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La salida de E.on de España inicia la reorganización del grupo alemán

La compañía confía en que el comprador de sus activos será "un buen empleador"

Johannes Teyssen, presidente ejecutivo de E.On.
Johannes Teyssen, presidente ejecutivo de E.On.WOLFGANG RATTAY (REUTERS)

La salida de E.On de España ha marcado el inicio de un plan de reorganización de la primera compañía eléctrica alemana. En un acto radical y que puede revolucionar el mundo de los gigantes de suministro energético, E.on, anunció que se dividirá en dos empresas, una centrada en las energías renovables y distribución de energía y la otra en la generación de electricidad convencional. Además de la venta de sus negocios en España y Portugal al inversor australiano Macquaire por 2.500 millones de euros, confirmada el domingo, avanzó que está estudiando desprenderse de su negocio en Italia.

La segregación de su negocio tradicional, que ha estado dedicado a la generación convencional de energía y al comercio global de energía, hará posible que E.on se centre en el futuro en la energía renovable, la gestión de redes eléctrica y de gas natural y la comercialización de energía. El gigante alemán también señaló que tendrá que hacer frente a nuevas depreciaciones por valor de 4.500 millones de euros en actividades en el sur de Europa y en algunas centrales tradicionales.

“Estamos convencidos de que es necesario responder a los drásticos cambios que están experimentando los mercados energéticos mundiales, a la innovación técnica y a las expectativas más diversas de los clientes con un nuevo y audaz comienzo. El amplio modelo actual de E.on ya no puede abordar debidamente estos nuevos retos”, señaló Johannes Teyssen, el principal ejecutivo de E.on.

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“Queremos establecer nuestro negocio de un modo significativamente diferente. E.on aprovechará el potencial de crecimiento creado por la transformación del mundo de la energía. Al mismo tiempo, vamos a crear una empresa sólida, independiente, que salvaguarde la seguridad de suministro para la transformación. Estas dos misiones son tan fundamentalmente diferentes que dos empresas separadas, con un enfoque claramente diferenciado, ofrecen las mejores perspectivas para el futuro”, añadió.

La escisión es la más reciente reacción de E.on a la caída de precios en el sector, originada por la sobrecapacidad de los reactores nucleares y la ampliación de la oferta de energía ecológica, que representó en 2013 una caída de casi un 25 %. “El actual y amplio modelo de negocio de E.on, a causa de los nuevos desafíos es insostenible”, admitió Teyssen al justificar la medida.

Macquarie destaca la "certidumbre" regulatoria en España y Portugal

Con respecto a la decisión de vender los negocios en España y Portugal, E.on justificó la venta como una medida para obtener mayor flexibilidad financiera y el nuevo propietario explotará y seguirá desarrollando las operaciones convencionales y renovables de E.on en ambos países que se convertirá en el próximo socio los clientes de distribución y venta en ambos países.

“Nos satisface saber que en Macquaire hemos hallado un buen empleador para nuestros trabajadores y ya ha demostrado su fiabilidad en la adquisición de nuestro negocio de red de transporte de gas en Alemania”, dijo Teyssen, quien señaló que la venta de los negocios en España y Portugal al fondo australiano incluye los 650.000 clientes de electricidad y gas y los 32.000 kilómetros de red de distribución eléctrica.

Según los planes del presidente de E.on. el sector del gigante dedicado a la generación de electricidad convencional se separará de la casa matriz en 2016 y ese mismo año cotizará en bolsa. La mayoría de las acciones irán a parar un depósito de los actuales accionistas de E.on y el resto será vendido poco a poco, Teyssen también aseguró que, a pesar de la división, se conservará la actual plantilla que asciende a unos 61 mil trabajadores, de los cuales unos 20.000 seguirán desempeñando sus labores en la generación de electricidad convencional.

“Suponemos que están asegurados los puestos de trabajo en ambas compañías”, señaló el ministro de Economía Sigmar Gabriel, quien añadió que el gobierno federal no tiene interés en entrar en la compañía y que no ponía en duda los compromisos adoptados con el abandono de la energía nuclear. Con esta decisión, E.on es la primera compañía en adoptar los pasos necesarios para enfrentar el cambiante mundo global de suministro de energía, y esto ciertamente crea nuevas oportunidades”.

Por su parte, Macquarie destacó como aspectos positivos en torno a su decisión de comprar los activos de E.ON en España y Portugal  la “certidumbre” regulatoria, informa Europa Press. “Estamos encantados de invertir en esta diversificada cartera de activos energéticos de calidad, en un momento en que existe una mayor certidumbre respecto del marco regulatorio y en el que las perspectivas económicas están mejorando”, afirma en una nota el responsable para Europa de Macquarie Infrastructure and Real Assets, Edward Beckley.

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