Apasionados de los trenes en miniatura logran conectar cien metros de vías

Nostálgicos de las antiguas locomotoras y apasionados de los trenes en miniatura han conseguido juntar casi un centenar de metros de vías conectadas entre sí, por las que circulan diminutos ferrocarriles que atraviesan recreaciones de estaciones y lugares reales.

Logroño acoge este fin de semana el XXV Encuentro de Módulos Maquetren, que cuenta con la participación de cuarenta maquetistas llegados de diversos puntos de España y Portugal, que han reunido entre todos 149 módulos.

El presidente de la Asociación de Amigos del Ferrocarril en La Rioja, Féliz Pérez, ha explicado a Efe que los maquetistas, que se comunican entre sí mediante "walkie talkie", cuentan con un sistema digital denominado DCC con el que se podría manipular toda la instalación de los módulos conectados.

Cada tren puede tardar hasta dos horas en completar todo el recorrido y volver a su lugar de origen, siempre que no haya alguna incidencia, como que pierda parte de la carga si se trata de un tren de mercancías, ha explicado Mercedes Lacosta, de Madrid, considerada una de las "pioneras" del club Maquetren.

Ha detallado que se trata de un club "virtual", sin cuotas ni cargos representativos, cuyo objetivo es reunir dos veces al año al centenar aficionados a los trenes procedentes de Madrid, Extremadura, León, Miranda de Ebro, Burgos, Cantabria, Bilbao, Madrid, La Rioja y varias ciudades portuguesas.

Los participantes en estos encuentros tienen que cumplir una normativa especial para que los módulos se puedan conectar, que está publicada en la página web de la revista "Maquetren", dedicada a los aficionados al tren en miniatura y real, que se edita desde 1991.

Lacosta, que se aficionó por su marido, con quien iba a ver trenes a las estaciones cuando eran novios, destaca que este "hobby" permite desarrollar muchas habilidades manuales, ya que completar un módulo requiere trabajos de carpintería, electricidad, soldadura, modelar con pasta y escayola, además de pintar.

Desde Cáceres se ha desplazado con sus trenes Juan Jesús Guillén, miembro de este club desde su fundación, a finales de los años noventa, y cuya afición le ha llevado a participar en 25 encuentros de esta organización.

De pequeño, su regalo favorito era un tren de juguete, así, cuando conseguía reunir "algún dinerillo", comenzó a comprar locomotoras y a realizar maquetas, y "poco a poco" ha conseguido construir ocho módulos que suman seis metros de vías de tren.

Cada locomotora puede costar entre 200 y 300 euros, mientras que el precio de los vagones oscila entre 20 y 40 euros, ha indicado Guillén, quien cree que "no es una afición demasiada cara, hay otras que lo son más".

En su caso, lo que se ahorra después de dejar de fumar le ha permitido contar con un dinero para comprar "un montón de cosas" para sus maquetas.

Ha subrayado que "no son un juguete, son un juego, ya que se trata de reflejar una explotación real con maniobras, horarios, réplicas de trenes reales dotados de una completa tecnología completa".

Entre semana, consigue arañar una hora diaria para dedicarla a su gran afición, y si puede, es capaz de dedicar toda la tarde de un sábado a completar algún módulo, ya que asegura que los trenes en miniatura no solo "enganchan" los vagones con la locomotora.

Por Rebeca Palacios