La historia del ferrocarril, en miniatura y con todo lujo de detalles

Estaciones vascas como la de Arriaga o leonesas como la del Carguero de La Silva también existen, con todo lujo de detalles, en miniatura, donde los pasajeros esperan con paciencia la llegada del tren, mientras los operarios realizan obras en las inmediaciones de las estaciones.

La localidad de Trobajo del Camino (León) acoge desde hoy y hasta el próximo domingo la XVII Exposición Internacional de Maquetas de Tren, donde se reproduce con minuciosidad y rigor lo que bien podría ser un país entero unido por las vías del tren.

Aficionados a las maquetas y al ferrocarril de León, Madrid, Valencia, País Vasco, Extremadura y Portugal se dan cita en este encuentro, organizado por la Asociación Leonesa del Ferrocarril (ALAF), en el que cada uno de los participantes aporta un módulo para configurar 106 metros de vía en miniatura.

De esta forma, se reproducen estaciones que se unen a otras maquetas ficticias que "intentan representar escenas reales" como rutas de montaña o puentes elevados, en función de la imaginación de cada creador, tal y como ha explicado en declaraciones a Efe Marcelino García, uno de los organizadores.

Lo que es completamente real y nada escapa al rigor son los vagones y las máquinas, que representan a escala a los convoyes de viajeros o de mercancías que son comunes ver en ferrocarriles y estaciones, pero también otras locomotoras antiguas como la 7700 o la histórica Mikado.

Todas ellas circulan por estas vías controladas por la más avanzada tecnología.

"Antes, se hacía circular a los trenes con tecnología analógica. Se jugaba con el positivo o el negativo para que el tren fuera para un lado o para otro. Ahora son sistemas digitales", ha explicado García.

Desde cada estación, cada creador de un módulo envía señales digitales que las locomotoras "interpretan" para hacer "lo que se quiera con ellas, mandarlas a un lado o a otro, controlar las luces o el sonido" o, incluso, poner "horarios" a los convoyes de viajeros para que no colisionen entre ellos mientras circulan.

Los últimos modelos en reproducciones, los escenarios más elaborados y la tecnología de control más avanzada es lo que se muestra en este tipo de encuentros, que se celebran dos veces al año, la última en la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz, el pasado otoño.

Un lugar en el que se exhibe el resultado de dos pasiones, por el tren y por las maquetas, un medio de transporte que el pasado mes de octubre celebró en León los 150 años de su llegada.