Vestir a Mariquita Pérez, una ilusión que continúa desde hace décadas
Mariquita Pérez fue la muñeca deseada por varias generaciones de niñas en España, que hoy son abuelas y madres, algunas de las cuales mantienen la misma ilusión que tenían hace décadas por vestirla con trajes y complementos, comprados o confeccionados de forma artesanal.
Mariquita Pérez es una muñeca española, creada por Leonor Coello de Portugal en 1938, cuando esta mujer de la alta sociedad tuvo la idea de que las niñas españolas dispusieran de un juguete autóctono, lo mismo que sucedía en países de Europa y América.
Su primera "tirada" fue de mil muñecas, que se vendió en apenas unos meses, a pesar de su precio alto para la época, de hasta ochenta pesetas; pero la calidad de los materiales y su vestuario hacían que no fuese una muñeca cualquiera.
Se continuó produciendo hasta 1976, fue exportada a otros países y se abrieron tiendas exclusivas para ella dentro y fuera de España, pero, cuando la democracia llega a España, los gustos de las niñas cambian, y el "boom" de Mariquita se apaga.
Esa es la primera historia de "Mariquita", pero no la última, porque las niñas a las que acompañó en su infancia no la olvidaron y, ya en su madurez, hicieron que la muñeca española, y su hermano Juanín, volviera a ser fabricada y hoy pueda encontrarse en las jugueterías.
Pero, además, internet ha servido para fomentar el coleccionismo de la antigua Mariquita, de la que existen infinidad de subastas y propuestas de compra en la red, con precios de más de mil euros para las piezas originales de los años cuarenta.
En medio de esta historia están las mujeres y abuelas que aprendieron a coser en la España de los años cincuenta y sesenta del pasado siglo, confeccionando trajes de muñeca y que no han perdido la ilusión por vestir a Mariquita Pérez.
Es el caso de las riojanas Rosa Nieves Ortuño y Angelines Blanco, que han elaborado un centenar de vestidos, abrigos y complementos para la muñeca y los han expuesto en Logroño, en la muestra "El vestidor de Mariquita Pérez", en la que ha colaborado la Fundación Caja Rioja.
La exposición ha logrado un éxito notable, ya que casi seis mil personas han acudido a la sala de exposiciones a recordar, en muchos casos, a su Mariquita.
Además, ofrece un catálogo amplísimo de vestidos, trajes largos y cortos, abrigos, cazadoras, gorros y todo aquello que una niña puede necesitar para vestir mil veces a su muñeca. También tiene su espacio Juanín, el hermano pequeño de Mariquita.
La muestra tiene como joya una Mariquita de los años cincuenta "que le costó a su dueña ochenta pesetas, en un momento en el que la mayoría de la gente ganaba diez por su trabajo", ha recordado Rosa Nieves Ortuño en declaraciones a EFE.
La propietaria de esa muñeca "ya entonces le hacía vestidos" con los patrones "de los de sus propias hijas", con lo que en la muestra pueden apreciarse algunas piezas que pasan por verdaderos trajes de niña, antiguos y actuales.
El precio que alcanzaron las primeras muñecas "demuestra que hubo una auténtica fiebre por Mariquita entre las niñas de los años cincuenta, "tanto que algunas familias ahorraban mucho tiempo para poder comprarla", recuerda Ortuño.
Eduardo Palacios.
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