El FMI pone el foco en la desconfianza sobre Italia y España
La institución advierte de que la crisis de deuda ha entrado en una fase "nueva y ampliada" que requiere "acciones decisivas". -Insta al BCE a rebajar los tipos de interés y confirma que la UE está preparando un plan para recapitalizar a la banca
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido hoy a los líderes europeos de que para superar la crisis es esencial recuperar la confianza en España e Italia y, con vistas a evitar una recaída en la recesión, resolver las dudas que pesan sobre el sistema financiero europeo. En cualquier caso, no entra dentro de sus planes inmediatos comprar bonos de estos dos países directamente en el mercado para animar a los inversores a seguir apostando su dinero por ellos.
La confusión sobre este extremo ha empezado a raíz de unas declaraciones del jefe del organismo para Europa, Antonio Borges, en las que ha anunciado que el FMI contemplaba comprar deuda de España o Italia junto con el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). "El FMI podría invertir junto al FEEF (fondo de estabilidad financiera del euro) en el mercado primario o secundario mediante la creación de un vehículo especial de inversión", ha llegado a decir Borges, que también ha reconocido las limitaciones de este instrumento: "Creo que todo el mundo es consciente de que incluso este FEEF mucho más grande -en referencia a su nueva composición que surgió de la cumbre de la UE de julio- tiene recursos limitados y debe utilizarse de forma eficiente".
No obstante, el FMI matizó en un comunicado posterior estas declaraciones. "El Fondo solo puede prestar sus recursos -dinero- a los países y no puede usar estos recursos para intervenir en los mercados de deuda directamente", asegura el texto divulgado por la tarde. "Estamos prestando respaldo a diversos países europeos que nos han solicitado nuestra ayuda pero no tenemos ninguna petición adicional para apoyar a ningún otro miembro de la UE y no contemplamos ninguna involucración en el mercado junto al FEEF", añade el comunicado.
Según ha expuesto el economista, "es absolutamente importante que se restablezca la confianza de España e Italia en los mercados de deuda para recuperar a los inversores". "Debemos persuadirlos de que es apropiado seguir comprando su deuda", ha insistido el alto cargo, que ha incluido al FMI en los trabajos que se están realizando a nivel internacional para reinstaurar la confianza en estos dos países. En opinión del Fondo, la situación de la tercera y cuarta economías del euro es diferente a la de los ya rescatados Portugal e Irlanda y, sobre todo, dista mucho de la de Grecia. La clave, ha explicado Borges, es que "son solventes" y que los problemas que están sufriendo han venido provocados por la renovada aversión al riesgo que impera en los mercados.
El FMI actualmente ya participa en este fondo de asistencia para los países del euro bajo presión ya que de los 750.000 millones de euros de los que está dotado, 250.000 millones provienen de las arcas del organismo internacional. El resto sale de los propios Estados, que aportan 440.000 millones, y de la Comisión Europea, que destina a este mecanismo de emergencia 60.000 millones.
Petición al BCE
Junto a este anuncio, el Fondo ha reiterado hoy su llamamiento al Banco Central Europeo (BCE) para que baje los tipos de interés en su reunión de mañana, que reinstaure las medidas extraordinarias de liquidez a largo plazo y que muestre "un compromiso explícito" de que comprará deuda de los países bajo presión durante "todo el tiempo que sea necesario" hasta que el FEEF esté plenamente operativo.
Estas son las recomendaciones que el FMI ha incluido en su informe regional sobre las perspectivas de Europa que realiza dos veces cada año y que ya adelantó la semana pasada en la cumbre de Washington. Además, sin salir del programa de ayuda a los países bajo sospecha del BCE, el Fondo ha reclamado que los socios de la divisa europea establezcan garantías que cubran las eventuales pérdidas que pueda sufrir el instituto emisor por estas adquisiciones.
El BCE "debería rebajar su tasa de referencia si los riesgos a la baja sobre el crecimiento y la inflación persisten", afirma el organismo presidido por la francesa Christine Lagarde en el documento, donde añade que son necesarias medidas que ayuden a superar las débiles perspectivas de crecimiento que afronta la eurozona y que están poniendo en riesgo el crecimiento internacional. Para reforzar su petición, el FMI recuerda que el propio banco central europeo admitió este frenazo al rebajar en agosto sus proyecciones, lo que le da algo de margen para abaratar el precio del dinero. Por el contrario, la subida de la inflación hasta el 3% en la zona euro en septiembre -el mandato primero del BCE es que los precios se muevan con una tasa cercana al 2%- recorta considerablemente su capacidad de maniobra.
"Acciones decisivas"
Según ha explicado Borges, la crisis de deuda ha entrado en una "nueva fase ampliada", lo que requiere "acciones decisivas". Y pronto, ha añadido antes de insistir en que "hay motivos serios para sentirse preocupado por Europa". De hecho, según ha explicado el economista del Fondo en una rueda de prensa en Bruselas, los problemas gestados en la eurozona y que se están extendiendo desde la deuda soberana al resto del globo no permiten excluir una recesión a nivel mundial en 2012. En este punto, sin embargo, ha declarado que las preocupaciones sobre una recaída "están más relacionadas con los problemas en el sector financiero y la posibilidad de una restricción real del crédito que con lo que está ocurriendo en el frente fiscal", en referencia a Grecia.
El FMI recortó hace un mes sus previsiones para los países de la eurozona y alertó sobre "severas" repercusiones si los dirigentes europeos fracasan en su intento de atajar una crisis de deuda que ha dejado a Grecia al borde de la quiebra. Ahora, insiste en que las persistentes tensiones en los mercados de deuda soberana y el estancamiento global hacen que los riesgos a la baja sean particularmente acusados. "Las renovadas dudas sobre las desviaciones en los programas de los países con déficits excesivos o la falta de compromiso para apoyar a los socios rescatados podrían amplificar las consecuencias" de los problemas, tal y como se ha visto durante todo este verano "con repercusiones negativas a nivel regional y global", asegura el informe.
Además, en cuanto al incremento de las dudas sobre el sector financiero europeo, Borges, que ha defendido que las incertidumbres no afectan de forma específica a determinadas entidades sino al conjunto del sistema, ha reclamado a las instituciones que pongan fin a las restricciones de crédito motivadas por la creciente desconfianza entre los bancos.
Más medidas de liquidez
Si los problemas se intensifican, el Fondo pide al instituto emisor que reinstaure las facilidades extraordinarias de liquidez a largo plazo que ya estuvieron vigentes en la peor fase de la crisis financiera internacional. De momento, el banco central ya ha reactivado las subastas a seis meses para aliviar las dificultades de acceder a la financiación. La banca debe recibir "una atención inmediata" que permita recuperar la confianza en el sector, ha recalcado Borges, que ha confirmado que los países del euro están trabajando juntos en un plan para llevar a cabo una segunda ronda de recapitalizaciones. "Necesitamos recuperar la confianza rápidamente, y la mejor manera de hacerlo es con un rápido aumento de capital", ha argumentado.
Sobre el caso concreto de Dexia, el banco francobelga que deberá volver a ser rescatado por sus problemas financieros, el directivo del FMI ha advertido de que los países del euro no tienen otra opción que trabajar juntos para evitar que las dudas que atenazan a esta entidad se extiendan.
La rebaja de tipos deberá esperar a diciembre
La presión para que el BCE baje los tipos ha crecido en las últimas semanas. El organismo presidido por Jean-Claude Trichet decidió subir los tipos en abril y julio, un cuarto de punto en cada ocasión, hasta el 1,5% actual. El consenso de los analistas consultados por Bloomberg pospone una eventual rebaja a diciembre.
Junto al dato de inflación de septiembre, hay otros motivos que podrían inducir al instituto emisor a mantener la tasa base que condiciona el interés de los préstamos. En este sentido, el miembro del Consejo de Gobierno del BCE, Erkki Liikanen, ya avisó hace una semana que la próxima reunión de la entidad se desarrollará en Berlín -es uno de los dos Consejos anuales que se celebra fuera de Fráncfort- y recordó que fuera de la sede central no se suelen tomar decisiones que modifiquen los tipos de interés. Además, la reunión de mañana será la última que preside Trichet y su última aparición en público como presidente después de ocho años de mandato. El alto funcionario francés será sustituido en noviembre por el actual gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi.
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