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Jardines y patios que alegran la vida

Deben diseñarse de forma que requieran poco mantenimiento y ser duraderos También se puede redecorar un balcón: basta con cinco macetas amarillas alternando hierbabuena y limones o zanahorias

Los paisajistas recurren a esculturas, mobiliario y láminas de agua. Consulte también otras propuestas de los lectores
Los paisajistas recurren a esculturas, mobiliario y láminas de agua. Consulte también otras propuestas de los lectores

"Un jardín bien concebido ha de ser permanente en el tiempo y una inversión que requiera pocos cambios y poco mantenimiento", según el paisajista Fernando Pozuelo.

Entre sus jardines, los más exclusivos son los que esconden secretos que se desvelan a través de un relato literario que se abre con tres llaves. Una, la el propio jardín; otra, el propio relato editado y la tercera, un cuadro alusivo. "Quien va a habitar la casa, su familia, viajes, estudios, sueños... forman parte de la historia del cuadro y del libro. Solo quienes conocen estas claves pueden ver cosas que pasan inadvertidas a quienes no las tienen". Es la línea oro de jardines que requiere unos 400 metros cuadrados como mínimo.

Si de simbolismo se trata, las plantas tienen una carga simbólica muy fuerte, explica Pozuelo. El acanto es una planta sagrada, muy presente en la antigua Grecia, y dice una de las leyendas que surgió de las lágrimas que derramó un escultor por la muerte del esclavo al que amaba. El tejo se empleaba en los castros celtas y representaba la esencia de la vida y la conexión con los antepasados. En otros casos, lo que se les atribuye son propiedades beneficiosas, como a los gálbulos (falsos frutos) del ciprés, que ahuyentan a los roedores.

Qué vegetación emplear no es el tema central que aborda cuando se le pregunta sobre qué se lleva. Anticipó en un año el pop art que ha saltado al textil. "Nuestra colección de 2012 se basaba en las gamas de blanco y negro. Estamos introduciendo permanentemente nuevas estructuras en acero, también trabajamos en esculturas de agua y acero, que son semiflotantes, y con polvo de cristal". Por otro lado, también es "tendencia" encargar jardines o terrazas para lograr vender mejor un inmueble.

Pozuelo no solo aborda grandes jardines, también terrazas o patios de luces, con perspectivas. En ese caso, el paisajismo es más complicado porque requiere mayor detalle. Para superficies de más de 500 metros cuadrados una tarifa orientativa puede ser de unos cuarenta euros el metro cuadrado, mientras que para pequeños espacios de 15 o 20 metros, parte de los 3.000 euros en total: "Se puede tapar el muro con una fuente laminar que sea un espejo y refleje los maceteros...", sugiere.

En cuanto a materiales, Pozuelo distingue entre maderas y maderas, "las hay suntuosas como las de teca o acoya. Este es un tipo de pino tratado con anhídrido acético que puede tener una garantía de entre 50 y 500 años".

Se dirige a clientes con una capacidad adquisitiva media y alta, ha quedado claro, pero ¿hay algún consejo para quien tiene que diseñar y ejecutar su propio jardín comprando semillas?

"Poner cinco macetas amarillas alternando hierbabuena y limones decorativos y, cuando se acaben, plantar en una maceta alargada semillas de zanahoria. Que se diviertan. Hay que despertar vivencias en el jardín, la terraza o el entorno para ser felices. No esperar que cambie el escenario. Ha llegado el momento de olvidar a la cúpula y de crecer desde abajo", anima.

De patio a jardín

En dos semanas, un patio de comunidad de 50 metros cuadrados con los muros pelados, sin ninguna intimidad, pasa a convertirse en un espacio verde.

Contra los muros blancos se ha empleado la técnica del mural, que permite recrear un paisaje frondoso; para conseguir intimidad se han puesto dos grandes sombrillas, ya que no se puede atornillar un toldo y, a falta de una tierra fértil, jardineras y macetas.

Las jardineras de madera se han encargado a medida, no por ello salen más caras que las que venden hechas. Tratadas en autoclave, la ventaja es que envejecen bien, al igual que el mobiliario: se ha optado por el hierro.

El primer invitado a la hora de diseñar es el propietario que decide cómo lo va a usar y cuáles son sus gustos. Él manda, pero no menos que el segundo elemento decisivo y que no necesita invitación: el clima. Cerca de una zona de sierra, el sol cae a plomo sobre el patio y la temperatura oscila de menos 10 a 40 grados. Influye a la hora de decidir la vegetación y también para descartar los macetones de barro, que con las fuertes heladas podría llegar a quebrarse.

Como el clima es muy seco se ha empotrado en el mural una fuente de piedra de circuito cerrado que permite elevar el grado de humedad. Y como hace verdaderamente calor en verano, se ha instalado el riego por goteo.

Cuando cede el sol, las noches de verano invitan a disfrutarlo: es la hora de iluminar. En este caso se han combinado dos focos convencionales con piedras y antorchas que funcionan con energía solar.

En el capítulo de qué plantar, volvemos al principio, el experto está para explicar que el dueño puede soñar con el olor a boj de la Alhambra, pero plantarlo es un acto de generosidad porque probablemente pasará a mejor vida antes de verlo crecer y que, además, es caro. Para buenos olores, en este caso, se ha puesto una balda corrida con aromáticas como hibiscus, hierbabuena, romero... que permiten, como por ejemplo el limoncillo, expulsar los mosquitos. Nada de margaritas, que duran poco.

Dos de las jardineras se han encargado con 60 centímetros de profundidad para la palmera y un cupresus que echan mucha raíz. También se ha plantado durillo, pitosporum y ceanatus. Nombres con los que el propietario se acabará familiarizando si quiere ocuparse de su jardín personalmente. En este caso se va a contratar un jardinero una hora a la semana, que sale por 12 euros más IVA.

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