La UE castigará a Irán con nuevas sanciones a finanzas, transportes y energía
Las nuevas medidas, que serán aprobadas oficialmente el lunes por los ministros de Exteriores del bloque, suponen un endurecimiento "significativo" de la presión sobre Teherán, según aseguraron a Efe fuentes diplomáticas.
El objetivo de la UE es seguir estrangulando económicamente al régimen iraní para que acceda a cooperar con la comunidad internacional sobre su polémico programa nuclear, que en opinión de algunos países busca la obtención del arma atómica.
Las medidas incluyen una prohibición de toda transferencia entre bancos europeos y entidades iraníes, que sólo se permitirán cuando cumplan ciertas condiciones y cuenten con una autorización previa.
Además, se congelarán los activos de 34 empresas que proveen una financiación "sustancial" al régimen, según fuentes diplomáticas.
El sector energético iraní también forma parte de la nueva ronda de sanciones, que prohibirán las importaciones de gas natural procedente del país persa, lo que se suma al embargo petrolífero ya en vigor.
En este caso, el impacto de la medida será limitado, pues Europa apenas consume gas iraní.
Tampoco se libra el sector de los transportes y, en especial, el del transporte marítimo.
Las nuevas sanciones incluyen la prohibición para los Estados miembros de registrar buques iraníes y de proveer petroleros a Irán para el transporte de su crudo.
Los Veintisiete también han pactado vetar la venta a Irán de más materiales susceptibles de ser utilizados en el desarrollo nuclear, como el grafito y el aluminio.
Por último, los países se comprometen a detener su apoyo al comercio con Irán, al que no concederán garantías o seguros para que efectúe transacciones.
La UE mantiene con Irán una doble vía, con la imposición de duras sanciones por un lado y con un proceso de diálogo por el otro, en el que la jefa de la diplomacia comunitaria, Catherine Ashton, representa a las potencias internacionales.
En los últimos meses, esas negociaciones apenas han conseguido avances, aunque Bruselas mantiene la puerta abierta a nuevos encuentros.
Entre otras cosas, las potencias occidentales exigen a Irán que cese el enriquecimiento de uranio al 20 % y saque sus reservas de este material al extranjero, algo a lo que los iraníes se oponen, pues afirman que lo precisan para su reactor de uso médico de Teherán, que produce isótopos radiactivos para tratar a 800.000 enfermos.
El uranio enriquecido al 20 % no es útil para fabricar armas atómicas, que lo precisan al 90 %, pero algunos países creen que Irán lo podría usar como precursor para un posterior mayor enriquecimiento.
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