Ruiz-Mateos aduce enfermedad para no declarar por el caso Rayo

El patriarca de Nueva Rumasa, José María Ruiz-Mateos, ha aducido que padece una lumbalgia que le impide moverse para no acudir a declarar hoy ante el Juzgado de Instrucción número 45 de Madrid en relación al caso Rayo Vallecano, en el que está imputado por tres presuntos delitos fiscales. Sí lo ha hecho su hijo Javier Ruiz-Mateos, solicitado por las mismas causas, aunque tras producirse un pequeño altercado en los accesos a la sede del Juzgado.

El incidente ha tenido lugar cuando Javier Ruiz-Mateos intentaba entrar en el edificio en coche a través del aparcamiento, con lo que se evitaba tener que atravesar a los periodistas que le esperaban en la puerta del Juzgado. Sin embargo, el vehículo, un Smart que iba conducido por su guardaespaldas, no estaba autorizado para ingresar al aparcamiento, por lo que los guardias de seguridad no han permitido su paso. Tras la negativa, Javier Ruiz-Mateos y su acompañante han empezado a insultar a los agentes, que les han identificado para denunciarles.

El Rayo Vallecano lidera la segunda división española de fútbol, pero fuera del plano deportivo, su situación financiera es más que delicada. Al igual que ha ocurrido con la mayoría de las firmas que forman el conglomerado empresarial de la familia Ruiz-Mateos, que son los propietarios del equipo desde 1991, acumula una importante deuda con la Seguridad Social, Hacienda y los propios jugadores y ha pasado por el preconcurso de acreedores a la espera de que acuda algún comprador que quiera hacerse con el club. Pero, según ha detectado la justicia, los dueños de Nueva Rumasa podrían haber incurrido en irregularidades en la gestión de sus cuentas.

Por ello, la juez del Juzgado de Instrucción número 45 de Madrid había llamado a declarar a José María Ruiz-Mateos y a su hijo Javier Ruiz-Mateos Rivero por tres supuestos delitos contra la Hacienda Pública, falsedad documental y alzamiento de bienes. La juez, Gema Gallego, ya ha tomado declaración de algunos testigos, entre ellos a la presidenta del club y mujer de Ruiz-Mateos, Teresa Rivero, así como a los responsables de la asesoría jurídica y al administrador del equipo. Asimismo, según han confirmado fuentes jurídicas, tiene el procedimiento bastante avanzado.

En concreto, los Ruiz-Mateos están acusados de un presunto delito fiscal por una deuda de 21,6 millones contraída por la administración del club con la Hacienda Pública entre 2004 y 2008. El delito de alzamiento de bienes está relacionado con la presunta apropiación de los ingresos generados por la publicidad incorporada a las camisetas de los jugadores de la marca Clesa, que también es propiedad de Nueva Rumasa. Por último, la supuesta falsedad documental afecta a la elaboración de las actas de varias juntas de accionistas celebradas por la sociedad Rayo Vallecano.

Aunque la justicia lleva meses investigando el caso, ha saltado al primer plano coincidiendo con el desmoronamiento del grupo de Nueva Rumasa, que ha puesto en concurso de acreedores ya a al menos seis de su más de un centenar de empresas, ha trasladado a la plantilla de algunas firmas, ha presentado varios expedientes de regulación y busca comprador para el resto. En total, según cifras oficiales, la deuda acumulada del grupo rondaría los 700 millones de euros.

Además, la de hoy podría no ser la última vez que los gestores de Nueva Rumasa, que son los hijos de Ruiz-Mateos y el propio patriarca, se las ven con los juzgados. De hecho, la Fiscalía está investigando el entramado empresarial para aclarar si entre los factores que han llevado a las principales sociedades de Nueva Rumasa a acogerse a la ley concursal puede haber hechos que sean constitutivos de delito, entre ellas una presunta estafa a los inversores en sus pagarés. José María Ruiz-Mateos salió en 2007 por motivos de salud de la cárcel, donde cumplía una condena por los delitos de insolvencia punible y alzamiento de bienes.

José María Ruiz Mateos alega encontrarse enfermo y no acude a declarar