España confía en que el supervisor bancario europeo esté listo con rapidez
"Es posible que con cierta rapidez esté en marcha la supervisión europea, que es exactamente el punto que a España le interesa", aseguró García-Margallo a su llegada a una reunión de los titulares europeos de Exteriores en Luxemburgo.
El ministro recordó que la condición pactada por los países de la zona euro para que la ayuda financiera de hasta 100.000 millones de euros que recibirá la banca española no castigue a la deuda pública del país es la puesta en funcionamiento de un nuevo supervisor único europeo, tarea que asumirá el Banco Central Europeo (BCE).
A priori, el objetivo era que esa supervisión común entrase en vigor en enero de 2013, aunque varias voces han indicado en las últimas semanas que ese plazo podría retrasarse.
Entre otras cosas, está por decidir exactamente si el BCE asumirá las nuevas competencias desde el principio o lo hará progresivamente.
Para España, explicó García-Margallo, eso resulta "indiferente", pues para lograr que la asistencia a los bancos no compute como deuda pública sería "bastante con que haya un supervisor bancario, con independencia de su ámbito de control".
"Si va a supervisar ese supervisor europeo solo a los bancos nacionalizados y sistémicos y en una segunda etapa a todos los bancos o si desde el primer momento tiene que ejercer su acción supervisora y de control sobre todos los bancos, a mi juicio es indiferente", indicó.
El asunto será uno de los temas centrales de la cumbre comunitaria que reunirá a los Jefes de Estado y de Gobierno del bloque el jueves y el viernes próximos en Bruselas.
Según García-Margallo, no debería haber "dificultades" para que España consiga su objetivo, aunque recordó que "hasta el rabo todo es toro".
Por otra parte, preguntado por la posibilidad de que España solicite un programa de ayuda financiera a sus socios, García-Margallo señaló que es algo que tiene que decidir el Ministerio de Economía.
Para el ministro de Asuntos Exteriores, en todo caso, "si lográsemos que la prima de riesgo se situase en 200 puntos básicos, el panorama español sería infinitamente más claro de lo que es ahora".
"Tendríamos que destinar mucho menos dinero a pagar intereses de la deuda y por tanto tendríamos mucho mayor margen para financiar estado de bienestar y para crear empleo", explicó.
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