Organizaciones sociales argentinas protestan contra la crisis habitacional
Unos doscientos integrantes de distintas organizaciones sociales se manifestaron hoy en Buenos Aires para pedir soluciones al Gobierno de la ciudad ante la crisis del sector de la vivienda que afecta a la capital argentina.
Los manifestantes se concentraron frente al emblemático Obelisco de la capital argentina con pancartas y algunos colchones para efectuar un 'colchonazo' antes de dirigirse al Instituto de la Vivienda.
Según los datos que manejan estos colectivos, en Buenos Aires actualmente viven unas 600.000 personas en situación de emergencia habitacional -en viviendas precarias o con riesgo de perder su casa-, unas 5.000 familias han sido desalojadas y aproximadamente 17.000 personas tienen que vivir en la calle ante la imposibilidad de encontrar techo.
Las asociaciones de afectados reclaman la suspensión de los desalojos, un subsidio estatal que permita a cada familia mantener una vivienda sin tener que esperar a la situación de calle y una ley de emergencia habitacional.
Las organizaciones sociales definen el mercado de viviendas de la capital como "caro e inaccesible".
En declaraciones a Efe Jorge Abasto, de la Coordinadora de inquilinos de Buenos Aires (CIBA), aseguró que esto "configura una verdadera ola de expulsión de población pobre de la ciudad".
"Hay un deterioro de la calidad del hábitat", recalcó Abasto, porque quienes ya no pueden alquilar un apartamento, debido a que los precios son cada vez más altos y las garantías que se piden son más exigentes, pasan del apartamento al hotel o al inquilinato y de ahí a la "villa miseria" o el asentamiento precario.
Los miembros de CIBA explicaron además que, ante el aumento de precios y condiciones y la falta de regulación en el mercado del alquiler de habitaciones, aún en los alojamientos más baratos se producen conflictos que acaban en desalojos o pasan a ser "casas tomadas".
"La gente quiere pagar", aseguró una de las integrantes de CIBA, pero subrayó que el actual subsidio proporcionado por las administraciones apenas alcanza para pagar el depósito exigido para acceder a una vivienda en alquiler en Buenos Aires.
Para muchos de los desalojados la solución pasa por volver a poner en funcionamiento una antigua ley que permite el acceso a créditos hipotecarios para uso exclusivo de familias en situación crítica.
En un estudio publicado en diciembre pasado sobre los problemas de acceso a los servicios públicos de salud de las personas sin hogar, la ONG Médicos del Mundo contabilizaba cerca de 16.000 personas que vivían en la calle sólo en la ciudad de Buenos Aires.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos, en la capital de Argentina la pobreza afecta al 1,5 por ciento de los hogares mientras que un 0,7 por ciento de la población de la ciudad vive en condiciones de indigencia, de acuerdo con los datos del segundo semestre de 2012.
El índice general pobreza en aglomerados urbanos de toda Argentina recogido en ese mismo estudio es del 5,4 por ciento.
La pobreza ha disminuido progresivamente en el país desde el 57,5 por ciento, el máximo que se registró en octubre de 2002, tras el estallido de la última crisis económica, una de las más severas que ha vivido el país.
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