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Piñera demanda más inversión a los empresarios españoles

Rosell pide al presidente chileno que apueste por la eficiencia energética y por las renovables

Cuando uno quiere ofrecer lo que otro necesita recibir los negocios funcionan. Entre España y Chile esa simbiosis existe y se cimienta, básicamente, sobre la inversión de la primera en la segunda. Por eso el presidente chileno, Sebastián Piñera, de visita en la casa de los empresarios españoles (la sede de la CEOE), ha trasladado al representante de la patronal, Juan Rosell, y a la ministra de Economía, Elena Salgado, un mensaje claro: Chile quiere que España, segundo mayor inversor en el país andino tras Estados Unidos, tenga aun mucha más participación en sus próximos proyectos.

Piñera estima que esos proyectos tienen un valor que rondará los 35.000 millones de euros en la próxima década. La inversión extranjera es fundamental en la economía chilena, una de las más abiertas del mundo, y muchas empresas españolas tienen intereses en sectores claves, como las infraestructuras o la energía. El presidente chileno ha asegurado que su país está creciendo ya a un ritmo superior al 6% y que para sustentar ese crecimiento tendrá que doblar su producción energética en los próximos años. Rosell le ha pedido que aplique una política fiscal que fomente la eficiencia energética y que apueste por las renovables, campo "en el que las empresas españolas tienen mucha experiencia."

Ya operan en Chile Acciona Energía, Enhol, Endesa o Iberdrola, entre otras, del mismo modo que grandes empresas españolas de infraestructuras como ACS, Abertis o Ferrovial. Piñera ha destacado también el sector hídrico como otro de los principales campos de acción para compañías españolas en el país, donde ya está presenta Agbar, por ejemplo. "Queremos entusiasmarles", ha dicho Piñera a los empresarios, afirmando que Chile "tiene un estatus jurídico que garantiza un trato igualitario y amigable tanto a los inversores extranjeros como nacionales".

Chile es la nación del mundo que cuenta con más acuerdos comerciales suscritos con otros países, según los datos del Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX). La apertura económica tuvo un fuerte impulso durante el periodo de gobierno de Eduardo Frei (1994-2000), del partido de la Concertación, rival de Piñera en las últimas elecciones de enero de 2010. Esa política aperturista se mantuvo durante el mandato de la socialista Michelle Bachelet y tras la victoria del actual presidente, de corte liberal, que hace fácil y atractiva la inversión en el país.

Elena Salgado ha recordado que las españolas suponen una quinta parte del total de las inversiones extranjeras directas en Chile y ha afirmado que, además de las grandes firmas, la participación de las pymes es cada vez mayor. "Esto no hubiera sido posible sin la iniciativa chilena de favorecer la inversión" desde otros países, ha asegurado la ministra.

Salgado también se ha referido a la voluntad del Gobierno chileno de luchar contra la pobreza extrema, algo que Piñera ha repetido varias veces a lo largo de la gira que le ha llevado en los últimos días por Italia o España, entre otros países. "Queremos ser el primer país sudamericano que erradica la pobreza extrema, antes de 2020", ha dicho el dirigente chileno. Salgado se ha remitido a los valores democráticos "que distinguen a países como Chile y España" -la dictadura de Pinochet, que terminó hace 20 años, no tuvo el respaldo de Piñera, aunque sí de otros miembros de su partido- y ha ofrecido su apoyo en esa tarea: "Quiero que para eso cuentes con nosotros, presidente", ha concluido.

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