Portugal rebajó en 2013 su déficit al 4,9 por ciento, mejor de lo exigido por la troika

Portugal cerró el ejercicio 2013 con su déficit público situado en el 4,9 % del PIB, seis décimas mejor que el objetivo acordado con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de su rescate financiero.

El país logró así cumplir las metas exigidas por la troika después de no alcanzar ese objetivo en 2012 -acabó en el 6,4 % cuando tenía que dejarlo en el 5 %- y de tener que recurrir a un mecanismo excepcional como la transferencia de fondos de pensiones de la banca al Estado para conseguirlo en 2011.

Las autoridades lusas solicitaron la ayuda internacional en abril de 2011, poco después de conocerse que su déficit público se había disparado en 2010 hasta el 9,8 % tras ser revisado al alza en varias ocasiones.

Las severas medidas de austeridad aplicadas por el Ejecutivo luso durante los últimos tres años supusieron un fuerte recorte del gasto público, que se vio acompañado además de un incremento de la carga fiscal.

Sin embargo, lo que permitió al Ejecutivo cumplir con holgura sus objetivos para este año fue la "amnistía fiscal" lanzada a finales de 2013, que ofreció a todos los contribuyentes con deudas a Hacienda y la Seguridad Social la posibilidad de regularizar su situación con multas más bajas y sin cobrarles intereses por demora, entre otros beneficios.

El secretario de Estado de Asuntos Fiscales, Paulo Núncio, informó en enero de que a través de este programa se recaudaron 1.200 millones de euros, 500 más de lo previsto inicialmente.

Esta inyección contribuyó a que el déficit público luso pasase de los 10.641 millones de euros de 2012 a los 8.121 millones de euros del pasado ejercicio, según los datos divulgados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Para 2013, la meta inicial era del 4,5 %, aunque la troika aceptó suavizarla y también relajó sus exigencias para 2014 y 2015, establecidas ahora en el 4 y el 2,5 %.

Evolución contraria experimentó el peso de la deuda pública de Portugal, que se incrementó en cinco puntos respecto a 2012, hasta suponer ya el 129 % de su economía, influido entre otros motivos por la caída del PIB (-1,4 %).