China acoge al presidente egipcio como "un nuevo amigo"
China es el primer país fuera de Oriente Medio y África que Mursi visita en su mandato, algo que se ha interpretado como una búsqueda de Egipto de reorientar su política exterior más allá de sus aliados tradicionales, Washington y Riad, y de buscar nuevas inversiones para una economía egipcia en declive.
Mursi se reunió hoy con el vicepresidente chino, Xi Jinping, con quien se comprometió a aumentar los lazos bilaterales, tras haberse reunido con el presidente de la República Popular, Hu Jintao.
En su encuentro, Xi -considerado el hombre llamado a sustituir a Hu al frente de China- aseguró que la visita "aumentará el entendimiento y la confianza mutua", según recogió la agencia oficial china Xinhua.
La visita del jefe de Estado egipcio, que llegó al poder el pasado junio, "inyectará un nuevo ímpetu a los lazos bilaterales y abrirá un nuevo capítulo en la amistad chino-egipcia".
A su juicio, las conversaciones entre Hu y Mursi "establecen una guía para el futuro crecimiento de los lazos estratégicos y de cooperación" entre los dos países.
Las dos naciones, agregó, son países en desarrollo, que mantienen las metas comunes de mantener la soberanía del Estado y la estabilidad social, y comparten los intereses comunes de promover la paz y la estabilidad en la región y en todo el mundo.
El vicepresidente chino propuso una expansión de la colaboración en áreas como la cultura, la educación, la ciencia y la tecnología y la agricultura.
Por su parte, Mursi describió los lazos entre Egipto y China como "estratégicos" y consideró que ambos países pueden estrechar su cooperación en áreas como la economía y el comercio, las inversiones, la aviación y el turismo.
En su reunión con Hu, en el Gran Palacio del Pueblo, el jefe de Estado chino había resaltado la importancia de la visita del líder egipcio.
"Ha elegido China como uno de los primeros países a visitar y eso muestra que su país concede gran importancia al deseo de desarrollar relaciones con China", declaró Hu.
El presidente chino, cuyo país contempló con suspicacia la Primavera Árabe de 2011 que derrocó en Egipto al presidente Hosni Mubarak, aseguró que su nación entiende y respeta la voluntad del pueblo egipcio y le apoya a la hora de elegir un sistema político y y una vía de desarrollo de acuerdo con la situación del país.
El presidente egipcio busca diversificar las inversiones que recibe su país, cuya economía se encuentra inmersa en una grave crisis tras la revolución que acabó con la Presidencia de Mubarak, en febrero de 2011, lastrada por el déficit presupuestario y la carencia de divisas generada por el descenso del turismo.
El comercio bilateral sino-egipcio se situó en los 8.800 millones de dólares el año pasado, lo que representa un crecimiento del 40 por ciento desde 2008, según las cifras oficiales chinas.
En el primer día de la visita de Mursi a Pekín, ambos países han firmado una serie de acuerdos de cooperación en áreas como la agricultura, las telecomunicaciones y el medio ambiente.
Además, China concederá 200 millones de dólares en créditos al Banco Nacional de Egipto.
En las conversaciones en Pekín, Mursi -que viaja acompañado de siete ministros y una delegación de más de setenta empresarios- y los dirigentes chinos abordaron también la crisis en Siria, donde China ha sido uno de los grandes protectores del régimen de Bachar el Asad, junto con Rusia e Irán.
China, junto a Rusia, ha bloqueado en dos ocasiones la imposición de nuevas sanciones contra Siria en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU.
Mursi ha lanzado una propuesta para tratar de resolver la crisis por la cual se establecería un grupo de contacto formado por Turquía, Egipto, Irán y Arabia Saudí.
Precisamente, tras su estancia en China, el presidente egipcio -el primer jefe de Estado de su país elegido democráticamente- tiene previsto continuar viaje a Irán para participar en la Cumbre de Países No Alineados.
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