La CE espera que Finlandia cumpla lo pactado y reitera su confianza en España
Durao Barroso se pronunció así en una jornada en la que los mercados han vuelto a mostrar claramente su desconfianza en España e Italia, cuyos costes de financiación han alcanzado los niveles anteriores al Consejo Europeo de hace una semana.
Las mejoras en la prima de riesgo de ambos Estados registradas como consecuencia de las decisiones de esa cita se esfumaron hoy, cuando el bono español a diez años alcanzó el 7 por ciento, nivel considerado crítico por los analistas.
"Estamos siguiendo muy de cerca los desarrollos de la situación española", aseguró Durao Barroso en una rueda de prensa en Nicosia junto al presidente chipriota, Dimitris Christofias, cuyo país preside este semestre la Unión.
El jefe del Ejecutivo comunitario expresó una vez más un mensaje de confianza en España y dijo confiar "plenamente en que las autoridades españolas tomarán todas las medidas necesarias para aumentar la confianza en la capacidad de la economía española para hacer frente a la actual situación".
Además, dejó claro que espera que todos los países, incluida la crítica Finlandia, cumplan con los compromisos acordados en la cumbre europea de la pasada semana.
El gobierno de Helsinki rechaza la compra de bonos soberanos en el mercado secundario a través del fondo de rescate, un mecanismo que se flexibilizó en la última cumbre como pedían España e Italia.
La ministra finlandesa de Finanzas, Jutta Urpilainen, anunció el jueves "unas negociaciones largas y difíciles" sobre las ayudas al sistema bancario español, y afirmó que defenderá la aplicación de "condiciones estrictas" para "asegurar el riesgo de los contribuyentes finlandeses", en declaraciones a la televisión pública finesa (Yle).
Barroso recalcó que la decisión de los jefes de Estado y de Gobierno de la zona euro fue "unánime" y "al más alto nivel".
El presidente de la CE se reunió hoy con el gobierno chipriota para preparar sus seis meses al frente de la Unión, un periodo que según el portugués debe traer una importante reforma a Europa.
"El status quo no es una opción", advirtió Durao Barroso.
Las prioridades del semestre serán, por supuesto, económicas y pasarán en primer lugar por avanzar en medidas para estabilizar la zona euro, principalmente a través de la unión bancaria, puesta como requisito para permitir la recapitalización directa de la banca.
Barroso aseguró que la CE trabajará "intensamente" en el dossier durante el verano con vistas a preparar una propuesta que pueda ser acordada por los gobiernos y el Parlamento Europeo "en tiempo récord".
Además, subrayó la necesidad de continuar avanzando en la supervisión fiscal y las medidas sobre requisitos de capital de la banca y las agencias de calificación de crédito.
Al frente de todos esos esfuerzos estará Chipre, un país que está a la espera de comenzar a negociar un rescate para sus bancos que podría alcanzar un valor de 10.000 millones, equivalente al 50 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) chipriota.
La misión de expertos enviada a la isla por la troika compuesta por la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europea (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) terminó hoy su primera evaluación de las cuentas del país, que ahora comenzará a negociar los términos del préstamo con esas instituciones.
Mientras tanto, Nicosia sigue intentando obtener un crédito de Rusia, que le permita solicitar menos fondos a la eurozona y enfrentarse a unas condiciones más livianas.
El presidente chipriota, Dimitris Christofias, defendió hoy una vez más su derecho a optar por terceros países, aunque aseguró que todos sus movimientos los discutirá con Europa.
Además, subrayó que no aceptará todo lo que le plantee la troika.
Barroso, mientras, aseguró que el programa de reformas chipriota llegará a buen puerto siempre que el gobierno lo asuma como suyo y lo explique así a la población.
El presidente de la CE criticó con dureza a los líderes que no han hecho eso, han usado "excusas" y se han escudado en que los recortes y ajustes vienen impuestos del exterior, en un mensaje aparentemente dirigido a la clase política griega.
"Nosotros no imponemos nada", insistió Barroso, que recordó cómo países de fuera de la eurozona, como es el caso de Islandia, también han tenido que hacer dolorosas reformas.
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