productos respetuosos con la materia prima, el medio ambiente y las personas
Los consumidores se han convertido en expertos en conservantes, procesos de producción, plantaciones de origen, etiquetado… Cada vez exigen conocer más información sobre los productos que compran, especialmente cuando se trata de alimentación. Depositan su confianza solo en aquellas marcas que cuidan su salud ofreciendo calidad a la vez que respetan el entorno en el que se cultivan. Consciente de este contexto, la cadena Lidl Supermercados se ha comprometido con los 3,5 millones de clientes que pasan semanalmente por sus tiendas españolas a ofrecer productos saludables a la par que sostenibles.
La Organización Mundial de la Salud fija como uno de los pilares principales de una dieta equilibrada la inclusión diaria de productos frescos. Lidl ha focalizado en el consumo de frutas y verduras sus esfuerzos de promoción de una vida saludable. La compañía realizó varios estudios para conocer los hábitos de los españoles a la hora de tomar estos alimentos y los resultados fueron “demoledores”, según valoran: solo el 11% de los adultos come las cinco raciones de frutas y verduras recomendadas y 3 de cada 10 niños y adolescentes toman alguno de estos alimentos tan solo una vez al día. Esto impulsó a Lidl a poner en marcha su “proyecto estrella”: Frutitour, un autobús que recorrió en 2016 la Península incentivando una dieta equilibrada. El resultado “sobrepasó las expectativas” de la compañía, según relatan los responsables, pues en seis meses visitaron 70 ciudades y recibieron a 35.000 escolares.
Comprometidos con el mañana
MICHAELA REISCHL, DIRECTORA DE RSC DE LIDL ESPAÑA
Cada vez se escucha más la palabra sostenibilidad. Lejos de ser una moda o una tendencia, la sostenibilidad ha llegado a nuestras vidas para quedarse.
Cada vez somos más conscientes del impacto ambiental que generamos en nuestro entorno y de la necesidad de actuar de forma responsable en todo aquello que hacemos como individuos o colectivamente para asegurar el desarrollo de la sociedad a largo plazo.
Como empresa líder de la distribución europea, Lidl es muy consciente del impacto que genera en la sociedad y en el medio ambiente su actividad comercial. Por ello, hace mucho tiempo que hablamos de sostenibilidad: está integrada en nuestro día a día, forma parte de nuestra esencia como empresa y está presente en cada uno de nuestros procesos. En Lidl entendemos que el único crecimiento viable es aquel que es sostenible en el tiempo, tanto a nivel económico, como social y ambiental.
Como cadena de supermercados, nuestra actividad repercute de forma directa en la manera que tienen las familias españolas de alimentarse. En este sentido, entendemos que nuestra responsabilidad no solo está en lo que hacemos —en nuestro caso es ofrecer la mejor calidad al mejor precio— sino también en cómo lo hacemos.
Por este motivo, uno de nuestros ejes estratégicos en el marco de nuestra RSC es el trabajar continuamente para ofrecer productos cada vez más sanos a base de materias primas cada vez más sostenibles. Ejemplos de ello son nuestra decidida apuesta por el producto BIO, la eliminación total de colorantes azoicos y grasas trans en los productos de marca propia, el fomento de la venta de pescado fresco procedente de pesca sostenible certificada o siendo pioneros en España en la eliminación de las jaulas de las granjas avícolas.
Los consumidores están cada vez más informados y más sensibilizados con cuidar el planeta que compartimos y ya consideran en sus actos de consumo criterios de sostenibilidad, hasta el punto de llegar a dejar de comprar los productos de empresas cuyas prácticas se demuestren poco sostenibles. Estoy convencida de que solo las empresas social y medioambientalmente comprometidas serán viables en el futuro. Entre ellas, seguro que estará Lidl.
En este marco, otro dato llamó la atención de Lidl y es que el 80% de los españoles no incorpora la fruta en el desayuno. La compañía considera “parte de su responsabilidad” preocuparse no solo porque estos alimentos se incluyan en el día a día, sino también que se haga de forma correcta. Así, el programa Frutitour ha evolucionado este año a Fórmula Desayuno. La cadena ha vuelto a salir a la calle proporcionando trucos a las familias para que la primera comida del día sea equilibrada y se componga de tres alimentos imprescindibles: fruta, lácteos y cereales. La campaña, que se está desarrollando en este momento, pretende recorrer 80 ciudades españolas y llegar a 80.000 escolares. Desde Lidl explican que, “sabiendo que la conciliación es muy complicada y hay poco tiempo, los consejos son tan sencillos como dejar la mesa puesta la noche anterior porque es muy difícil salir de casa sin tomar algo cuando ves la taza y el plato sobre la mesa”.
Gracias a su dimensión internacional (líder de la distribución alimentaria europea) y a su estrategia de compras agregadas para todo el grupo, Lidl se ha convertido en el principal cliente de la huerta española: el año pasado adquirió 1,4 millones de toneladas de producto, el 7% de la producción hortofrutícola total española, de las que 1,2 millones se exportan al extranjero a través de la red de más de 10.000 tiendas que la compañía tiene en 27 países europeos. En España, además de la fruta y la verdura nacional, la cadena apuesta por otros productos del país, como la leche que vende bajo su marca propia Milbona, cien por cien española. También la carne o el pescado fresco son suministrados a través de proveedores nacionales. En total, más del 70% del surtido de Lidl en España es de origen local.
Cuando se habla de frescura, intervienen varios factores determinantes en la calidad que obtiene el cliente. “El producto en origen debe cumplir los más exigentes estándares y criterios de calidad requeridos por Lidl a sus proveedores, pero también en los procesos de transporte”, explican fuentes de la compañía. Con la gran mayoría del producto fresco producido en España y gracias a las 10 plataformas logísticas que Lidl tiene diseminadas por el territorio nacional, se acorta notablemente la distancia que recorre el producto desde el punto de origen hasta la tienda y el correspondiente tiempo de transporte, con lo que se minimiza el impacto sobre las cualidades del mismo. Además, para garantizar que en este tránsito el producto permanece en un clima estable, Aenor certifica que no pierde en ningún momento la cadena de frío, por lo que la frescura se mantiene óptima y el producto llega al cliente en las mejores condiciones posibles.
En su afán por promover la alimentación saludable, Lidl ha tenido muy en cuenta los altos índices de obesidad que se registran en España, especialmente entre los niños, y ha decido reducir el azúcar presente en algunos de sus productos. Un ejemplo es la merma de un 16% del que se encuentra en la gama de cereales de la marca propia Crownfield y un 33% el de toda la gama de refrescos Freeway y en los néctares Solevita, ambas marcas de la cadena. Siguiendo esta filosofía saludable, también ha eliminado de sus referencias propias los colorantes azoicos (los famosos E 110, E 104, E 122…), pues ya la Unión Europea señala que “pueden provocar efectos adversos en la actividad y la atención de los niños”. Lo mismo ha ocurrido con las grasas hidrogenadas, aquellas cuyo origen es industrial y no propio del alimento.
La senda de la responsabilidad no solo se centra en ofrecer una dieta saludable, sino también sostenible. Así, durante este año se han fijado algunos objetivos como eliminar los huevos de gallinas enjauladas o incrementar un 50% las referencias de la marca BIO. Responsables de la empresa explican que para Lidl “es igual de importante el qué hacemos a el cómo lo hacemos”, y por eso “elaborar un producto barato no puede estar reñido con la calidad y la sostenibilidad”. Buscan diferenciarse a través de este respeto de las materias primas y las regiones en las que se encuentran, una convicción que perdura en el tiempo y que “ya forma parte del ADN” de la compañía.
Garantizar que se ha seguido un proceso óptimo en la producción de un alimento sostenible es otra de las preocupaciones de Lidl; por ello acude a sellos internacionales. “En España hay muy pocas empresas de distribución que piden certificados como el Global GAP, que vela por buenas prácticas agrícolas”, ejemplifican en la empresa que sí exige esta y otras credenciales a sus productos. Algunos de estos son el UTZ, que asegura el comercio sostenible del café, el cacao o el té; y el MSC, sello que acredita que el pescado ha sido obtenido de forma sostenible, protegiendo así el equilibrio de los ecosistemas marinos.
La compañía llegó a España en 1994 y desde entonces su presencia en el territorio no ha hecho sino incrementarse con más de 540 tiendas. Con números como estos no es difícil imaginar el impacto de su actividad, que repercute tanto en los consumidores como en el sistema productivo del país. Lidl “asume la responsabilidad” y por ello se apuesta por la frescura, la salud, la sostenibilidad y el mercado local, ejerciendo prácticas respetuosas, ejemplo de su “compromiso con el mañana”.
Los datos
La cadena de supermercados está presente en 30 países
En España cuenta con 12.500 profesionales, 10 plataformas logísticas y 540 puntos de venta
El 70% de su surtido es de origen local
En 2016 compró en España más de 3.500 millones de euros de producto agroalimentario, el 50% se exportó a través de las más de 10.000 tiendas que tiene en Europa
Más de 2.000 empleos creados en dos años, el 20% de la plantilla actual
El 100% del cacao y el 50% del té de marca propia procede de cultivo sostenible certificado
En 2016 se comprometió a comercializar leche 100% española
El 35% del pescado fresco que vende procede de pesca sostenible acreditada
El 100% de sus proveedores de fruta y verdura están certificados
Contenido patrocinado elaborado con la colaboración de la marca.