Batalla en la patronal del metal

Las elecciones a la presidencia de Confemetal, la patronal del metal que es una de las más poderosas dentro de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). La organización, que fuera uno de los resortes en los que siempre se sustentó la gran patronal de José María Cuevas para desarrollar y lanzar su política, va a vivir un duelo que no se presumía hace solo unos meses. A Javier Ferrer, que heredó la presidencia de Carlos Pérez de Bricio hace cuatro años después de muchos de escudero como vicepresidente, le ha salido un competidor. Y ese competidor es nada más y nada menos que Antonio Garamendi, presidente de Cepyme y vicepresidente de CEOE, al que dio su apoyo en el intento de este de asaltar el sillón de la gran patronal en las elecciones de diciembre pasado contra Juan Rosell. Sin embargo, los observadores más reflexivos sostienen que, en realidad, no apoyaba a Garamendi, entonces tesorero de Confemetal y presidente de Cepyme; sino que atacaba a Rosell, quien le había declarado la guerra tras anunciarle que no seguiría como vicepresidente de la CEOE.

Ferrer participó en la cena en la que se fraguó la candidatura de Garamendi en el Club Financiero Génova junto a Juan Pablo Lázaro, hoy presidente de la patronal madrileña CEIM y vicepresidente de CEOE que hacía de anfitrión como responsable del citado establecimiento, y Juan Lazcano, presidente de la Confederación Española de la Construcción (CEC) y como Ferrer defenestrado de antemano de la vicepresidencia de la CEOE. De hecho, Confemetal se arrogó el lanzamiento de la candidatura de Garamendi como algo propio ya que en aquellos momentos era el tesorero de la organización.

Confemetal es una de las organizaciones con más peso dentro de la gran patronal, donde tiene 25 votos. La forman 82 federaciones territoriales y sectoriales. Para Garamendi la posibilidad de presidirla supone un paso adelante para reforzar su figura de cara a un futuro como presidente de la CEOE, a la que aspira para la siguiente legislatura toda vez que Rosell no podrá repetir. Por eso, el empresario vasco no ha tardado en presentar su candidatura respondiendo a las peticiones que ha recibido desde el sector para pelear por el cargo con Javier Ferrer, al que consideran representante de unos tiempos que han cambiado.

Ferrer, en efecto, figura entre los constituyentes de la CEOE el 29 de junio de 1977 y entró a formar parte de su cúpula directiva con solo 32 años. Posteriormente, se convirtió en número dos de Confemetal, en la que reinaba el ex ministro de Industria con UCD Carlos Pérez de Bricio, cargo que compartió sucesivamente con la vicepresidencia y presidencia de Cepsa. Ingeniero técnico industrial de formación, procede de una empresa familiar, aunque se ha dedicado en cuerpo y alma a Confemetal, así como a la Federación de Empresarios del Metal de Zaragoza (FEMZ) y a la Confederación de Empresarios de Zaragoza, que presidió durante 17 años hasta el año pasado.

El veterano dirigente zaragozano no había presentado la candidatura hasta el viernes y hay quien dice que se lo está pensando tras la irrupción de Garamendi. No obstante, hizo saber su intención a continuar en una carta que envió a los miembros de la organización. En la fase previa ha habido un tercero en discordia, el dirigente del metal madrileño, José Miguel Guerrero, que hizo honor a su apellido en alguna disputa contra Rosell en la directiva de la patronal. Sin embargo, en el seno de la patronal se da por descartada su disputa a la poltrona presidencial, a la que están llamados 130 electores.

La candidatura de Garamendi, por su parte, cuenta con el apoyo de Rosell, con quien ha formado un tándem desde que se enfrentaron en las elecciones. La dirección de la CEOE les ha hecho compañeros de viaje. Garamendi, como presidente de Cepyme, pasó a ser vicepresidente de CEOE de forma automática. Desde entonces se integró en el aparato y ha estado involucrado en todas las negociaciones de la patronal con los sindicatos y con el Gobierno, así como en algunas decisiones de funcionamiento interno. Su regreso a Confemetal como presidente permite aventurar una mejor interrelación de esta poderosa organización con CEOE y Cepyme. Además, no existe ninguna incompatibilidad que impida ocupar ese sillón por el hecho de presidir Cepyme, como deja entrever Ferrer en la citada carta. Ya ocurrió con algunos de los anteriores presidentes como Jesús Terciado, que la compaginó con la de Castilla León.