Seseña, más allá del Pocero
En El Quiñón, donde está el Residencial Farncisco Hernando, hay 26 edificios con 5.096 viviendas y 5.449 empadronados
Un municipio con unos 73 kilómetros cuadrados que debe su fama a menos de dos, concretamente los 1.822,147 metros cuadrados que ocupa el Residencial Francisco Hernando.
Seseña es, según el último censo, el cuarto municipio de Toledo por volumen de población y el décimo sexto en la comunidad de Castilla-La Mancha y el primero que se cita dentro y fuera de España como paradigma del pelotazo y la sobreexplotación irracional del territorio. Pero el municipio toledano es mucho más que El Quiñón donde se ubica la ciudad del Pocero.
A 36 kilómetros de Madrid, Seseña ha experimentado un crecimiento de la población sostenido y espectacular desde 2000, con un 350% de incremento entre 2000 y 2012 que se ha correspondido con un aumento de un 710% en cuanto al volumen de hogares. De las 1.426 viviendas registradas en 1991 pasó, según el censo de 2011, a registrar 11.860. Y de estas, más de 4.500 (38%) están vacías, según resume la consultora otropunto.es en su análisis de este municipio.
Casi una cuarta parte de su superficie es suelo artificial, tras haberse duplicado entre 2000 y 2006. Y, en el mapa de usos de suelo artificial, que elabora el Ministerio de Fomento, destacan las 277,15 hectáreas en construcción.
En Seseña, hasta mayo de 2013, había censadas 21.579 personas que viven en el pueblo (10.947); en Seseña Nuevo (3.589); en la urbanización de Valle Grande (1.535), y el resto, en la de El Quiñón. En esta, conocida como la ciudad del Pocero, de las 13.500 viviendas previstas inicialmente, hay edificadas 5.096 viviendas repartidas en 26 edificios. Y el Consistorio estima un porcentaje de ocupación del 78%; cifra que parece elevada frente a los 5.449 empadronados.
Y si Seseña tiene vida al margen del crecimiento urbanístico, y contabiliza 217 empresas que pagan el impuesto de actividades económicas y 1.501, entre pymes y autónomas, El Quiñón no carece de dotaciones contra lo que algunas imágenes desoladoras puedan apuntar: un colegio a plena ocupación y prevé un segundo para 2014-2015; un parque de tres hectáreas con un lago y tres quioscos; un estadio municipal con campo de fútbol y pista de atletismo; pistas deportivas municipales y una capilla.
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