Cajamar, el milagro cooperativo
Crea un banco como cara de las cajas rurales en la Unión Bancaria Europea
La cooperativa creada para financiar la agricultura almeriense antes de que explotara con el regadío se ha puesto el traje de banco para moverse en los mercados internacionales. Se llamará Banco de Crédito Cooperativo y permitirá a un grupo de cajas rurales capitaneado por Grupo Cooperativo Cajamar tener un estatus relevante en la Unión Bancaria Europea. “El mundo evoluciona y nos hemos puesto una cara reconocible en el exterior. Somos las únicas cajas españolas tras la conversión en bancos de las cajas de ahorros, y nos apellidamos rural cooperativa, nombre extraño en los mercados financieros. Cajas rurales de otros países dieron antes el paso para tener una central bancaria, como Rabobank en Holanda o Credit Agricole en Francia, y hoy son hasta el 30% de sus mercados”, explica Juan de la Cruz Cárdenas, presidente de Cajamar.
Las 19 cajas rurales del Grupo Cooperativo Cajamar han aprobado en asamblea la constitución del Banco de Crédito Cooperativo con un capital de mil millones de euros. El banco empezará a operar entre marzo y abril de 2014. Cajamar Caja Rural tiene el 90% del capital y el resto está en manos de las demás entidades de su grupo y otras 13 cajas rurales que serán accionistas y se nutrirán de sus servicios. El primer ejecutivo, como consejero delegado, será Manuel Yebra, y Luis Rodríguez González, hasta ahora director financiero de la entidad almeriense, será el presidente institucional. “Está muy bragado en mercados internacionales, perfecto para moverse por ellos. Yo tutelaré la actividad del banco desde la presidencia de la caja como primer accionista, para que no se desvíe de su cometido de servir a las pymes, familias y cooperativas agrícolas”, asegura De la Cruz.
Hay vida después de Fagor
La fortaleza del modelo cooperativo es a prueba de bomba. “El fracaso de Fagor se deriva de la crisis inmobiliaria. Su cabecera, Mondragón, es uno de los mayores grupos industriales del mundo. Podemos fallar, pero somos más cautos que las empresas porque tomamos las decisiones en asamblea”, asegura Juan Antonio Pedreño, presidente de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES). Las cooperativas son un autoempleo colectivo, “y por eso destruimos menos empleo que las sociedades en las crisis, nos bajamos el sueldo hasta un 40% antes de hacerlo. La recolocación de los empleados de Fagor demuestra la salud del modelo”, agrega Pedreño.
La mitad de la economía social son cooperativas que facturan 60.000 millones de euros, casi el 5% de la riqueza española. Son más de 22.000 con unos 3,1 millones de socios y trabajadores directos, además de casi el millón de socios de las 4.000 cooperativas agroalimentarias.
El presidente de Cajamar ha maridado su vida a la historia de la caja almeriense desde sus inicios de botones en 1969, con tesón e inteligencia. Fue el empleado número seis de la oficinita que tenía la entidad en un local sindical agrario, y recuerda el trasiego del fundador Juan del Águila, “con una carpetita bajo el brazo”, para obtener dinero de los bancos, y evangelizar a los agricultores sobre las bondades cooperativas. Un trabajo de gigantes.
“He vivido las fusiones por absorción de la cuarentena de cajas rurales de siete comunidades autónomas que nos han llevado a nuestra posición, la decimoquinta entidad financiera española en volumen de activos”, explica. Será la única cooperativa de crédito español supervisada por el Banco Central Europeo a partir de 2014, debido a su tamaño.
Su trayectoria rupturista y pionera al compás de la legislación les permitió abrir la primera oficina en las ciudades, y ser la primera cooperativa en asociar a las familias. “Un trabajo colectivo, colegiado y cauto. Nunca hemos perdido el horizonte de las pymes y las familias, a quienes financiamos, y eso nos ha salvado de la enorme exposición al ladrillo de otras entidades. No entramos en las grandes promociones inmobiliarias”, apostilla De la Cruz.
Sí han recibido el sufrimiento padecido por el arco mediterráneo durante la crisis, pero las reservas de 1.500 millones de euros acumulados durante 50 años les ha permitido “pasar el corte regulatorio del último año, una sangría para las entidades financieras. Todavía nos quedan 300 millones de euros de reservas”, algo conseguido solo por los líderes de la banca española.
Cajamar es la primera caja rural española, con más de 1,2 millones de socios y 3,5 millones de clientes. Desde 2009 lidera el Grupo Cooperativo Cajamar, es el primero de las entidades de crédito cooperativo, y consolida más de 44.000 millones de euros de activos, un volumen de negocio superior a los 75.400 millones de euros, un coeficiente de solvencia del 11,46% (casi dos puntos superior a la media de entidades españolas), 6.800 empleados y más de 1.300 oficinas en 41 provincias. El grupo tiene el 51,37% de los activos de las 64 cooperativas de crédito, y juntas tienen el 6% de la cuota del mercado financiero.
La creación del banco instrumental de estas 32 cajas supondrá un antes y un después. “Refleja el éxito del movimiento cooperativo español de crédito, y el mayor paso para la reordenación del sector”, asegura Juan de la Cruz Cárdenas. El banco realizará una ampliación de capital de 200 millones de euros, para “ser realmente representativos, y homologarle a los similares de otros países, hasta veinte veces mayores que nosotros”. Para lograrlo es imprescindible realizar el proceso de concentración de las cajas rurales, difícil. Cajamar está bragada en la batalla, y quiere convencer a Caja Rural de Navarra, Caja Rural del Sur y Caja Rural de Granada de una unión ineludible para dejarse oír en el mundo global. “Sin olvidar nuestro servicio al sector agroalimentario cooperativo, siempre ha sido nuestra prioridad”, agrega.
Las cooperativas financieras nacieron para servir a las cooperativas agrarias hace 50 años, y unirse en un banco facilitará el acompañarlas en su internacionalización. “Nuestras exportaciones han crecido un 30% en los últimos cinco años mientras el mercado interior ha caído un 5%, tanto en volumen como en precio”, asegura Fernando Marcén, presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de España. Los cooperativistas han superado la situación colocando sus productos en Estados Unidos, Japón o Rusia. Así es como “la facturación ha crecido un 14% y el empleo un 4,1% entre 2006 y 2011”, explica Fernando Marcén.
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