Jóvenes marchan por las calles de Bogotá en apoyo a la huelga agropecuaria
Unas 1.500 personas, en su mayoría jóvenes, marcharon hoy desde el norte hasta el centro de Bogotá en apoyo a las reivindicaciones del campesinado colombiano en huelga desde hace nueve días para reclamar soluciones a la crisis del sector.
La ruidosa manifestación discurrió por la Carrera Séptima, una de las principales arterias de la capital colombiana, con consignas y pancartas en defensa de los campesinos y en contra de la política agraria del presidente Juan Manuel Santos.
"Los artistas apoyamos el paro agrario", "Este pueblo ateo no cree en Santos", "Derecho a la seguridad alimentaria" y "No a la explotación de las riquezas naturales y mineras por multinacionales", eran algunas de las pancartas enarboladas por los manifestantes.
"Somos gente de todos lados, que estamos acá para apoyar el paro de los campesinos cuyas familias no tiene nada qué comer", dijo a Efe un chico que se identificó como Esteban, quien señaló que la marcha fue convocada por redes sociales y no tiene color político.
Explicó que la protesta salió del norte de Bogotá y terminaría en la Plaza de Bolívar, en el centro de la ciudad, a escasos metros de la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo, en donde anoche se llevó a cabo un "cacerolazo" también en apoyo a la huelga del campo.
Otro joven dijo a Efe que la marcha era para que el Gobierno "ponga atención al paro de los agricultores".
A la manifestación se sumaron otros que dijeron buscar un referendo por los derechos de la naturaleza, más presupuesto para la educación y acabar con la corrupción política.
Un volante distribuido en la marcha señala que las protestas del sector agropecuario se explican porque millones de familias campesinas están siendo obligadas a pagar mucho dinero por semillas certificadas, modificadas genéticamente y hechas por multinacionales extranjeras.
Añaden que si los campesinos no las compran, les decomisan y queman las cosechas y son llevados a la cárcel hasta por cuatro años.
Algunos manifestantes aseguraron que todo eso es producto del Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado entre Colombia y Estados Unidos.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, reconoció ayer los problemas del sector agropecuario, que dijo tiene razones estructurales y coyunturales y autorizó la apertura de negociaciones con representantes de los campesinos de los departamentos de Cundinamarca y Boyacá, ambos en el centro del país, y de Nariño, en la frontera con Ecuador, donde más impacto ha tenido la protesta.
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