La deuda de Barcelona aumenta un 60% en solo un año, mientras Madrid logra reducirla un 5%

El Gobierno cerró el año pasado con sus objetivos de déficit cumplidos. Se había fijado un déficit del 9,3% del producto interior bruto (PIB) y el porcentaje final quedó ligeramente por debajo. Pero este cumplimiento enmascara el hecho de que mientras la Administración Central ajustó sus cuentas más de lo previsto, las administraciones autonómicas y locales sobrepasaron esos límites.

Las corporaciones locales cerraron el ejercicio presupuestario con un balance ligeramente peor al previsto: una desviación negativa equivalente al 0,64% del PIB, cuando la previsión recogida en la senda de consolidación fiscal era del 0,6%.

El Ministerio de Economía ha publicado hoy la radiografía de la deuda de la administración más cercana al ciudadano el último día de 2010. Las entidades locales cerraron el año pasado con unos números rojos de 35.443 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 2,4% respecto a la cifra de un año antes.

La parte del león de esta deuda corresponde estrictamente a los ayuntamientos, que acumulan unos números rojos de 28.852 millones de euros. Las diputaciones, consejos y cabildos insulares se quedan con una deuda de 6.359 millones y las entidades locales menores (como mancomunidades), 233 millones.

Al analizar los datos ciudad a ciudad hay grandes divergencias. Pese a que Madrid sigue siendo la campeona absoluta de la deuda -6.453 millones, casi un cuarto del agujero de todos los ayuntamientos de España- ha logrado reducir sus números rojos un 5%. Todo lo contrario que Barcelona, que en el último año vio como su deuda crecía vertiginosamente, hasta casi un 60%. Así, superó a Valencia y se clasificó como la segunda ciudad más endeudada de España.

Entre los municipios con números rojos más abultados, hubo tres que redujeron sus cifras (Zaragoza, Sevilla y Murcia) y cinco que los aumentaron (Valencia, Málaga, Córdoba, Valladolid y Palma).