Desalentador análisis de la patronal
Un informe de la CEOE culpa a la actividad económica y al tejido productivo de las disfunciones y rigideces del mercado laboral español
Un documento de la patronal CEOE, titulado Singularidades Socioeconómicas del Mercado Laboral Español, dibuja un panorama muy desalentador sobre la realidad española. El informe, que sirve de base para la formulación de propuestas de la gran patronal de cara a las próximas elecciones generales, lo ha elaborado la Comisión de Empleo y Diálogo Social por encargo del presidente, Juan Rosell, en la asamblea celebrada en junio y será presentado en la próxima junta directiva del 15 de julio. La finalidad es “profundizar en aquéllas singularidades, de carácter coyuntural o estructural, del mercado de trabajo en España que determinen el comportamiento diferencial”.
Aspectos económicos. Para la CEOE, las características económicas no son determinantes para explicar las rigideces y disfunciones del mercado laboral y, sobre todo, su diferencial en tasa de paro con otros países. Sin embargo, la estructura de la actividad económica o la del tejido productivo, dominado por pymes (en muchos casos micropymes) con menor resistencia ante cirunstancias adversas, incide en el tipo de empleo que se genera y tienen un impacto significativo en la productividad, la innovación y la competitividad y, por ello, en la capacidad y en el tipo de empleo.
A su juicio, uno de los aspectos con mayor impacto es la disfunción entre el empleo y el ciclo económico. España es el país de la UE en el que el empleo es más vulnerable al ciclo económico (durante la expansión se crea más empleo y en épocas de recesión se destruye más). Mientras en la Eurozona el número de desempleados aumentó algo más del 60% en el periodo 2007-2013 (se llegó a 19 millones), en España creció el 225%, superando los seis millones. De esta forma, en 2014 los parados españoles suponían un 30% del total de la eurozona, el doble de 2007. Además están la elevada tasa de temporalidad (30% frente al 15% de la eurozona) y la parcialidad, que está menos desarrollada que en la eurozona (16% frente al 22%). Según la patronal, “el mercado laboral español no funciona de manera eficiente”.
Además, existe una base empresarial exportadora reducida, elevados índices de economía sumergida (la cifra en el 22,8% del PIB) y falta de transparencia y de unidad de mercado, lo que eleva los costes de transacción, dificulta la movilidad y lastra el crecimiento. A esos aspectos, hay que añadir otros de carácter coyuntural: alta morosidad de las Administraciones Públicas (retraso medio en el pago de más de 250 días) y dificultades de financiación por las restricciones del crédito.
Capital humano. También enumera varias causas que han influido en ese impacto relacionadas con el capital humano. En ese sentido, destacan las siguientes: integración incompleta de la política de recursos humanos en la estrategia de la empresa; falta de ajuste entre la cualificación demandada por las empresas y la que ofrecen los trabajadores; polarización entre los que tienen nivel universitario y los que apenas terminan la educación obligatoria; ausencia de una adecuada orientación formativa y profesional.
A ello se suma la carencia de una cultura de aprendizaje permanente; fracaso en el aprendizaje de otro idioma; insuficientes métodos de enseñanza innovadores y de uso de tecnologías de la información; falta de iniciativa emprendedora o el envejecimiento de la población (entre 2002 y 2014 la población entre 16 y 30 años se redujo en 2,1 millones de personas y la mayor de 35 aumentó en 5,9 millones).
Políticas de Empleo. “Siete años después del inicio de la crisis, los efectos más graves de la misma se siguen manifestando”, lo que se debe a la prioridad que se da a las políticas pasivas (pago de prestaciones y ayudas al paro) y actividades burocráticas (contabilización de contratos y parados) sobre las activas y la insuficiente conexión entre esas políticas, que se centran en el desempleado sin atender las necesidades de la empresa.
Relaciones laborales. El documento concluye que el sistema de relaciones laborales en España presenta importantes rigideces. Critica “la excesiva judicialización e inseguridad jurídica ante las múltiples reformas y cambios normativos”, y habla de la dualidad del mercado laboral por “los elevados costes de despido de los contratos indefinidos, la excesiva judicialización de los despidos colectivos, el maremágnum de bonificaciones que desorienta más que facilita la contratación y la falta de una suficiente adaptación de la negociación colectiva a las necesidades de las empresas”.
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