Miel y chocolate para crecer
Colabora con las comunidades más pequeñas y se asocia con las grandes empresas. Repsol busca la sostenibilidad en 40 países
El modelo de responsabilidad social y sostenibilidad de Repsol se define en varios niveles, con cientos de proyectos repartidos por los casi 40 países donde está presente. Desde el contacto con comunidades locales hasta el asociacionismo corporativo de alto rango. Repsol dedicó en 2016 casi 20 millones de euros a inversión social voluntaria para favorecer el medioambiente y el desarrollo de las comunidades locales, según informa la empresa. Su visión arranca en la población de las zonas donde está presente, con el objetivo de impactar lo menos posible en el entorno y en sus costumbres, y siempre con un ojo puesto en el respeto a los derechos humanos. La mayor compañía española de hidrocarburos expone un caso de éxito de sus actividades con la población local en Bolivia.
Parte de la solución
FERNANDO RUIZ, DIRECTOR DE SOSTENIBILIDAD DE REPSOL
La responsabilidad corporativa y la contribución al desarrollo sostenible son la carta de presentación de las empresas: una declaración de intenciones voluntaria en la que nos comprometemos con la sociedad. En Repsol, con más de 24.000 empleados y presente en 37 países, este compromiso es global con el medio ambiente, la seguridad, ética, derechos humanos, innovación y desarrollo social.
La seguridad es nuestra primera obligación. Repsol aspira a un horizonte de cero accidentes, por responsabilidad empresarial y moral. Es tal su importancia que los empleados tenemos objetivos con impacto en nuestra retribución ligados a la seguridad y respeto medioambiental.
Repsol debe ser parte de la solución contra el cambio climático. Nuestra estrategia de energía y carbono fija una reducción de emisiones de 1,9 millones de toneladas entre 2014 y 2020, con un cumplimiento ya conseguido de casi tres cuartas partes; e integramos, junto a nueve grandes compañías del sector, la OGCI, donde impulsamos inversiones para reducir el efecto invernadero.
Somos responsables con la sociedad. Apoyando el desarrollo social y actividades formativas, culturales y de empleabilidad donde estamos presentes. Y promoviendo el talento de los empleados de Repsol.
Además, buscamos ser parte del futuro energético. Un mix en el que el gas tendrá mucho que aportar y en el que ponemos nuestra innovación al servicio de la sociedad.
En diciembre de 2013, Repsol puso en marcha el proyecto de explotación de gas en Margarita-Huacaya, el campo de mayor producción en la historia del país andino. "Empezamos con una exploración, y desde ese mismo momento creamos en paralelo un sistema de monitoreo socioambiental en colaboración con las poblaciones guaraníes vecinas", relata Carlos Monjas, jefe de relaciones con las comunidades y Derechos Humanos para América de la multinacional, que explica el método que Repsol suele aplicar cuando llega a una zona: "Eres el nuevo en un entorno y tienes que adaptarte. Para ello se forman grupos en permanente contacto con los representantes de esas comunidades [unos 1.000 habitantes en el terreno de la explotación], aprendemos sus necesidades para tratar de causar el mínimo impacto e incluso que este impacto sea positivo". En el caso del proyecto de Margarita, el principal interlocutor de Repsol es el Consejo de Capitanes Guaraníes de Chuquisaca, la región del sur de Bolivia donde se ubica la operación.
Respetar modos de vida
"Organizamos talleres con las comunidades para potenciar sus conocimientos y desarrollar actividades que les permitiesen ser sostenibles, y hablábamos con ellos para tratar de causar los menores cambios en sus vidas y en su entorno", recuerda Monjas. Y pone varios ejemplos: si un camión de la compañía levantaba demasiado polvo se sustituía o se regaba el camino para evitarlo; si se daba el caso de que un campamento de operarios se instalase por error en algún terreno vetado, se levantaba y se restauraba el lugar. "Son comunidades indígenas que en muchos casos tienen derechos especiales. Con ellos evaluamos el alcance medioambiental de nuestra actividad y el social. Tenemos que respetar sus modos de vida, por ejemplo la caza o la pesca", subraya el representante de Repsol. Las formas también son importantes: "Estamos pendientes de todas sus reclamaciones y de ir a su ritmo. En la Guajira colombiana, por poner otro caso, tienen unos tiempos muy lentos. Aquello se tuvo en cuenta. Entender esto mejoró las relaciones, estaban muy agradecidos".
Repsol forma a los miembros de las comunidades en artesanía y producción de alimentos con los recursos de la zona, enseñando todo el proceso, desde la fabricación hasta la comercialización. "En Margarita es muy típica la producción apícola, miel y derivados. Hicimos talleres para tratar las enfermedades de las abejas y para conseguir una mejora en la preparación y venta de esos productos", expone el representante de Repsol. Endulzar la vida es un caso paradigmático de la filosofía a largo plazo de la compañía: comenzó antes de la exploración de 2013 y hoy permite a más de 60 apicultores obtener unos 1.400 kilos de miel para comercializar y crear tejido productivo. "El estudio salió bien; calculamos que nuestra presencia allí se extenderá hasta 2032, y no queremos dejar de estar involucrados", sentencia Carlos Monjas.
La empresa energética señala los derechos humanos como otro eje de vigilancia en todo el proceso de trabajo. "Todos los que operan en el terreno, incluso los contratistas, están formados en Derechos Humanos y en las particularidades culturales de las comunidades alrededor, y también se trabaja para fomentar su ejercicio en nuestros vecinos. Se realiza un seguimiento para que no exista ningún problema y tomamos las medidas necesarias si los hay, siempre en coordinación con la propia comunidad", desarrolla el responsable de la empresa en América, que pone un ejemplo de la capacidad de estas iniciativas para ser agentes de cambio: "En Colombia apoyamos un proyecto para potenciar el cultivo de cacao en lugar de cocaína [Procompite, que actúa en regiones como Putumayo o Meta, tradicionalmente pobladas de campos ilegales de coca]. Son zonas que han vivido años de guerrilla y les damos una formación para producir a nivel comercial". Uno de los cacaoteros surgidos de este proyecto, Abraham Fernández, ha ganado este año el Premio Cacao de Oro como mejor plantación de Colombia, y ha podido exponer su producto en el Salón del Chocolate de París.
Economía circular
La visión de sostenibilidad de la compañía incluye también ser "parte de la solución" al cambio climático. En este sentido, Repsol ha reducido sus emisiones en 1,4 millones de toneladas de CO2 al año entre 2014 y 2017, con una inversión superior a los 350 millones de euros. Trabaja para adoptar la economía circular en cada vez más procesos y con más recursos. Una muestra es la gestión del agua: un 20% del agua captada es reutilizada, 10 millones de toneladas. En el agua también se colocan biotopos, boyas ecológicas que delimitan zonas de baño al tiempo que fomentan la biodiversidad al funcionar como arrecifes. En Tarragona, junto a uno de los complejos industriales de Repsol, se han instalado más de 100 en los últimos años.
"Repsol va a seguir siendo parte de la solución en el reto que supone el cambio climático", valora Fernando Ruiz, director de sostenibilidad de la compañía. Con vistas al futuro, Repsol ha sumado esfuerzos con otras nueve grandes multinacionales del sector (en conjunto suministran una quinta parte de la producción global de gas y de petróleo) en la iniciativa OGCI (Oil and Gas Climate Initiative). Esta organización tiene como objetivo desarrollar y apoyar, a través de un fondo de inversión, nuevas tecnologías que permitan reducir de manera efectiva las emisiones de carbono, y explorar oportunidades de negocio menos intensivos en carbono. El pasado 27 de octubre anunciaban las primeras inversiones. "Para elegirlas hemos analizado más de un centenar de compañías. Buscábamos soluciones prácticas que produzcan un efecto a nivel mundial en la disminución de emisiones", detalla Ruiz.
La tecnología de Solidia, una de las tres compañías en las que ha invertido la OGCI, permite producir cemento generando menos emisiones. Tiene el potencial de recortar un 70% el CO2 en la producción de hormigón y un 80% el consumo de agua. "Repsol está avanzando en el uso del CO2 como materia prima, incluyéndolo ya en algunos de sus procesos de fabricación de polímeros. Se trata de cambiar un problema por una oportunidad", valora Fernando Ruiz, que afirma que la OGCI cuenta con 1.000 millones de dólares para invertir en los próximos 10 años: "Si este monto se acaba antes serán buenas noticias. Significará que estamos sabiendo encontrar soluciones tangibles".
Los datos
Entre 2006 y el tercer trimestre de 2017, Repsol redujo sus emisiones en 4,5 millones de toneladas de CO2 al año
350 millones de euros de inversión para reducción de emisiones 2014-2017
10 millones de toneladas de agua reutilizada
19,8 millones de euros de inversión social voluntaria
Contenido patrocinado elaborado con la colaboración de la marca.