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CRISIS UE

Chipre trunca la cumbre por la competitividad de Merkel, Hollande y Barroso

La canciller alemana, Angela Merkel (d) y el presidente de Francia, François Hollande (i) durante una cena con miembros de la Industria europea en la Cancillería de Berlín, Alemania hoy 18 de marzo de 2013.
La canciller alemana, Angela Merkel (d) y el presidente de Francia, François Hollande (i) durante una cena con miembros de la Industria europea en la Cancillería de Berlín, Alemania hoy 18 de marzo de 2013.EFE

El impuesto a los ahorradores de Chipre ensombreció hoy una cumbre de los líderes de Alemania, Francia y la Comisión Europea (CE) con grandes empresarios, en la que se buscaban recetas para el crecimiento, el empleo y la competitividad.

La realidad de la crisis truncó la optimista agenda que habían confeccionado la canciller alemana, Angela Merkel, y los presidentes de Francia, François Hollande, y la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, para su encuentro con los 50 principales industriales del continente.

La jefa del Gobierno alemán, en una escueta comparecencia previa a la reunión, destacó que en la cumbre se iba a discutir cómo "trabajar juntos" en el continente para aprovechar "fortalezas", mejorar la competitividad e impulsar el crecimiento económico y la generación de empleo.

Entre otros asuntos, la reunión tenía como fin analizar la incidencia en la competitividad económica de las políticas energéticas, la potenciación de las nuevas tecnologías, la preservación del medio ambiente y la regulación sobre el comercio exterior, indicó la canciller.

"La estabilidad del euro no es hoy el tema", aseguró sin ser interrogada al respecto, antes de reconocer el "daño" que ha causado la crisis chipriota en los últimos días a la solidez de la Unión Económica y Monetaria (UEM).

El anuncio de que el programa de rescate para Chipre incluye un impuesto sobre los depósitos bancarios de los ahorradores -una decisión sin precedentes en la Eurozona- generó hoy importantes turbulencias a nivel político, mediático y financiero en Europa, especialmente después de que el Parlamento de Nicosia aplazase hoy por segundo día consecutivo la ratificación de la medida.

Los analistas europeos coincidieron en señalar que Merkel, Hollande y Barroso no desaprovecharían la oportunidad de reunirse en privado para estudiar la situación.

Mientras, el Eurogrupo convocó de forma paralela una teleconferencia extraordinaria para pronunciarse sobre una posible renegociación de los términos del rescate, con el fin de reducir su impacto sobre los pequeños ahorradores.

Merkel se ha visto salpicada en primera persona por la polémica, ya que desde distintos medios se ha apuntado que el Gobierno alemán fue, junto al Fondo Monetario Internacional (FMI), uno de los participantes en las negociaciones que más presionó para que se articulase un gravamen sobre los ahorros.

Berlín ha negado hoy tajantemente estas afirmaciones y su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha asegurado que la fórmula de gravar los depósitos bancarios en Chipre con una tasa única del 6,75% para los de menos de 100.000 euros y del 9,9% para los mayores fue una decisión exclusiva del Gobierno de Nicosia.

En este mismo sentido incidió el portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert, quien afirmó en un encuentro rutinario con medios de comunicación que "el reparto de la carga es asunto del Gobierno chipriota".

En lo que sí han insistido varios representantes del Gobierno alemán es que es fundamental que Chipre asegure la aportación de 5.800 millones de euros proveniente de la participación de los ahorradores, tal y como se comprometió ante el Eurogrupo.

Con esta polémica medida y la introducción en menos de tres años de un impuesto sobre los capitales, Nicosia debería obtener los 7.000 millones de euros que debe aportar para recibir la ayuda financiera comunitaria, que asciende a 10.000 millones de euros, según lo pactado en Bruselas.

En su comparecencia en Berlín antes de la cumbre por la competitividad, Barroso reconoció que "la crisis persiste" en Europa, tal y como lo demuestran "las escasas perspectivas de crecimiento y los niveles récord de paro juvenil", pero "también por los últimos acontecimientos relativos a Chipre".

Por su parte, Hollande -a favor de eximir a los pequeños ahorradores chipriotas- apuntó de forma ambigua que "Europa no es sólo un mercado o una moneda que hay que reforzar, sino también es un modelo de bienestar que hay que mantener".

Juan Palop

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