El escándalo tumba al presidente del Banco Nacional de Suiza
El presunto uso de información privilegiada por la mujer del banquero número uno suizo ha acabado por forzarle a dejar su cargo.- Hildebrand asegura que se va para no dañar la credibilidad del organismo, al no poder probar que desconocía la operación financiera realizada por su esposa
Philipp Hildebrand, presidente del Banco Nacional de Suiza (BNS) ha presentado hoy su dimisión "con efecto inmediato". Sobre su cabeza pesaba la sospecha de abuso de información privilegiada tras la compra masiva de divisas por parte de su mujer, Kashya, días antes de que su marido devaluara el franco.
En una conferencia de prensa, a primera hora de la tarde, Hildebrand ha asegurado que se va para no dañar la credibilidad del BNS: "He llegado a la conclusión de que nunca podré dar la prueba definitiva de que la transacción dudosa fue ordenada por mi esposa. Solo puedo dar mi palabra de honor", ha dicho ante los medios antes de insistir en que él sólo tuvo conocimiento de esa transacción al día siguiente de que se produjera. Al anunciar la conferencia de prensa, el BNS ha dicho que también se "harán públicos ciertos documentos". Así, el caso que ha tenido en vilo a los medios de comunicación helvéticos y a la opinión pública parece tocar a su fin, aunque sus consecuencias políticas y para la plaza financiera suiza distan de estar resueltas.
Philipp Hildebrand se convirtió en el centro de la atención mediática al saberse que su mujer había comprado 504.000 dólares el día 15 de agosto, apenas tres semanas antes que su marido devaluara el franco suizo de forma artificial para poner freno a la inusitada fortaleza de esa divisa. El caso salió a la luz pública gracias a un reportaje de la revista de Zúrich Weltwoche publicado hace una semana.
Los documentos confidenciales probando las transacciones de Kashya Hildebrand fueron robados por un ex empleado de seguridad informática del Banco Sarasin, de Basilea, quien habría intentado suicidarse durante el fin de semana. Tras el robo, los papeles fueron entregados al político Christoph Blocher, líder e ideólogo del partido de derecha nacionalista SVP-UDC, quien los hizo llegar a la presidenta de Suiza y al Consejo Federal (equivalente al Gobierno).
En conferencia de prensa del jueves pasado, Hildebrand afirmó no tener motivos para dimitir, dado que contaba aún con la confianza del Gobierno y las autoridades del BNS. Igualmente admitió que "había cometido faltas, aunque nada que reprocharse a nivel jurídico". La presión ejercida sobre el primer banquero de Suiza ha hecho finalmente insoportable su mantenimiento en el cargo, como ha admitido el propio expresidente de la banca nacional suiza.
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