Una exposición invita a recorrer la historia boliviana a través de la moda
La confrontación entre la cultura indígena y la de los europeos durante la colonia, y su actual convivencia en Bolivia han quedado plasmadas en una exposición en La Paz que muestra una historia recreada en la evolución de su moda.
La muestra, inaugurada esta semana, es una iniciativa promovida por el Centro Cultural de España y la fundación privada Palliri, explicó a Efe el coordinador del proyecto para esta última entidad, el antropólogo español Cristóbal Gil Talavera.
La exhibición se titula "Los hilos de la vida" por la fuerte unión que desde siempre ha existido entre los textiles y la cotidianeidad de los bolivianos, señaló el experto.
"La relación de una persona boliviana es fuerte con un textil, desde que nace está envuelto en un aguayo (una tela hilada por los indígenas andinos) donde lo cargan, lo duermen, lo llevan a la calle. Para nosotros, esta manera en que estos hilos envuelven la vida es muy significativa", expresó Gil.
Un rasgo característico de la moda boliviana es que "recrea toda su historia y la sigue manteniendo viva", algo que la hace única, pues no se ve en otros países, al menos no con la potencia con que sucede en esta nación, agregó.
La exposición, según Gil, "no es de tipo antropológico", es decir que no se centra en las piezas antiguas sino que invita a viajar por toda la historia boliviana, desde la época prehispánica, pasando por la colonia y la república, hasta los tiempos actuales.
"Los visitantes van a poder hacer un recorrido cortito por toda nuestra historia, se va a ver la evolución y cómo muchas de estas cosas en 1.500 años de historia no se han perdido", añadió.
Así, en la primera sala se pueden apreciar prendas de vestir de las épocas prehispánica y colonial que eran usadas por indígenas de la zona andina, con colores predominantemente oscuros y ocres.
Entre ellas destacan un vestido de aguayo precolombino y un unku, una vestimenta de hombre similar a una túnica que se llevaba ceñida por una faja.
Estas piezas, calificadas por Gil como "obras de arte", eran ofrecidas a extranjeros en mercados artesanales de La Paz pero fueron rescatadas por la Fundación Palliri para que "no se pierdan" y "no se vendan como si fueran artesanía", señaló el experto.
"Son piezas que no deberían estar fuera de Bolivia, pues recogen la memoria del pueblo. Aquí quizás nos hemos acostumbrado a verlas y la costumbre ha hecho que les quitemos valor, sin embargo tiene un valor muy alto", que más que económico, es histórico, agregó.
La segunda sala está dedicada a la historia republicana hasta principios del siglo XX, período en el que se ve un país "que está luchando por construirse, por buscar su identidad" pero además presenta marcadas separaciones entre el mundo rural y el urbano.
Por un lado están los ponchos andinos y el atuendo de las cholas, las mujeres indígenas del altiplano boliviano que visten polleras, blusas, mantas y bombines, quienes, no obstante, llegaban a las ciudades en la época republicana para estar en la "servidumbre".
En contraste, también están los trajes de dos piezas para varones y vestidos de corte europeo que se usaban en las áreas urbanas.
Las tendencias actuales de la moda boliviana están en la tercera sala, donde siete jóvenes diseñadores exponen modernas creaciones de alta costura, ropa de algodón, de fibra de alpaca y otra que combina telas con aguayos, además de accesorios.
Para Cristóbal Gil, estos nuevos diseñadores "no tienen complejos" y muestran que se puede superar la "visión pesimista" que suelen tener los bolivianos sobre su historia.
Señaló que la moda boliviana ha tomado muchos conceptos foráneos, sobre todo de Europa, pero los pasa primero "por un filtro autóctono, un filtro propio" que le da características únicas.
"No vas a ver otra ciudad donde puedan competir al mismo nivel de moda los trajes de corte occidental con los trajes de 'cholita' (...) Es inaudito, increíble y bellísimo ver cómo dos culturas al principio tan diversas conviven y conviven bien", agregó.
La muestra permanecerá abierta hasta el 11 de mayo.
Gina Baldivieso.
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