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Bosch da energía a motos y bicicletas

El fabricante alemán es el mayor productor de motores eléctricos para las dos ruedas

Imagen del centro de producción de Bosch en Madrid. 
Imagen del centro de producción de Bosch en Madrid. Kike Para

La industria de la automoción en España finalizó 2016 con producciones y ventas cercanas a los niveles de antes de la crisis y las perspectivas para este año no son malas. En ese contexto asume la presidencia del Grupo Bosch para la península Ibérica Javier González Pareja, el primer español en ocupar ese puesto. Se trata, entre otras cosas, del mayor proveedor mundial de componentes para automóviles. Con una plantilla total que supera los 375.000 empleados repartidos en 60 países no es de extrañar su preocupación por “los posibles efectos de la nueva situación en Reino Unido y Estados Unidos”.

De cualquier manera, cree que se va a moderar algo el crecimiento del grupo respecto al registrado en 2016. Las ventas en 2015 superaron los 70.600 millones de euros, correspondiendo el 59% a su división de automoción, Mobility Solutions. Una actividad en la que Bosch crece a un 5% anual frente al 2% de media mundial. En cuanto a España, su tercer mercado más importante de Europa y con una plantilla de 8.700 trabajadores, también esperan crecer “aunque menos que en 2016”.

González asume su cargo en un momento de grandes transformaciones tecnológicas e industriales. En sectores como el automóvil se está pasando de la mecánica a la electrónica, y lo que es más significativo, del hardware al software. Una circunstancia que tienen muy en cuenta en Bosch, con 130 años de historia —108 años en España—, que quiere “seguir siendo una empresa de hardware, pero con una presencia cada vez mayor en programas informáticos. “De hecho, el 30% de los ingenieros que se contratan en todo el mundo son de software. En 2016 hemos firmado acuerdos de colaboración con SAP, con General Electric…, y en la pasada primavera Bosch ha creado su propia nube”, dice González.

Un ojo en Silicon Valley

El grupo alemán invierte 400 millones al año en tecnologías relacionadas con el coche eléctrico

Pero en ese recorrido las empresas se están encontrando con las que hacen el camino a la inversa. Silicon Valley es un hervidero en ese ámbito y no se descartan adquisiciones. “La gran ventaja de los nuevos actores es que pueden ser más creativos que los que tienen ya unas estructuras importantes. Tienen la libertad de decidir si construyen algo o lo compran”, dice el presidente. Los coches que se crean en la meca de la tecnología ya llevan productos Bosch. “Las nuevas empresas serán competidoras, pero también clientes”.

Una de las ventajas con las que cuenta el grupo alemán ante esta situación es su apuesta por la transferencia de tecnología de un ámbito a otro. Los sensores de la sonda lambda de los catalizadores de automóviles (que reducen emisiones) se aplican a los hornos domésticos para controlar la cocción, y el sistema de control de estabilidad de coches y motocicletas se emplea también en los teléfonos móviles. Gracias a estas transferencias ha conseguido un crecimiento del 20% en su facturación de productos para motocicletas, una división creada a mediados de 2015 y con la que esperan facturar más de 1.000 millones de euros en 2020. “Además, ya somos el mayor productor de motores eléctricos para bicicletas. Más de dos millones en 2015”. Se trata de un artículo de ocio en Occidente, pero que “en países como China o India es el primer vehículo y de ahí se pasa a la moto”.

En la última edición de la feria de tecnología y electrónica de consumo de Las Vegas ­—CES—, fueron galardonados varios de sus sistemas aplicados a estos vehículos que incorporan una pantalla de información que reemplaza al panel de instrumentos, un dispositivo de conectividad integrado que se adapta a las características de la conducción, avisos de emergencia, control de seguridad… “El ABS es obligatorio a partir de este mes, una vez más se trata de transferir tecnologías de un lugar a otro. De los coches a las motos, y el siguiente paso en seguridad son las personas. Bosch ha creado en Alemania la empresa Vivatar, que, entre otras cosas, ha desarrollado un sistema de emergencia para corredores y ciclistas que se encuentren solos y sufran algún percance”.

La seguridad está detrás de todas las aportaciones de Bosch al desarrollo del coche autónomo. Otro objetivo también es facilitar la movilidad de las personas que no la tienen. Aunque reconoce que no va a ser un camino fácil y que muchas previsiones sobre la presencia generalizada de estas nuevas tecnologías en la calle no se cumplirán, se muestra optimista: “Yo ya he circulado por Stuttgart con un coche autónomo en condiciones normales un viernes por la tarde con mucho tráfico”. Incluso se atreve a poner fechas: “En el aspecto técnico, el coche autónomo estará disponible en 2025. Pero a partir de 2020 ya podrá circular con piloto automático por las autopistas”.

Aspectos legales

Pero antes habrá que hacer frente también a los aspectos legales, “no hay que olvidar que sigue vigente la Convención de Viena de 1968, que exige la presencia del conductor…”. Y habrá que determinar las responsabilidades de los seguros, la creación de infraestructuras que permitan su desarrollo y asegurar la convivencia de estos vehículos con los no automatizados, “un periodo infinito”, según González, por lo que “hay que preparar el coche para que las exigencias de apoyos externos sean mínimas. Y hay que convivir también con conductores que pueden no respetar siempre el código de circulación”.

Su antecesor en el cargo, Frank Seidel, decía que el coche del futuro sería eléctrico, autónomo y conectado. Hoy, el 40% de los productos que salen de sus fábricas ya ofrecen conexión a Internet, y en 2020 serán el 100%. “Y el 75% de los smartphones de todo el mundo llevan algún sensor Bosch”, apuntilla el nuevo presidente de Bosch en España. “El objetivo es que en 2025 el 25% de los coches sean eléctricos, híbridos o híbridos enchufables. No sabemos si vamos a llegar, pero ya estamos invirtiendo 400 millones al año en I+D en tecnologías relacionadas con el coche eléctrico. Sólo en el ámbito de la batería, tenemos más de 1.000 ingenieros. Nuestro objetivo es que en 2020 las baterías tengan el doble de autonomía y que el resto de componentes consuman menos”.

En ese sentido, el verano de 2015 Bosch compró una start-up californiana ­—SEEO— que, a diferencia de las líquidas actuales, apuesta por el desarrollo de baterías sólidas. Y tiene también una joint venture en Japón con Mitsubishi y GS Yuasa para desarrollar baterías de litio.

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