La quimera de la casa accesible
El 77% de los edificios de viviendas tiene barreras difíciles de salvar para personas con movilidad reducida
Esta misma semana una casa accesible alojada en un tráiler ha puesto fin a su periplo de tres meses que la ha llevado por 15 ciudades españolas. Unas 30.000 personas han podido ver desde dentro cómo es una vivienda sin barreras y con un mobiliario que facilita la autonomía de personas con movilidad reducida y diferentes situaciones de discapacidad. La Fundación ONCE, junto con el Real Patronato sobre Discapacidad, ha querido significar que vivienda y accesibilidad universal pueden y deben ir de la mano, al igual que sucede con la seguridad o la eficiencia energética.
¿Ha visto alguna vez un anuncio que venda un piso accesible? Probablemente no. "Aún sigue estando presente la idea de que lograr viviendas universalmente accesibles es muy costoso e incrementa el precio final. Por ello, quienes promueven no abordan esta cuestión en profundidad", indica Jesús Hernández-Galán, director de Accesibilidad Universal e Innovación de la Fundación ONCE. Ahora bien, existe una demanda real que crece cada día motivada por la mayor longevidad de la población. Al igual que necesita un trastero o una plaza de garaje, precisa que su vivienda esté adaptada. "Cada espacio e instalación debería ser diseñado y construido para ser utilizado por cualquier persona, de forma autónoma y segura, independientemente de sus capacidades", dice María José Carmona, de la empresa Entorno Accesible.
Según los últimos datos del INE, de los 3,85 millones de personas con discapacidad que hay en España, el 51,5% tiene dificultad para desenvolverse con normalidad, especialmente en las escaleras (43,3%) y baños (29,8%). Y peor aún: del parque de edificios de viviendas existente, solo el 23% se puede considerar accesible. En el resto hay barreras.
La situación es más complicada en las fincas más antiguas. "Hay edificios que, por su antigüedad y sus características técnicas, no permiten suprimir barreras arquitectónicas. Es imposible realizar una rampa de subida al portal, o instalar un ascensor o salvaescaleras", señala Salvador Díez, presidente del Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas (CGCAF).
Entrar y salir de casa sigue siendo el primer eslabón fallido. Solo la zona de acceso de dos cada 100 viviendas cumple con criterios de accesibilidad universal, según los estudios de la Fundación ONCE. Es habitual que las rampas que salvan las escaleras estén mal diseñadas, con pendientes que en algunos casos son del 20%, cuando no deberían superar el 10%. Aunque parezca incongruente, el ascensor es otra barrera. Solo el 15% tiene accesos y dimensiones interiores accesibles, comenta Hernández-Galán. "Es más que habitual que la botonera no esté adaptada, que las puertas abran hacia dentro o que no quepa la silla de ruedas", dice Borja Romero, de la empresa Adom Autonomía.
Plazo para obras
Los propietarios tienen de plazo hasta el 4 de diciembre de 2017 para hacer obras que supriman barreras arquitectónicas (rampas, salvaescaleras, ascensores...), siempre que sea técnicamente posible, según obliga la Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad del año 2013. Mientras que el coste no supere 12 mensualidades anuales, los gastos de las obras son para todos los vecinos. Si se sobrepasa, tiene que haber acuerdo de la mayoría.
Los porteros automáticos, buzones, interruptores o timbres deberían estar situados a 1,40 metros, según las recomendaciones del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Y si hay un rellano, deberá tener un ancho mínimo de 1,20 metros para el giro de una silla de ruedas.
Tanto la puerta de la calle como la del piso vuelven a ser un problema. "La solución es automatizarlas para que con solo apretar un botón del mando a distancia se pueda abrir y cerrar", cuenta Romero. Esta actuación cuesta unos 2.000 euros. En la casa accesible de la Fundación ONCE, la puerta de entrada "cuenta con un sistema de apertura automático, de forma que desde el móvil se activa el giro de la llave y un sistema de brazo electrónico tira de ella", señala Hernández-Galán. También la mirilla electrónica permite saber quién llama sin que el propietario tenga que moverse, ya que la imagen le llega al móvil o la tableta.
Adaptar baños y puertas
Los problemas no terminan en el interior del piso, más bien empiezan otros nuevos. El baño y la cocina de las casas españolas tienen graves problemas de accesibilidad y las puertas y pasillos impiden moverse con libertad. El ancho estándar de las puertas suele ser de 70 centímetros, por lo que es imposible que pase una silla de ruedas. Deben tener 80 centímetros, y una buena forma de aumentar el espacio libre es colocar puertas correderas, con las guías empotradas en el suelo o en la parte superior, señalan en Reparalia. Para deambular con facilidad podría ser necesario tirar muros y hacer el espacio lo más diáfano posible, sin pasillos.
El baño es una estancia crítica. El 70% de las peticiones que llega a la empresa Adom son para adaptar este espacio. Aquí toca sustituir la bañera por un plato de ducha que sea 100% plano y sin mamparas, colocar asideros, elevar la altura del inodoro y eliminar el pie del lavabo. No puede faltar suelo antideslizante, dicen en Reparalia. El coste de adaptar el baño va de 600 a 2.500 euros, según Hernández-Galán. En la cocina es importante dejar un espacio libre de obstáculos por debajo de la encimera de 70 centímetros y cambiar los muebles por una cortinilla. Útiles son los armarios motorizados, que suben y bajan para adaptarse a la altura de un usuario en silla de ruedas.
El mercado ofrece multitud de ayudas técnicas para todo tipo de discapacidades (grúas de techo, avisadores luminosos...). El límite lo pone el bolsillo del usuario. A la hora de solicitar ayudas, "no son muchos los programas activos capaces de dar una mínima cobertura a la demanda existente. Normalmente tiene una cuantía de hasta 3.000 euros", explica Carmona. Eso sí, tienen derecho a deducción fiscal (el 20% hasta un máximo de 12.080 euros) aquellos que empezaron a pagar la obra antes de enero de 2013, siempre que la actuación esté terminada antes de enero de 2017.
A tener en cuenta en el interior
-Los cajones deben tener asas en lugar de pomos.
-Las ventanas deben ser correderas y abrirse hacia fuera.
-La altura mínima de la cama recomendada es entre 45 y 50 centímetros.
-La distribución de los muebles de la cocina en forma de L o U permite tener siempre un punto de apoyo durante los desplazamientos.
-Los grifos monomando facilitan la apertura, cierre y regulación del agua.
Todo el suelo de la casa debe ser duro y antideslizante.
-La amplitud de los pasillos debe ser entre 0,90 y un metro. Crear espacios en el pasillo de 1,20 metros libre de obstáculos frente a la puerta para que la silla pueda girar.
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