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La Fed mantiene el curso marcado en septiembre

El instituto emisor recorta sus previsiones de crecimiento mientras Bernanke advierte de que la crisis en Europa es un factor de riesgo que está minando la confianza

La Reserva Federal acaba de entrar en un periodo de letargo, que le permitirá ver cómo progresan las cosas durante el invierno y, a partir de ahí, decidir el próximo movimiento. La cuestión ahora está en saber si la crisis de la deuda soberana en Europa le cambiará el guión y le obligará a mover ficha para evitar que los daños colaterales afecten aún más a la anémica economía de EE UU. En opinión de su presidente, Ben Bernanke, las turbulencias que atenazan al Viejo Continente y que está supervisando muy de cerca, suponen un "gran riesgo" que mina la confianza. De hecho, ha admitido que el recorte de las previsiones que ha confirmado hoy el instituto emisor tienen su explicación en lo que está pasando al otro lado del Atlántico.

Las últimas semanas sirvieron para que varios de sus miembros, como los gobernadores Daniel Tarullo y William Dudley, señalaran al mercado se están estudiando varias opciones, como potenciar la compra de deuda hipotecaria para dar un apoyo adicional al mercado inmobiliario y al crédito. Es el movimiento más evidente tras decidir en su última reunión un cambio en la manera en la que estructura sus inversiones.

En septiembre se decidió dar más peso en el balance a los bonos a largo plazo, para mantener bajas las expectativas de subida tipos. Y ya antes en agosto dio la sorpresa al decir que el precio del dinero seguirá cerca del 0% hasta "al menos", según reza en el comunicado, mediados de 2013, lo que deja abierta la puerta a que se prolongue aún más en el tiempo. Pero si la división entonces fue evidente, las discrepancias se refuerzan con el temor a que las nuevas iniciativas alimenten la inflación.

Intenso debate, pero ahí se queda. Que la Fed decida un nuevo plan para ayudar a la economía es en este momento más bien una esperanza. Tras dos días de reunión, el banco central estadounidense optó por mantener el curso definido a lo largo del verano. El rescaté, insiste el organismo, será una opción si las perspectivas económicas se degradan de forma significativa. Asimismo, Bernanke ha garantizado que solo retomaran la compra de hipotecas si se modera la inflación y si el crecimiento es insuficiente.

Bernanke es maestro a la hora de calmar a los mercados, incluso cuando las acciones de la Fed decepcionan en el parqué. Su retórica le permite lanzar mensajes para todos los gustos. Pero la realidad no lleva a equívoco. Aunque el comunicado recurre a un lenguaje algo más optimista, la economía seguirá creciendo a un ritmo "moderado" en los próximos trimestres. De hecho, ha rebajado sus previsiones sobre crecimiento y ha empeorado las relativas al mercado laboral.

En concreto, la primera potencia mundial crecerá un 1,65% en tasa anualizada este año para pasar a avanzar un 2,7% en 2012, casi un punto menos de lo que vaticinaba en junio en ambos casos (2,8% y 3,5% de media, respectivamente). Los dos siguientes ejercicios se cerrarán con repuntes del 3,25% y del 3,45%. En cuanto al paro, la tasa de desempleo, según los últimos cálculos de la Fed, bajará el próximo año hasta el 8,6% tras acabar este 2011 en el 9,25%. Durante los dos siguientes ejercicios, se reducirá al 8% y al 7%. Hace cuatro meses, sin embargo, confiaba en llegar al 8% ya en 2012, un objetivo que a tenor de las dificultades que está encontrado Estados Unidos para recuperar el empleo se había quedado desfasado.

Los riesgos, advierte Bernanke, empujan a la baja. Y en ese punto hace referencia a las tensiones financieras y a un mercado inmobiliario "deprimido". La evolución del mercado laboral será clave en la estrategia futura, aunque el propio gobernador ha admitido que la mejora tanto en el crecimiento como en el empleo tendrá lugar a un ritmo "frustrantemente lento". El sector privado creó en octubre 110.000 empleos, insuficientes para rebajar una tasa de paro que seguirá estancada por encima del 9% este año y del 8% el que viene.

Sin salir de la frustración, Bernanke ha entrado a comentar el reciente movimiento de protesta social contra Wall Street. "Yo también estoy frustrado con el rendimiento de la economía", ha admitido antes de reconocer "una sociedad más desigual" y destacar que "la mejor manera de afrontar la desigualdad es creando empleo".

La respuesta a la crisis europea podría, sin embargo, llevarle a adoptar una acción decidida y reactivar la máquina de hacer dinero para comprar más deuda, como hizo hace un año. Eso le haría elevar de nuevo su balance, estable desde final de junio. La otra opción pasaría por rebajar el interés que paga a los bancos por el dinero que tienen en la reservas de la Fed.

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