La impresión en 3D llega a la Bolsa
Protorapid aspira a colocar un 30% de su capital en el MAB y conseguir un millón de euros
Serás un loco hasta que tu idea funcione”, dice una frase que suele gustar a los emprendedores. Protorapid, una empresa catalana que se dedica a la impresión de piezas en tres dimensiones —y que el año pasado facturó 1,6 millones de euros—, era uno de esos proyectos difíciles de explicar cuando nació, hace 20 años. Su fundador, Javier Payret, proyecta una ampliación de capital como paso previo a su salida al Mercado Alternativo Bursátil, prevista para finales de este año. Con ese último paso espera captar un millón de euros de financiación con la venta del 30% del capital.
Payret se dedicaba a dar clases de informática para adultos cuando comenzó a oír hablar de una tecnología que iba a revolucionar la industria. “Hice una pequeña prospección sobre cómo era el modelo de negocio de la impresión en tres dimensiones y en abril de 1997 monté la empresa para empezar a dar servicios de prototipos rápidos. Estaba enfocada a la industria, facilitábamos cualquier componente, ya fuese para una grabadora, para un teléfono móvil, una pieza de automoción, un electrodoméstico… Era una tecnología muy incipiente”.
Sin apenas capital, bajo el nombre de MCR el proyecto echó a andar con él como socio. “Al principio solo comercializábamos los productos, no invertimos en maquinaria. Unos años después creamos una joint venture con una empresa portuguesa para fabricar las piezas. Desarrollamos otro tipo de servicios, como la ingeniería inversa”. Aplicando un escáner tridimensional a un objeto real consiguen la geometría del elemento que luego utilizan para generar los moldes. Elaboran productos para empresas que necesitan hacer tiradas cortas de piezas. En sus dos décadas de existencia han completado 17.000 pedidos de piezas plásticas para más de 800 clientes. Desarrollaron elementos para el interior de cabina del Airbus 380 o para batidoras Moulinex. En automoción han trabajado para Seat, Volkswagen, BMW o PSA Peugeot Citroën.
“Pasamos un momento de crisis muy fuerte en 2009, nuestra facturación descendió a 300.000 euros”, lamenta Payret. La recuperación llegó: duplicaron las ventas en tres años y esperan facturar 2,5 millones este ejercicio. Acaban de estrenar una nueva sede en la localidad de Ripollet. ¿Por qué se fueron a fabricar a Portugal y no a China? “Portugal ya es un país de bajo coste. Los sueldos son mucho más bajos, y la calidad en China no es la misma”, analiza Payret. Tere Utrera, la gerente que acaban de incorporar a la firma, asiente y añade que su próximo objetivo es dar el salto al mercado francés. Ambos explican que la tecnología de impresión 3D ha evolucionado mucho menos de lo que la gente se imagina. “Básicamente existen tres sistemas, los mismos que había en 1993. Puede que ahora las impresoras sean más rápidas, con máquinas más grandes, pero parten del mismo principio”. La popularización de las impresoras para uso doméstico, sin embargo, ha hecho que por poco más de 500 euros cualquiera pueda tener una en casa, pero ofrecen una calidad muy inferior a las piezas que diseñan en Protorapid.
La empresa tiene en cartera 230 clientes y explora un mercado con gran potencial de crecimiento: la medicina. Utrera explica que están preparando moldes para dentistas y cirujanos. “Podemos convertir un TAC realizado a una persona enferma en un fichero en tres dimensiones con el que reconstruimos el órgano analizado. Es útil, por ejemplo, en una operación cerebral. El cirujano sabe exactamente dónde está el tumor del paciente antes de la operación”.
Origen y expansión
» Mercado nacional.
El crecimiento de Protorapid se ha apoyado en su experiencia y en su expansión en el mercado catalán a través de la empresa Utrera Blanco. La automoción absorbe el 40% de sus pedidos, seguido por la electrónica de consumo.
» Proyectos.
Crear delegaciones propias en Francia, Alemania y Reino Unido para ampliar sus mercados.
Su competencia en España la desarrollan centros tecnológicos y filiales de multinacionales, pero no temen la pugna de empresas asiáticas por los menores costes. “Tenemos un equipo de ingeniería que se desplaza al cliente para que la impresión 3D salga correcta, con plazos de entrega muy cortos. Uno de nuestros éxitos parte de que podemos ir a visitar a un cliente las veces que haga falta, una empresa en China no va a hacer lo mismo”, señala el fundador. Sin embargo, es consciente de que su único camino está en crecer. En otros países europeos empresas como Protorapid facturan más de 10 millones de euros. “Somos decanos en España, nuestro potencial es enorme”, creen.
Francisco de la Torre, director de consultoría estratégica y financiación de Pimec, la patronal de las pymes catalanas que asesora la salida al MAB de Protorapid, ha analizado la empresa y considera que necesita expandirse sin el recurso a la financiación bancaria. “Javier es un empresario muy inteligente, capaz. Nuestro asesoramiento pasa por que entienda los hitos que nos podemos ir encontrando a lo largo de este proceso, porque nos importa que los empresarios a los que ayudamos sean personas que realmente tengan una visión de crecimiento. Le marcamos los pasos que hay que seguir y haremos el acompañamiento después de que comience a cotizar”.
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