El cable submarino Marea: a prueba de tormentas, pescadores y tiburones
Los pares de fibra óptica del cable que unirá España y EE UU van protegidos por capas de materiales resistentes a todo tipo de peligros e inclemencias
El nuevo cable submarino Marea, que unirá Estados Unidos y Europa a través de España, se construirá con la última tecnología, no solo en la parte de la fibra óptica, que conduce la información, sino de las capas que la envuelven para protegerla de las inclemencias de los océanos.
El tubo es de varios centímetros de grosor, aunque los hilos de fibra óptica que van en su interior, fabricados en cristal de alta pureza, son tan delgados como un cabello humano. Los pares de fibra están protegidos por un tubo de acero para contener la presión del agua, ya que algunos de ellos soportan hasta ocho kilómetros de agua encima, el equivalente al peso de un elefante sobre una mano humana. Una capa de cobre o de aluminio mantiene los cables juntos y transmite la electricidad a las unidades repetidoras a través de todo el cable, para así amplificar las señales de los datos. La última capa es de polietileno, que lo protege de las inclemencias del agua.
Los cables submarinos afrontan toda suerte de peligros, desde los seísmos, las tormentas y las mareas, hasta los mordiscos de los tiburones. Los escuálidos se dejan engañar por los campos magnéticos que crean alrededor los cables, los confunden con peces en movimiento y los muerden. Por eso, Google está diseñando cables revestidos de kevlar, que ofrece un mejor aislante. Aunque las averías más habituales se producen por las redes de los pescadores de arrastre y por las anclas en aguas poco profundas.
En el caso de Marea, Facebook y Microsoft estuvieron realizando localizaciones en toda la costa cantábrica para ver el punto de amarre ideal, y se decidieron por la localidad vizcaína de Sopelana porque era la que menos peligros ofrecía.
Más eficientes que el satélite
Su importancia para las telecomunicaciones es vital. Cerca del 99% de los datos transoceánicos se envían mediante cables submarinos, frente a la situación que se vivía hace apenas dos décadas, cuando prácticamente todo el tráfico a grandes distancias se enviaba mediante satélites. La conexión satelital tiene mucho menos capacidad y su respuesta es mucho más lenta que la que ofrece la fibra.
Pero no solo tiene que protegerse de las inclemencias y los peligros físicos. Toda la información que circula por ellos es un suculento bocado para los Gobiernos, los espías y los piratas informáticos. Por eso, algunos países como Brasil han decidido construir sus propios cables con el fin de asegurarse que su información viaja segura.
La capacidad de los cables ha crecido al ritmo que lo hacía la demanda de datos. Marea, de 6.600 kilómetros de longitud, está en la vanguardia. Posee pares de fibra del cable para proporcionar una capacidad de 160 terabits por segundo, 16 millones de veces más rápido que una conexión de Internet doméstica. Con esa capacidad, equivalente a 160 millones de megas por segundo, se pueden transmitir 36.000 películas en formato Blu-Ray en un segundo. Además, Marea es mucho más rápido que otros cables submarinos, incluso los de reciente tendido, como el AECConnect, que sólo llega a 40 terabits por segundo.
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