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Tribuna
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El BCE hibernando

José Carlos Díez

Durante la semana se filtró información que anticipaba movimiento. El FMI sacó una influyente nota presionando al BCE a avanzar en las políticas no convencionales, siguiendo la estela de la Reserva Federal, el Banco de Japón y el Banco de Inglaterra. Pero el BCE dio otro giro de 360 grados. Uno de los grandes males que ayuda a explicar la nefasta política económica europea desde 2008 es que el banco central no tiene un mandato explícito de pleno empleo, además de estabilidad de precios, como sí tiene la Reserva Federal. Si en las elecciones europeas los conservadores liderados por Alemania mantienen el poder, seguiremos sin tenerlo sine die.

Pero, aun teniendo un problema de diseño en sus estatutos, el BCE está incumpliendo su mandato. El objetivo explícito de la política monetaria es que la inflación no esté muy alejada del 2%. La inflación está en el 0,8%. ¿Alguien duda que si estuviera al 3,2% el BCE estaría subiendo tipos y eliminando medidas no convencionales? Esta asimetría se explica por la propia asimetría cíclica entre países. Alemania tiene una tasa de paro en el 6%, subidas salariales y un superávit exterior del 7% del PIB. ¿Alguien duda que si Alemania tuviera una tasa de paro del 26%, salarios cayendo, PIB nominal estancado y crédito desplomándose como España el BCE estaría más activo incluso que la Reserva Federal?

El problema no es que el BCE no combata la deflación, sino que como miembro de la troika ha recomendado la bajada de salarios nominales como solución a la crisis. Es difícil resolver una crisis de deuda pero con deflación y apreciación del tipo de cambio es imposible. Nos dicen desde la troika que Grecia empieza a mejorar. En 2013 sus exportaciones de bienes estuvieron estancadas, a pesar de la bajada de salarios, continuó la fuga de capitales internacionales, la morosidad bancaria superó el 30%, la deuda pública estalló y la tasa de paro siguió aumentando. Pero lo más flagrante es que la deuda externa griega aumentó 15 puntos de PIB. En España la deuda externa neta también aumentó, el crédito se desplomó, el déficit público no se redujo y la deuda pública se disparó. El problema de la deuda se ha agravado significativamente en Europa, especialmente en la periferia.

El problema de la deuda externa se ha agravado en la periferia de la UE

Alemania está muy cómoda mientras China y los países emergentes le compren los productos que no le compramos en la periferia. Y Francia, Italia y España están preocupados por el descrédito de sus gobiernos y sin ninguna estrategia para cambiar el rumbo de la política económica. Como reconoce la troika, la actual política económica condena a la periferia a una década perdida.

El Bundesbank defiende a los alemanes de su fobia a la inflación y se protege en la tesis de que cuando el BCE interviene y baja las primas de riesgo, los gobiernos se relajan y no hacen sus deberes. Lamentablemente su segunda tesis es cierta. Rajoy negó en el congreso cualquier influencia del BCE en la bajada de nuestra prima de riesgo y se atribuyó el 100% del mérito. El relato del BCE está basado en un infinito condicional; si, si, si, si… y la mutualización y monetización de la deuda ni está ni se la espera. Un estancamiento secular en la periferia es insostenible y lo que no puede durar, alguna vez se acaba.

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