El acoso de los mercados contra España e Italia marca nuevos máximos
La rentabilidad exigida por los inversores para entrar en los bonos a 10 años italianos rompe la barrera del 6%. -Los títulos españoles alcanzan el 6,33% por primera vez desde la puesta en marcha del euro
La resaca de las pruebas de resistencia a la banca publicadas el viernes tras el cierre de los mercados no ha traído buenas noticias para España e Italia. Aunque ambos países salieron bien parados de los exámenes, y eso a pesar de que el sistema financiero español acumuló cinco de los ocho suspensos registrados en toda Europa, los inversores han optado por hacer más caso al escepticismo de los analistas sobre la capacidad real de estas pruebas de revelar las tripas de la banca y, lo que es más importante, a sus dudas sobre si los países de la UE lograrán alcanzar la unidad necesaria para dejar atrás su peor crisis desde la puesta en marcha del euro y la rigidez de Alemania en no moverse ni un ápice de sus condiciones. Ante la apertura de nuevos frentes para superar las turbulencias, el acoso de los mercados contra la deuda de España e Italia ha marcado esta mañana nuevos máximos desde que ambos países se sumaron a la Unión Monetaria en 1999. Las tensiones, que además amenazan con extenderse por méritos propios a Estados Unidos, también se han dejado notar en las Bolsas, con fuertes descensos en todas las plazas europeas y el español Ibex 35 en mínimos anuales, y en los mercados de divisas, donde el euro ha perdido posiciones frente al dólar hasta intercambiarse por 1,40 unidades del billete verde.
Al inicio de una semana que se prevé clave -una más- para el futuro de la divisa europea, cuyo destino desde hace unos meses camina de la mano de las decisiones que se tomen sobre Grecia, la rentabilidad exigida por los inversores para comprar bonos españoles a 10 años ha tocado el 6,37%. Desde agosto de 1998 y, por tanto, desde antes de su incorporación al euro no tocaban este nivel. En el caso de Italia, los títulos del Tesoro italiano a los mismos plazos, ya que la deuda a 10 años es la que sirve de referencia para analizar el conjunto del pasivo del Estado, ha roto por primera vez desde 1996 la barrera del 6%. La razón de este repunte es que la opción directa para superar las mayores dudas de los inversores sobre la capacidad de devolver la sostenibilidad a sus cuentas públicas de España e Italia, país que ha pasado a ocupar el foco de atención de los mercados en las últimas jornadas, es ofrecer más dinero por los títulos emitidos desde sus respectivos Tesoros.
Con este incremento de la rentabilidad de los bonos a 10 años de España e Italia en el mercado secundario, que es donde se negocian los títulos una vez emitidos, la prima de riesgo, que es el diferencial que les separa de la deuda alemana al mismo plazo y que sirve de referencia por su seguridad, ha seguido aumentando. Para España, el incremento de las dudas se ha traducido en un repunte de la prima o riesgo país de más de 30 puntos básicos hasta los 372, muy cerca del récord del pasado martes (375). Para Italia, este indicador, que es el que mejor refleja la confianza de los inversores en las finanzas de un determinado país, ha llegado al 337, once menos que su máximo de hace una semana.
No obstante, el grado real de la preocupación de los inversores se confirmará el jueves, cuando el Tesoro español tiene anunciado una subasta de bonos a 10 años con las que quiere captar hasta 2.750 millones. En cualquier caso, los analistas confían en que cerrará la operación positivamente, aunque no le saldrá gratis. "No creo que (el Tesoro) tenga problemas en cuanto a los ratios de cobertura, pero va a tener que pagar más caro por su financiación", ha dicho a Reuters Estefanía Ponte, economista de Cortal Consors.
Los inversores están pendientes de los avances que puedan alcanzar los países de la eurozona con vistas a acordar la participación del sector privado -bancos y entidades financieras como aseguradoras- en el segundo rescate a Grecia. Este país, cuyo primer plan de auxilio por 110.000 millones puesto en marcha en mayo de 2010 se ha revelado como inútil para garantizar su regreso al mercado para financiarse por su cuenta, necesita la ayuda de sus socios del euro para no caer en impago. El tiempo que tienen los Gobiernos de los Estados que comparten la divisa europea para superar sus diferencias es escaso, ya que la solución debe llegar antes de la cumbre extraordinaria convocada para el jueves. En este periodo, o bien Alemania, que sigue apostando por una incorporación "sustancial" del sector privado a la hora de pagar este plan de ayuda cede y acepta una participación moderada de la banca y demás acreedores privados, o seguirá sin haber acuerdo.
Sin embargo, al seguir con las ventas y los recelos para entrar en los títulos de los países bajo sospecha, los inversores están dejando en evidencia que no esperan mucho de la reunión del jueves. Por este motivo empeoraban a su vez el acoso contra Grecia, cuya prima ha marcado hoy nuevos récords, o Irlanda. Portugal, una jornada más, también alcanzaba cotas negativas que pasarán a los archivos ya que su deuda a corto plazo ha vuelto a dispararse, especialmente en el caso de los títulos a dos años. Estos bonos han superado por primera vez la barrera del 20% -lo mismo que le cuesta a un particular tirar de tarjeta de crédito para pedir efectivo prestado-. La inversión de la curva de la rentabilidad de la deuda pone de relieve el temor de los inversores a que el país siga los pasos de Grecia y tenga problemas de solvencia en un futuro próximo.
En los mercados de renta variable, las publicación de los resultados de las pruebas a la banca sí han ayudado algo a los valores que cotizan bajo la marca España, aunque la alegría ha durado poco y al final han acabado sucumbiendo al efecto contagio de las dudas que venían del resto de Europa. Además, el recrudecimiento del castigo en la deuda no ha permitido que el parqué español saliese de números rojos. Al cierre, de hecho, se ha situado en mínimos anuales. Peor, sin embargo, le ha ido a la Bolsa de Milán, cuyos bancos han sufrido un severo correctivo.
El BCE niega su intervención en el mercado de hace una semana
El Banco Central Europeo (BCE) ha asegurado hoy que la semana pasada no compró deuda pública de la eurozona, a pesar de las insistentes especulaciones en sentido contrario por las crecientes incertidumbres en torno a Grecia y otros países del sur de Europa.
La autoridad monetaria europea ha indicado a través de su página web que, por décima sexta semana consecutiva, entre los pasados 11 y 15 de julio no compró en el mercado secundario bonos estatales de los países que comparten el euro a través del Programa de Mercados de Valores (SMP), un mecanismo diseñado para este tipo de intervenciones.
Además, el BCE explicó que mañana tiene previsto retirar liquidez por valor de 74.000 millones de euros, cantidad que corresponde a la deuda adquirida con anterioridad para evitar que suba la inflación.
El pasado martes, muchos expertos calificaron de "probable" el hecho de que la autoridad monetaria europea hubiese vuelto a recurrir al SMP para adquirir deuda estatal de los países de la eurozona con problemas financieros.
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